Manuel Sofovich y Regina Levis lo trajeron al mundo el 18 de marzo de 1937. Su padre, un periodista y autor teatral y su madre, una ama de casa lo nombraron Gerardo Andrés. Desde muy temprana edad sufrió duros momentos que forjaron su carácter dándole una capacidad de superación admirable. Aunque desde adolescente se desempeñaba como cronista deportivo en Noticias Gráficas, cuando tan solo tenía 14 años, ingresó a la carrera de arquitectura. Meses antes de recibirse murió su padre y quizás por eso siguió el camino que llevaba en sus genes: escribir.
A fines de los años ‘50, fue redactor en una agencia de publicidad y publicó ilustraciones humorísticas en Tía Vicenta- una revista satírica de actualidad en nuetro país creada y fundada por Landrú-. Su primer libreto para la pantalla chica salió al aire de la mano del gran Juan Verdaguer. Balamicina (Canal 9) abrió las puertas del éxito a la dupla que formaba junto con su hermano Hugo, pero en marzo de 1964 con Operación Ja Ja marcó la historia: fue el primer programa grabado de la televisión que llegó a marcar 60 puntos de rating los martes a las 9 de la noche. Ahí también conoció a Carmen Morales, su mujer y madre de su hijo Gustavo. Y de ese ciclo se desprendieron los clásicos del humor argentino.
Trabajó con los más grandes, los hizo populares creando personajes entrañables y formatos que siguen vigentes aun hoy, 50 años después. Como el legendario Polémica en el bar, uno de los programas más antiguo de la televisión mundial y el ciclo que también obtuvo uno de los mayores ratings de nuestro país. La peluquería de Don Mateo fue otro de sus títulos más emblemáticos.
Por sus programas pasaron las figuras más emblemáticas del humor nacional: Fidel Pintos, Alberto Olmedo, Javier Portales, Juan Carlos Calabró, Jorge Porcel, Vicente La Russa, Mario Sánchez, Mario Sapag, Rolo Puente, Juan Carlos Altavista y María Rosa Fugazot fueron dirigidos por él, entre cientos de celebridades que se disponían a ser dirigidas por el hombre éxito de la televisión. En los últimos años ambos ciclos siguieron en la pantalla demostrando que el formato está más vivo que nunca y que fue adoptado internacionalmente con versiones en otros países como Uruguay y Paraguay.
La noche del domingo, fue un programa que a lo largo de su historia tuvo un curioso recorrido por los cinco canales de aire de la televisión argentina. Entre los 2000 y 2002, Sofovich llevó adelante el ciclo Hacete la américa por América TV con un formato idéntico. Y el ciclo recién volvería con su nombre en el año 2008 por Canal 9 hasta su última temporada en el año 2013. Y en breve podría darse su regreso a la pantalla de la mano de Mariano Iúdica.
Las pulseadas, el balero, el Jenga y el desafío de partir en mitades exactas una manzana, fueron algunos de los juegos que mantenían a los televidentes inamovibles de la pantalla por horas esperando una definición y que se han convertido en verdaderos hits de azar que hasta el día de hoy son utilizados por algunos programas para entretener al televidente.
Decidió estar al frente de sus producciones, cambio para siempre las noches de los domingos, las reuniones de los amigos en los bares, las charlas en las peluquerías y él mismo hizo un mito de su persona. “¿Le divierte que le pongan la música de El Padrino?”, le preguntó en una entrevista Jaime Bayly. “¡Sí, claro que me divierte!. Si eso lo inventé en uno de mis programas porque es un mito divertido. Soy un tipo calido, tierno y tengo lagrima fácil”, respondió Sofovich sin titubeos y bien seguro de su personalidad con estilo propio y autenticidad.
