Esta semana, L-Gante visitó a Moria Casán en su programa de El Nueve. El músico venía de días agitados, con un escándalo mediático, que incluyó una discusión con un vecino y una citación a indagatoria por supuesta portación de armas, y una multitudinaria actuación en Tecnópolis en un espectáculo gratuito que derivó en otra polémica con la periodista Viviana Canosa. Como si necesitara descansar de unos días tan ajetreados, el referente de la cumbia 420 protagonizó una charla distendida y diferente a sus otros pasos por la televisión.
Alentada por la hospitalidad de la anfitriona, también se sumó a la charla su pareja Tamara Báez con Jamaica, la hija de ambos de cinco meses y como pocas veces antes, L-Gante abrió su corazón para hablar de su relación. Contó que con Tamara se conocieron en la escuela y que tenían un amigo en común. Moria quiso saber qué le había gustado del músico: “El sentido del humor. Siempre me hacía reír”, contestó la joven, todavía con con algo de timidez, mientras por el contrario, la beba hacía todo lo posible para llegar al micrófono.
Para no salir del tema, la conductora quiso saber cuánto había de cierto en las versiones sobre las peleas entre ambos. “Sí, nos habíamos peleado”, reconoció ella. “Pero nos peleamos de vez en cuando. Total, estamos en la misma casa y a los diez minutos estamos a los abrazos”, minimizó él.
Pero más allá del diálogo de los adultos, la que se robaba todas las miradas era la pequeña Jamaica. De entrada nomás cautivó a la conductora, que la tuvo a upa buena parte del reportaje. Quizás buscando seguir los pasos del padre, la beba se mostró muy interesada por el micrófono de Tamara y por la lapicera de Moria. Cerca del cierre se puso inquieta por primera vez en el programa. Probó calmarla primero el padre, luego intentó la madre, y no había caso. “A lo mejor quiere tomar la teta”; conjeturó Moria. “¿Toma teta? Dale si quiere”, le preguntó a Tamara, que le devolvió una mirada de sorpresa.
“Pelá teta y dale, tiene hambre. Sos la madre y tiene hambre, lo único que faltaba. Si la chica no sabe que es un estudio de televisión”, autorizó. Tamara se animó a amamantar a su hija que efectivamente era lo que necesitaba, y todo terminó con una sonrisa colectiva. Con el correr de las horas, se viralizó esta parte de la entrevista y se alzaron algunas voces escandalizadas por lo que había ocurrido en plena televisión. Y la propia Moria fue la que recogió el guante y apeló a su lengua karateca para dar su versión del hecho.
“Me honra que se haya viralizado y que se naturalice dar el pecho a una criatura que tiene hambre y por otro lado digo qué involución, qué atraso, no es ni medieval”, razonó La One en diálogo con Teleshow. “Me quedo con lo mejor siempre, pero el chiquitaje berreta es muy fuerte, de involución total”, agregó. En este sentido, recordó un caso similar que ocurrió con su hija Sofía Gala cuando ganó la Concha de Plata en San Sebastián: “Le prohibieron el afiche porque estaba amamantando a un chico, lo que en Europa rompió todo”.
Luego contó con naturalidad lo que había sucedido en el piso de El Nueve durante la visita del cantante de cumbia 420 y su familia. “La nena estuvo conmigo y con la madre y nunca lloró. De repente empezó con un llanto que era de molestia: o era de sueño o era de hambre. Ella me preguntó si podía... ¿Cómo no vas a poder darle la teta a tu piba?”, razonó Casán. “Es una cosa demencial y desdramatizarlo me parece una maravilla, en medio de una conversación donde los tres fuimos verdaderos”, añadió.
“¿Tanta mediocridad puede existir? ¿En esta época en la que se muestran culos, tetas, abortos, femicidios, clítoris con piercing, cualquier barbaridad, y escandaliza una teta con una madre amamantando a un hijo?”, se preguntó Moria y volvió a reflexionar. Me siento honrada, pero tenemos que pensar en tener un poquito más de apertura mental en algunas cuestiones”, cerró.
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