Después de haber disfrutado unas vacaciones en Punta del Este, que comenzaron con las fiestas de fin de año, Valeria Mazza, su marido Alejandro Gravier y los cuatro hijos de la pareja pusieron rumbo a Suiza. ¿El motivo? La celebración de los 50 años de la top model.
Mazza estuvo acompañada en todo momento por su familia, en la que sobresalen sus hijos Tiziano, Taína, Balthazar y Benicio, y todos juntos le pusieron color y calor a una celebración más que especial. Así lo vivió Valeria, quien compartió las postales en su cuenta de Instagram.
Mazza mostró cómo sopló las velitas en un exclusivo restaurante (”Así arrancaron los festejos”, escribió) y, además, cómo pasó su día especial divirtiéndose en la montaña y jugando con su familia en la nieve. “El mejor regalo del mundo fue compartir estos días juntos”, expresó Valeria con emoción y tras la llegada de sus 50 años.
“Siguieron los festejos en la montaña”, contó en otro posteo en el que compartió un álbum de fotos en el que se la ve sonriente junto a sus seres queridos en St. Moritz, un exclusivo complejo turístico alpino.
El año pasado, Valeria estuvo de invitada en Los Mammones (América). Y durante el cuestionario conocido como “Las 21 de las 21″, en el que Jey Mammon solía pasear a los invitados por las preguntas más variadas, le disparó: “¿Roberto Giordano es más intenso que Pancho Dotto?”, indagó el conductor, en referencia al peinador y al representante, que están históricamente ligados a la vida profesional de la modelo.
Valeria dudó apenas un instante y levantó la paleta del no, dándole el premio a la intensidad al agente de modelos. “¿Roberto Giordano es así, no?”, repreguntó Jey, y la respuesta fue honestidad pura: “Es así, es una caricatura... bueno yo hace mucho que no lo veo, pero es muy gracioso”, respondió la top model. Y se apoyó en esa licencia temporal para llevar al living de América una anécdota vinculada históricamente a los mega desfiles que conducía el estilista y a su frase de cabecera. “Bueno, el ‘qué noche, Teté’ lo inventó (Alejadro) Gravier... ¿tenés tiempo?”, sorprendió Valeria, adjudicándole el crédito a su esposo y proniéndole al conductor un desvío en su hoja de ruta, que aceptó de inmediato con oficio.
“Imaginate que yo vivía todo el año afuera y venía a fin de año y quería participar de estos desfiles. Si hacía algo bueno, lo quería mostrar en mi país y hacíamos los desfiles de Giordano”, introdujo Mazza para citar la locación: Pinamar. “De repente, se llenó, se llenó y en un momento va a empezar el desfile, y viene Roberto y le dice a Alejandro: ‘Yo mando el segundo desfile, no puedo dejar entrar más gente’”.
Con esa situación, Gravier y Giordano arreglaron que iba a haber un segundo desfile y que no había otra modelo capaz de cerrarlo que no fuera Valeria. Allí, al calor del verano, a orillas del mar y en plena ebullición estaba Alejandro con sus amigos en primera fila, a la cabeza de una multitud que había duplicado las expectativas de los organizadores.
En ese clima, el marido de la modelo empezó a dirigirse a viva voz a la conductora de los desfiles, Teté Coustarot, que en este momento hace su ingreso triunfal en la historia: “Ale la cargaba, (le decía) ‘qué noche, Teté eh, qué noche Teté’. Y ahí nace”, reveló la modelo sobre una frase que se hizo sinónimo de los mega desfiles y, sobre todo, de la imbatible dupla que supieron formar Roberto Giordano y Teté Coustarot.
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