Hace apenas nueve meses, la angustia se había adueñado de Cande Tinelli. Y no era para menos: su madre, Soledad Aquino, había sido sometida a un trasplante de hígado. Y aunque la operación había sido exitosa, la incertidumbre por cómo sería su evolución tuvo a toda la familia en vilo durante el tiempo que duró su internación. Sin embargo, tras cuatro largas semanas, la ex de Marcelo Tinelli recibió el alta y pudo continuar su recuperación desde la tranquilidad de su hogar.
Tanto Lelé como su hermana, Mica, estuvieron pendientes de su mamá en todo ese tiempo. Incluso, el conductor de ShowMatch y su actual pareja, Guillermina Valdes, la estuvieron visitando para darle ánimo en los momentos más difíciles. Por eso, ahora que Sole pudo retomar su vida habitual y se muestra completamente saludable, cada instante que sus hijas pueden compartir con ella se convierte en una verdadera fiesta.
Sin ir más lejos, este domingo la novia de Coti Sorokin compartió en su cuenta de Instagram una foto en la que se la veía abrazada a Aquino mientras utilizaba un filtro de “diablito”. Y luego publicó un video en el que se podía ver la felicidad de ambas. “Una diosa en San Isidro”, comentó Cande mientras enfocaba el rostro de su madre. Y, al ver que ella no se movía, le aclaró risueña: “¡Es un video bolu...!”. Entonces, Soledad no dudó en hacer “trompita” con su boca y moverse para la cámara divertida.
A fines de marzo del año pasado, Aquino había sido internada en la terapia intensiva del Sanatorio de la Trinidad de San Isidro después de realizarse unos estudios en los que detectaron que estaba sufriendo una hemorragia estomacal. En ese momento, hubo mucha preocupación por su salud, pero nadie sabía a ciencia cierta cual era el problema que la afectaba. De hecho, tiempo más tarde volvió a ser internada y tuvo que atravesar, también, un cuadro de coronavirus.
Ante rumores sobre supuestas complicaciones en el estado de su madre, Cande había publicado en su cuenta de Instagram una foto de Soledad junto con un mensaje alentador. “Ayer la potra de mi madre me pidió que les diga a todos los que preguntan por ella que está muy bien, esperando su trasplante. Para que nadie se preocupe: mamá es un toro y está bárbara y muy acompañada siempre”, escribió a fines de mayo.
Y Mica también se refirió, en su momento, al tratamiento noticioso que se le dio a esos rumores: “Es increíble cómo les falta empatía y respeto a tantas personas. Sobre todo con los temas vinculados a la salud. ¡Mi mamá está bien, gracias! Si no muestro cosas en mis redes o no hablo del tema es, justamente, porque ¡LAS REDES SOCIALES NO SON LA REALIDAD!”, disparó. Y agregó: “No muestro lo que hago ni les cuento lo que siento 24/7, es parte de la vida privada e íntima de uno. Yo elijo qué quiero compartir y qué no. Sepan respetar. Más amor, más respeto, más empatía”.
Lo cierto es que, el 10 de junio, finalmente llegó el donante que Aquino estaba esperando. Y, aunque se trató de una intervención quirúrgica de alto riesgo, ella en ningún momento bajó los brazos. Y la luchó hasta lograr recuperarse por completo, para poder volver a disfrutar de esas actividades que tanto ama como cabalgar, juntarse con amigos y, por supuesto, compartir momentos únicos junto a sus hijas.
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