Santiago Maratea es famoso por sus diversas colectas solidarias y en las últimas semanas estuvo en agenda luego de llamar la atención de sus seguidores para juntar dinero con el objetivo de ayudar a quienes estaban combatiendo los incendios en la provincia de Corrientes. En pocas horas, el influencer juntó más de 150 millones de pesos argentinos destinados a ese fin.
Luego de la hazaña solidaria, en la tarde del viernes publicó una larga serie de Instagram Stories para pasar la gorra nuevamente. En este caso, para su propio beneficio. “Al final no voy a pasar la gorra para comprarme algo de Gucci/Adidas, quiero juntar plata para ir a Corrientes en un Jet privado“, escribió en un tweet que también compartió en su Instagram. Y, a continuación, compartió un largo descargo con el que le explicó a sus seguidores el motivo de su nueva colecta.
“Hay mucha gente que me sigue hace poco por lo de Corrientes, y se está por enterar por primera vez que yo, cada vez que termino una colecta, paso la gorra, mi rey. A colaboración. Siempre pido plata para una cartera Louis Vuittn, para un buzo de Gucci, para algo así... y si bien Gucci y Adidas sacaron una colección en conjunto que está zarpada, dije: ‘Me voy a ir a corrientes pero en un jet privado’”, comenzó contando Maratea en una story a la que le agregó el mismo texto que lleva en su biografía y con la que define sus movimientos: “No es caridad lo que hago”
“Defiendo mucho la idea de que el que ayuda no tiene por qué ser pobre. La plata en este mundo es un poder. E instalar la idea de que el bondadoso, el empático tiene que ser pobre es decir que el bondadoso y el empático no tiene tener poder. Y me lo paso por los huevos a eso”, argumentó el influencer.
“‘Ay, no, Santi, deberías ir a Corrientes a dedo’. En dos semanas dejé mi vida de lado para ayudar a Corrientes ¿y me querés mandar a dedo, hijo de puta? No, ni en primera clase te lo acepto. Jet privado... y con baño, por favor”, siguió en tono bromista aunque hablando en serio.
“Lo más importante es que el que no quiere, no pone. No es que yo digo: ‘De todo lo que colecto para las causas, me quedo con el 1% para cobrar los servicios prestados’. No, el que quiere pone, el que no quiere, no. Fin”, agregó y generó un link en una conocida plataforma de pago para que le donen un mínimo de 100 pesos. “Es un único link y te estoy cobrando 100 pe, no jodas”, instó. “Para los que ya me conocen, entienden mi flash y lo bancan, les dejo el link”, dijo.
Asimismo, Maratea dijo estar “más reflexivo” en esta colecta personal post colecta solidaria. “Siempre me pongo más arrogante. ¿Por qué me pongo así, en posturita? Porque jodo con que yo no soy la Madre Teresa de Calcuta, no soy Gandhi... No me quieran hacer comer ese verso, que el que ayuda tiene que ser pobre. Creo que parte de lo revolucionario de lo que yo hago, que roza de lo solidario y la caridad, aunque yo me quiera alejar de esos conceptos, es la transparencia en todo: en toda la guita que entra, en cómo se mueve toda la guita, adónde va, qué se compra...”, dijo.
“Y también la transparencia del que la colecta. En mi caso, la transparencia es no empezar a fingir para que todos crean que soy de gran corazón y que yo no tengo ambiciones en un mundo en el que solamente te instalan ambiciones en cada esquina adonde vas. No quiero arrancar a fingir, para generar credibilidad, que no me gustaría vivir cada tanto en un videoclip de Bad Bunny. Y ni siquiera pienso que eso es la posta, sino que quiero experimentarlo, porque yo decidí querer acceder a eso. Quiero yo descubrirlo, pensarlo y atravesar toda esa reflexión, no porque lo dice Gandhi. Yo soy fiel a mí, no soy fiel a Gandhi”, dijo mientras en el texto se permitió otra broma sobre su propio speech: “Me van a dar el premio a mercenario del año 2022″.
Luego, Santiago manifestó: “Me flashea el hecho de que yo ni en pedo podría comprarme cosas en Gucci, en Louis Vuitton, ni mucho menos alquilar un jet privado para ir a Corrientes. ‘¿Hace falta un jet con baño?’. Sí. No podría acceder a nada de eso si no fuese por lo que arranqué a hacer hace un año. Por ahí hay gente que recién me conoce: si me puedo comprar un cartera en Louis Vuitton no es ni por ser famoso, influencer, ni por ojos celestes ni por nacer en San Isidro. Es meramente por hacer lo que hice, no lo podría hacer si esas cientos de miles de personas no me bancasen o no me bancarían como me bancaron si yo no hubiera hecho lo que hice, que fue hacer un impacto positivo. Y me parece revolucionario eso, en este mundo”.
Con miras hacia futuro, Maratea dio otro argumento en su favor: “¿Como voy a tener el día de mañana una ONG más grande que Google con doscientos empleados, que todos cobren bien, que tengan auto y vacaciones pagas con dos mangos, con un discurso de que lo que importa es la pobreza y no tener nada? ¿Por qué uno tiene que ser feliz sin nada y soy tan bueno, tan empático, que solo con un abrazo y un amigo ya revoluciono el mundo? Nah, boludo, ya estamos grandes. No es así. Se necesita plata y justificar... Por así decirlo, nuestra industria genera plata. Como los futbolistas”.
“El otro día pensé que a todos los que laburan conmigo, regalarles un bolso de Louis Vuitton cada vez que cumplen años. Porque es parte de lo mismo: la abundancia alrededor de la empatía. No solamente con la pobreza, en general”, cerró el influencer solidario.
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