Gerardo fue de sus grandes directores del teatro nacional, en la época de oro del género revisteril. No se privó de dirigir, no sólo a los próceres del humor que lo acompañaban en la televisión, sino también a las grades vedettes de la época como Ethel y Gogó Rojo, Norma y Mimí Pons, Moria Casán y Nélida Roca. Pero a principios del año 2004, dio el batacazo cuando convocó para encabezar una revista en la calle Corrientes a Florencia de la V a la que llamó Diferente. Luego, llegaron Más que diferente y El champán las pone mimosas, éxito que también trasladaría a Villa Carlos Paz durante la temporada veraniega 2007-2008.
En cine, su sello como director era inigualable ya sea por el titulo de sus películas y por lo libretos que en cada remate le sacó siempre una carcaja al espectador. Los caballeros de la cama redonda (1973), Los doctores las prefieren desnudas (1973), Los vampiros los prefieren gorditos (1974), La guerra de los sostenes (1976), Las muñecas que hacen ¡pum! (1979), La noche viene movida (1980), Camarero nocturno en Mar del Plata (1986), Las minas de Salomón Rey (1986), Johny Tolengo, el majestuoso (1987) y Me sobra un marido (1987), fueron algunas de sus tantas creaciones.
Algunos críticos calificaron a la mayoría de sus películas como chabacanas, aunque batieron récords de recaudación. Sus principales figuras en casi todos sus filmes fueron los cómicos Alberto Olmedo y Jorge Porcel junto a las vedettes Moria Casán y Susana Giménez. También se destacaba Adriana Brodsky, Noemí Alan, Luisa Albinoni y Amalia “Yuyito” González aportaban belleza y eran funcionales a los gags de los principales capocómicos.
Su trayectoria y su nombre lo llevó a ser convocado por Marcelo Tinelli para que sea el presidente del jurado del Bailando por un sueño durante muchos años, donde demostró todo su conocimiento artistico para evaluar a las diferentes figuras que pasaban por la pista en el exitoso certamen de ShowMatch. Sin embargo, en 2014, cuando volvió a la televisión de aire de la mano de Los 8 escalones (El Trece), conducido por Guido Kaczka, sorprendió demostrando su capacidad enciclopédica de conocimiento.
Ese hombre, hasta ahora solo conocido por sus productos televisivos dio muestra de su inmensa cultura general. Esa que mamó de pequeño, en esa casa llena de bohemia y lecturas infinitas, y que fue cimentando en cada uno de sus viajes y su tiempo libre. No había participante ni persona del otro lado de la pantalla que no se rindiera ante la sabiduría de Gerardo. Y se asombrara y sobre todo, lo admirara.
Antes de su muerte, Sofovich dejó plasmado un mensaje que emociona hasta el día de hoy. “Le digo permanentemente a Gustavo lo que lo quiero y lo respeto. En algún momento sentí que he fracaso como padre, pero por suerte trabajé, la sigo peleando y estoy muy orgulloso de él”, dijo. En diálogo con Teleshow, Gustavo Sofovich reconoció que esta fecha es “un recuerdo lindo y para nada triste”. “El aniversario de la muerte de mi papá me moviliza mucho, es un día feliz y lo recuerdo con mucha felicidad. Bajo ningún concepto es un día triste, es hermoso porque también yo estoy sano y él me vio sano. Estoy con mis hijos y vamos a recordarlo juntos”.
Tatiana e Ignacio, los nietos del creador de grandes éxitos, sienten orgullo por su abuelo, y como prueba, la joven dijo en algún momento: “Todo lo que me enseñó es el recuerdo que voy a llevar conmigo. Lo cariñoso que era, mucha gente no lo tiene así. Teníamos una relación única. Me enseñó mucho, como saben era un hombre muy inteligente, muy culto”.
El 1 de marzo de 2015 fue su última aparición en la televisión. Siete días después, tras una internación Gerardo Sofovich murió en la Clínica Suizo Argentina de Barrio Norte. El parte detalló un choque hipovolémico provocado por una hemorragia digestiva grave. Tenía 77 años y sin ninguna duda se convirtió en una leyenda del espectáculo nacional que dejó su marca registrada para siempre.
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