Comenzaban los noventa y con el cambio de década, se daría en la televisión un enfrentamiento que duró varios años y que dividió las aguas en las propias casas de los televidentes: Marcelo Tinelli vs Mario Pergolini. Ritmo de la noche vs Hacelo por mí -los domingos por la noche-; Videomatch vs La TV ataca -de lunes a viernes a la medianoche-. La familia unida frente a la pantalla en el caso de las primeras opciones, un público más rebelde y juvenil en las segundas. La grieta televisiva nacía y con ella, el contenido para diversos públicos que estallaban las planillas de rating para uno u otro lado.
La competencia era feroz y las ofertas, pese a todo, eran bastante similares: programas nocturnos, segmentos divertidos con juegos, sketchs cómicos, llamados telefónicos, imágenes de viajes, shows internacionales en vivo -fueron años en los que vinieron grandes bandas al país- y un staff femenino con bailarinas. En Ritmo de la noche -desde la pantalla de Telefe- reinaban Las Tinellis, vestidas con ropa de colores vibrantes al cuerpo, mucha calza de lycra, bodys y tops. En la vereda de enfrente, desde la pantalla del viejo Canal 9, mucha piel con las Jau Match. En ambos casos, una incursión que hoy analizada con perspectiva de género no podría realizarse.
Pero en esta ocasión, vamos a centrarnos en la propuesta que Alejandro Romay craneó para darle pelea a un joven y exitoso Tinelli que parecía tener el secreto del éxito. Para esa misión, convocó a su caballito de batalla, el chico carilindo, rebelde y transgresor que contrastaba en su grilla con las novelas de Alberto Migré. En ese programa dominical que seguían todos los jóvenes de la época, parecía valer todo. Fue entonces que llegó la propuesta de un joven Juan Emilio Guidobono. El coreógrafo y productor -que venía de trabajar con Tinelli- le propuso a Pergolini un cuerpo de baile distinto y así nació este grupo de chicas sensuales que no sólo repetía coreos detrás del conductor, sino que hacían desde perfomance callejeras en plena calle Florida hasta cámaras ocultas subidas de tono. Bajo su dirección creativa, revolucionaron todo en una época en la que mostrarse con poco ropa no era algo habitual en la televisión.
Gabriela Frezzotti fue la única integrante de las Jau Match que estuvo a lo largo de todo el ciclo y en diálogo con Teleshow, rememora cómo fueron esos meses de alta exposición. “Tengo todos recuerdos hermosos de aquella época”, asegura esta mujer que acaba de cumplir 50 años, vive en el barrio porteño de Caballito, tiene un hijo de 18 años, y que continúa añorando con cariño sus años de juventud.
—¿Cómo fue tu llegada a la televisión, en épocas en las que no había convocatorias masivas ni casting?
—Me vio un representante y me ofreció trabajar. Fui al canal, les gusté y me convocaron para el ciclo. En esa época no te hacían prueba de cámaras ni de baile, di con el perfil y quedé. A los pocos días de esa reunión, ya estaba debutando al aire. Finalmente, fui la única que estuvo desde que empezó hasta que terminó el programa, en el medio pasaron muchas chicas, había mucho recambio.
—¿Qué recuerdos tenés de esos años de exposición personal con respecto al público?
—La gente me hacía firmar autógrafos por la calle, eso es lo más loco que me pasó de todo ese tiempo. No lo podía creer. Y después, por supuesto, no paraban de caerme propuestas de salidas. Me ofrecían todo tipo de cosas para que acepte, desde plata hasta viajes, autos, de todo, pero bueno, estaba en pareja. Me trajo muchos problemas todo eso, era un tipo re celoso, tuve mil inconvenientes. No se bancaba para nada que me exponga en televisión. Después por suerte, pude salir de esa relación.
—Hace algunos años, Carolina Baldini -formó parte del staff en los inicios de su carrera como modelo- contó que se fue del programa justamente por esa exposición y porque se negó a grabar en la calle en bombacha y corpiño, ¿fueron compañeras?
—Ella creo que estuvo tres o cuatro programas nada más porque no le gustaba que saliéramos casi desnudas. Creyó que era otro tipo de programa así que fue la que menos estuvo por un tema de no exponerse tanto, no quería. En esa época no iba Diego Simeone a verla, creo que estaban peleados.
