Diciembre 2021. Fede Bal recibió un mensaje de Hernán Valenzuela, histórico productor -junto a su hermano- de Resto del Mundo. Querían que fuera el conductor de la temporada número 19. “Me puse nervioso. Tengo 32 años y es un programa que vi toda mi vida buscando destinos para conocer. No lo podía creer. Además, ¡me encanta viajar!”, dice el actor en diálogo con Teleshow. “Qué lindo que me pase a mí”, cuenta que pensó por ese entonces.
Cuando lo convocaron, el hijo de Carmen Barbieri tenía pautado compromisos laborales. “Tranquilo que viajaríamos recién en febrero”, le aclararon a quien pensó que debía rechazar el proyecto. “Ah, bueno. Ya, entonces”, respondió sin titubear.
Pero antes de seguir la conversación, puso una sola condición que, en verdad, fue una propuesta sobre su incorporación al popular ciclo de viajes. “Si voy a ser el conductor, quisiera ponerle mi impronta. No como celebrity, sino como viajero. Dejame perderme en la ciudad, tatuarme... Voy a hacer notas, van a tener al mejor chef de cada lugar, pero también quiero vivirlo como si fuera yo mismo”, sugirió.
De inmediato, el productor entendió a la perfección lo que el ahora conductor de Resto del Mundo estaba planteando. Y le retrucó: “¿Vos te tatuarías en algunas ciudades?”. La respuesta afirmativa no tardó en llegar. Solo con ver la piel marcada con tinta del actor alcanza para entender su pasión por llevar diseños en su cuerpo.
Así nació la nueva temporada de Resto del Mundo, programa que debuta esta medianoche por la pantalla de El Trece. “Es como otra versión. Mi misión es que no sea parecida a las otras ediciones. Vine a romper el molde”, dice el actor que describe su trabajo como un regalo. “Para mí viajar es la plata mejor invertida del universo. Siempre que puedo me saco un pasaje. No importa a dónde. También he viajado solo”.
Febrero 2021. Fede, Matías y Juan (productor y camarógrafo) emprendieron el primer viaje de Resto del Mundo. La metodología del programa es estar en el exterior durante 20 o 25 días en los que graban y recorren distintos destinos y regresan a la Argentina a quedarse un mes. Así durante todo el año. De esa forma, puede visitar a sus familiares, cumplir con otros compromisos laborales.
“Empecé a sentir lo que es viajar por el mundo y a mostrarlo. Es el mejor trabajo que me pudo pasar en la vida y ojalá no se termine nunca”, celebra sobre su nuevo proyecto quien por estos días se encuentra en Buenos Aires analizando, junto a la producción, cuál será el próximo destino.
El primero España. Hicieron base en Madrid, en donde estuvieron 10 días: desde allí viajaron a Toledo, Ávila, Alcalá y demás ciudades alrededor. Luego, fueron a Barcelona, en donde el actor realizó su primera travesía: se tatuó el sello de la ciudad, como si fuera el que le colocan en el pasaporte cuando ingresa a un país, las letras BCN. “No tengo mucho espació, así que fue ahí”, remarca sobre el lugar en el que eligió marcar el nuevo diseño: la cola, justo debajo de su espalda, que está toda tatuada.
“Yo me tatúo muchas de las cosas que me pasan”, resalta sobre la marca que ahora lleva en su piel. Y anticipa: “Va a pasar un poco eso. Si voy a París, me hago una croissant, cosas características de las ciudades. Voy a ser como una heladera humana con imanes. ¡Me encanta este proyecto! Me gusta que la gente vea cómo se hacen los tatuajes en otras partes del mundo”. Con el correr de las emisiones, se irán viendo las diferentes aventuras que vivió Fede, quien también se colocó un piercing en la nariz durante su paso por Londres (Inglaterra).
El hijo de Carmen Barbieri y Santiago Bal se define como “extremista” y anticipó que en Liverpool -luego de haber estado en Manchester- pasó por una peluquería y se cortó el cabello.
Allí, además, recorrió la ciudad con Julia Baird, la hermana menor de John Lennon. Dicho encuentro se verá este sábado en el primer programa de Resto del Mundo. “Nos sentamos a tomar una cerveza como si fuera una amiga más”. Entre otras atracciones, visitaron Strawberry Field -en donde nació la popular canción de The Beatles. Además, el conductor tuvo la oportunidad de sentarse en la batería de Ringo Starr. “Toqué un poquito”.
“¿Qué se siente que te paguen por viajar? ¡Una locura! Ya volví con deudas porque me compré de todo. Lo que me paguen ni lo voy a ver porque tengo que pagar las cuotas”, advierte sobre sus nuevas adquisiciones: una nave de Star Wars que demandó la compra también de una nueva valija para poder trasladar las 7.500 piezas del objeto.
También trajo regalos para su madre y para su novia, Sofía Aldrey. Al respecto, lamenta que ella no haya podido acompañarlo, aclara que cuando se de la posibilidad lo hará, que fue la primera en alentarlo a aceptar el proyecto, y que cuando está en el exterior se mantienen en permanente contacto a través de mensajes, fotos y videollamadas. De esa forma, comparten los viajes a la distancia y se sienten un poco más cerca el uno del otro.
Las jornadas de grabación en cada ciudad son largas, incomparables con la de cualquier otro proyecto que pueda realizar el actor cuando cumple un horario. Y él lo vive feliz. Por caso, cuando tiene momentos para descansar, elige seguir recorriendo y toma imágenes con su teléfono personal. “Estoy tan manija que no siento el cansancio”, concluye Fede Bal, quien se define como “un actor que conduce”: “Una persona de 32 años que le gusta perderse en la ciudad”.
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