Pablo Novak: “Siempre fui progre, hasta que los progres se volvieron los nuevos fachos”

El actor, que comenzó a incursionar en la política de la mano del diputado de Juntos por el Cambio Waldo Wolff, habló con Teleshow sobre su posición. “Bastaba que dijera que algo para que mis amigos K me tildaran de gorila”, dijo

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Pablo Novak
Pablo Novak

“Soy actor. Estoy con los derechos humanos, soy feminista y pañuelo verde. Siempre fui progre, hasta que los progres se volvieron conservadores, nuevos fachos. Vigilantes, canceladores de quien opina diferente. Me empujaron del otro lado, y te digo algo: acá se siente más libre”, expresó en las últimas horas el actor Pablo Novak en sus redes sociales. Y en diálogo con Teleshow, explicó que sus palabras tienen que ver con algo que lo moviliza desde hace poco más de un año: “Participar en política y no callarme más”.

El detonante para que el también director y maestro de teatro decidiera comenzar a expresar sus opiniones, aún cuando lo tildaran de “gorila o facho”, fue la cuarentena total y obligatoria que rigió en todo el territorio nacional a partir de marzo del 2020, ante el inminente avance de la pandemia. “Eso estuvo gestionado para mí de una manera horrible, y me llevó a querer activarme y decir lo que pienso”, dice Novak.

“El tuit refiere a lo que pasa, que lo siento como demasiado agresivo. Se han dado vuelta y los progres se autopostulan faro moral y cancelan a quien piensa diferente”, agregó el artista, que hoy colabora con Waldo Wolff, diputado nacional por Juntos por el Cambio.

Pablo Novak
Pablo Novak

—¿En un principio apoyaste al gobierno de Alberto Fernández?

—Estaba de su lado y algunas cosas me gustan. Cuando él ganó fue porque Macri venía haciendo las cosas mal y es lo que tiene la democracia; eso me gusta. Pero cuando yo era chico convivían radicales y peronistas, y bardeaban como uno de Racing a uno de Independiente, no había ese desprecio tan feo. Recibí muchas agresiones por opinar, ninguneo. Hoy están apoyando a Rusia y esta gente con la que me identificaba se va poniendo del lado de los malos.

—¿Cómo empezó tu inquietud por la política que te llevó a acercarse a un espacio?

—Hace año y medio padecí críticas de amigos K ante cualquier queja mía. “¿Cómo no nos van a encerrar?”, me decían, y me pareció un delirio, siempre lo dije. En un momento los actores hicieron carteles diciendo “El teatro no contagia”, y a los dos días nos encerraron y se callaron. Ahí dije “¡Basta!”. ¿Si mañana viene tu jefe a decir que te encerrás, lo haces de nuevo? No lo podía creer, me pareció irracional, loco, y me despertó muchas ganas de activarme y no bajar la cabeza. En esa búsqueda empiezo a juntarme con Waldo Wolff con quien termino asociándome por identificación. Yo he votado en blanco, a la izquierda, no vengo del palo macrista, vengo desencantado desde hace dos décadas. Odiaba la grieta y bastaba que dijera “qué cagada algo” para que mis amigos K me tildaran de antivacuna, terraplanista, gorila. Te quieren etiquetar, y me terminé poniendo de un lado. Puedo estar de acuerdo en muchas cosas de Alberto Fernández y también de la oposición. Ahora me siento libre de opinar que me parce una mierda que tenga que bajar la cabeza porque el jefe de su partido dice “hay que hacer esto”.

Patricia (esposa de Wolff), Pablo Novak y Waldo Wolff
Patricia (esposa de Wolff), Pablo Novak y Waldo Wolff

—¿Por qué te acercaste a Wolff?

—Siento que él tiene huevos y habla de lo que piensa sin pelos en la lengua. Y le veo futuro: me gusta que es un outsider que no viene de la política. Me generaron desconfianza los políticos y la confianza es una moneda de oro que, si se rompe, es difícil reconstruir.

—¿Cómo te sentís ahora con estas ganas de participar en política?

—Estoy conociendo gente, escuchando, participando, y la puerta de eso es el diputado Wolff. Me siento en un campo donde me empiezo a identificar, como en la puerta de algo lindo, importante en mi vida. Desde mi lugar de actor tengo para aportar: habrá actores y gente del arte que empezará a hablar sin que los tilden de gorilas. Me empujaron del otro lado, y te digo algo: acá se siente más libre. Opino libremente y no por eso voy a tener un partido diciendo “no podés decir eso”.

—¿Sentiste que te cancelaron por pensar diferente?

—Tuve una pelea con uno de mis mejores amigos hace un año porque lo vi tuiteando contra los runners: no puedo creer dónde ponen al enemigo. Hubo gente que denunció a otra porque quería laburar, y hoy nadie hace un mea culpa. Somos libres de suscribir opinión sea del partido que sea, sin ser gorilas ni fachos. La gente que se dice progre fabrica la cultura de la cancelación. La gente a la que hago referencia no quiere cambiar de opinión, es como querer discutir con un religioso sobre sus creencias.

—¿Llegaste a pensar en una candidatura?

—No, no lo pensé. Me puse a disposición desde mi lugar, hace 30 años milité en Actores.

—¿Y cómo fue esa experiencia?

Yo propuse el “Somos actores queremos actuar”, la frase fue votada en un momento donde la ficción había bajado a 11 (producciones) y estábamos en alerta, y me sentí defraudado porque en el momento negociaron y dijeron: “Ya está”, bajaron el copete y ahí empezó mi gran desconfianza con los que nos representan. ¿Qué onda? ¿Van arriba y negocian? Ahora hay dos ficciones y a todos los gobiernos les chupa un huevo la industria, y que los actores no laburen y los actores siguen apostando y apoyando (a las autoridades). Yo quiero un liderazgo más horizontal. Si en un momento me siento juzgado me iré. Estoy poniéndome a disposición de dos o tres personas, es reciente pero me sentí muy bien recibido y libre al poder decir lo que se me canta, esa es la parte linda, eso es la democracia. Me empujaron en base a la agresión y subestimarme.

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