—¿Y cómo era la relación con el equipo y los conductores con ustedes, que eran chicas jóvenes y desconocidas?
—Re macanudos todos, la verdad es que fue una linda época, me sentí muy a gusto trabajando ahí. No éramos de organizar reuniones ni salíamos, pero se había formado un lindo equipo de trabajo. Conocí mucha gente, de hecho quedé muy amiga de una de las chicas con la que todavía tenemos vínculo. Fue muy lindo haber pasado por ahí. No tengo ni un sólo recuerdo negativo, ni de acoso o pasarlo mal con alguien.
—Por ese entonces, mientras vos bailabas, al lado tuyo estaba tocando una banda internacional -llegaron a presentarse grupos como Los Ramones y Roxette- que quizás después tocaba en un estadio lleno, ¿cumpliste el sueño de conocer a algún músico?
—No recuerdo mucho de esa época (risas). Fue hace mucho tiempo, sí recuerdo que pasé momentos muy lindos, que cobrábamos bien y que era divertido, algo que en ese momento no se veía. Ahora ves gente en bombacha y corpiño en la televisión a cualquier hora, todo más normalizado, pero en ese entonces no. Hacíamos bailes en la calle, coreografías, ficciones, nos decían cualquier barbaridad. Tengo absolutamente todos los programas grabados en VHS, los tengo que mandar a digitalizar.
—¿Qué fue de tu vida laboral cuando se terminó el programa? ¿Seguiste ligada a los medios?
—Sí, trabajé en algunos programas de secretaria, hice comerciales para afuera y uno puntualmente para Alemania que me fue bastante bien. También fui corista del Teto Medina cuando se lanzó como cantante. Después me dediqué a ser mamá. Abrí un negocio propio, vendí ropa y estaba estudiando para ser instructora de pool dance porque quería dedicarme a dar clases, pero justo se enfermó mi mamá, tuve que traerla a mi casa y metí de lleno a cuidarla.
—¿Sentís que el medio te dio la espalda?
—Lo intenté varias veces pero no se dio. Al poco tiempo del programa pasó también que conocí al padre de mi hijo, quedé embarazada y me aboqué al nene. Cuando él creció y estaba para volver, fallecieron mis dos papás en el término de nueve meses y recién ahora siento que puedo volver a hacer cosas, retomar las clases que tanto me gustan. Esta pérdida fue hace cuatro años, pero fue bastante duro y me costó reponerme. Fue muy terrible. Me encantaría poder trabajar en el medio porque estoy sin laburo aunque no soy pretenciosa, busco trabajo de cualquier cosa. Básicamente, necesito un ingreso.
—¿Tu hijo vio videos tuyos de aquellos años? ¿Le divierten?
—Tomás tiene 18 años y sabe que bailaba en la tele. El otro día estábamos mirando un programa y pasaron un compilado del Teto Medina y salí atrás parada, cantando. Y ahí me pudo ver un ratito. Nos divertimos, somos muy compañeros. Me separé de su papá cuando él tenía tres años.
—Estás prácticamente igual que hace treinta años, cuando salías en televisión, ¿te siguen reconociendo?
—Me siguen mucho los pendejos. En el verano estuve en la costa, en Pinamar, y una noche salí a bailar y fue terrible. No lo podía creer porque tranquilamente podrían ser mis hijos. Nunca salí con gente más chica, siempre me gustaron de mi edad o mayores, de hecho mi pareja actual me lleva 10 años. No me llaman la atención los chicos más jóvenes pero los atraigo se ve. Por suerte mi pareja no es nada celoso, él se dedica a la noche. Nos conocemos hace muchísimos años pero entre idas y vueltas estaremos juntos hace diez. De hecho, he bailado en sus boliches y no tiene problema. También me convocaba en la época de las Jau Match porque yo además del programa, bailaba como stripper así que me llamó por trabajo varias veces aunque no pasaba nada sentimental entre nosotros.
—¿Cuál es tu máximo deseo? ¿Te gustaría volver el tiempo atrás y repetir la experiencia?
—Me encantaría volver a conectar. Estuve un verano trabajando en Pinamar, pero después ya no tuve suerte, van pasando los años y no se dio, igual yo siempre estoy para regresar, toda la vida me cuidé mucho, hice actividad física, mucho gimnasio y pool dance. Ojalá pueda volver a bailar, eso es lo que más deseo.
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