La idea de la familia de Gustavo Martínez era que sus restos descansaran en el mismo lugar dónde están sus parientes, es decir, en un cementerio de San Isidro, en Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, dado que la muerte de quien fuera el tutor legal de Felipe y Martita, los hijos de Ricardo Fort, aún sigue siendo investigada por la Justicia, su cuerpo no podía ser trasladado fuera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por lo que en la mañana del sábado fue inhumado en la Chacarita. Y hasta allí, donde se vivieron escenas de profundo dolor, se acercaron sus seres queridos.
El ex personal trainer de 62 años murió este miércoles, en horas de la madrugada, luego de caer del piso 21 del departamento de Belgrano donde vivía con los hijos de quien fuera su pareja de la juventud. En principio, todo indica que se trató de un suicidio, ya que según trascendió Martínez se encontraba atravesando una profunda depresión, que se habría agravado luego de que le diagnosticaran un cuadro de Alzheimer. Sin embargo, el hecho fue caratulado como “averiguación de causales de muerte” y quedó a cargo de la fiscal Laura Belloqui, de la Fiscalía Nacional Criminal y Correccional N°59.
Desde que se conoció la triste noticia, se desató una fuerte interna entre los familiares de sangre de Gustavo y el clan Fort. Todo comenzó con una serie de historias que compartió Felipe en su cuenta de Instagram, en las que aseguraba que su padre iba a recibir a Martínez “con los brazos cerrados”. Y, luego de asegurar que nadie sabía lo que él y su hermana habían vivido en los últimos años, habló de supuestos “ataques de furia” del hombre que lo crio durante sus casi dieciocho años de vida, algo que los especialistas aseguran que podría deberse a la enfermedad que lo afectaba.
Lo cierto es que, después de muchas idas y vueltas mediáticas en los que la familia del chocolatero aseguraron que la despedida iba a ser íntima, fueron los parientes del ex personal trainer quienes se hicieron cargo del velatorio de Gustavo. Y decidieron hacerlo en la noche del viernes, a puertas abiertas, en la cochería Zuccotti de Palermo. Allí pudo verse a sus sobrinos, Pablo y Nicolás Martínez, quien fue acompañado de su pareja, Charly Ronco. También dijeron presente Karina Antoniali, ex esposa de Eduardo Fort, Marcela Villagra, íntima amiga de Ricardo, Thomas, hijo de Jorge Fort, el hermano mayor del mediático, y el diseñador Benito Fernández, entre otros. Pero no estuvieron los adolescentes a los que él les había dedicado su vida.
Sin embargo, los adolescentes sí estuvieron en el cementerio, dónde se mostraron profundamente desolados a la hora de darle el último adiós a Martínez. El entierro estaba previsto para las 11 de la mañana. Y hasta allí llegaron Martita y Felipe, en compañía de su tío Eduardo. La familia de Gustavo había asegurado que, a pesar de la grita que se había puesto en evidencia desde el fallecimiento del ex personal trainer, no le iba a impedir la entrada al velatorio a los Fort. Sin embargo, estos optaron por ir solo al sepelio, dónde finalmente pudieron despedirse de su tutor, dejando de lado el enojo que les causó su inesperada partida.
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