“Fue horrible, un accidente muy espantoso y estoy viva de milagro. El proceso es largo, pero yo le pongo humor y alegría”, dijo Verónica Lozano sobre el episodio que sufrió en un centro de esquí Aspen (Colorado) al caer de siete metros de altura desde una aerosilla mientras disfrutaba de unas vacaciones familiares y con amigos en los Estados Unidos.
Producto del fuerte impacto, los talones de la conductora resultaron gravemente heridos, motivo por el cual debió usar vendas en sus pies y movilizarse en silla de ruedas hasta este jueves al mediodía -hora de la Argentina- en que ingresó al quirófano para someterse a una cirugía de reconstrucción, según ella misma indicó. “El médico me opera los dos talones a la vez”, había advertido sobre el procedimiento que demanda al menos cuatro horas y en el cual su posición será boca abajo sobre la camilla. “Tiene que meter clavos para reconstruir porque el pie me quedó como una papa que se aplastó”, explicó en su programa.
“Sé de la gravedad de la situación, pero confío”, agregó. En tanto, aseguró que una vez que esté recuperada y que tenga la autorización, regresará a la Argentina para continuar con la rehabilitación.
Con respecto al accidente, la conductora de Cortá por Lozano recordó, entre lágrimas, el susto que sintió en ese momento: se encontraba acompañada por Analía Franchín y su instructora de esquí, quienes intentaron sostenerla mientras ella estaba en el aire. “Quedé colgada. La aerosilla empieza a avanzar y yo quedo agarrada de uno de los fierros de la silla con la mano derecha y del otro lado me agarraba Analía, y la instructora me agarraba del casco. Sentía que me estaba por morir, realmente. Veía y escuchaba todo. Anita gritaba y la instructora me decía ‘aguanta’. La gente gritaba”, recordó.
Y, visiblemente conmovida, destacó: “La virgen me protegió. Sentí que estaba en manos de Dios. Gracias a Dios, tengo perseverancia y entrenamiento sino no sé qué hubiera pasado”.
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En diálogo con Teleshow, el traumatólogo Sergio Lancha Ruiz habló de la lesión que sufrió Verónica Lozano, según los dichos de ella, ya que no trascendió el diagnóstico exacto. “Por lo que cuenta, tuvo una fractura de calcáneo (también llamado hueso del talón), basándome en el ejemplo que dio de que los pies se le aplastaron como una papa, y que la cirugía es boca abajo. Es la típica para esa fractura”, detalló el profesional.
“Los calcáneos son huesos son esponjosos que tienen un volumen importante con una estructura ósea que mantiene ese volumen. Es una especie de hueso cúbico, no es plano. Y cuando suceden ese tipo de caídas tan importantes se las llama lesiones de alta energía, porque se acumula mucha energía, se transmite en el golpe de la caída. El calcáneo está ubicado debajo de otro hueso, el astrágalo. Con un golpe de tal magnitud, se mete adentro, y eso es lo que lo aplasta totalmente y queda en la descripción que hizo Lozano: aplastado como una papa, porque todo el contenido queda como una papilla y la corteza queda rodeando esa papilla”, explicó Lancha Ruiz sobre la lesión de la conductora.
Al respecto, contó que “lo grave de estas fracturas” es que siempre que se producen con estas características, se ven afectadas las carillas articulares, las superficies de contacto que tiene el calcáneo con otros huesos. “Al afectarse las carillas articulares, ya no hay una armonía en el movimiento, pierde esa capacidad”, continuó el médico y agregó que la cirugía “es muy compleja”.
La operación consiste en restituir el hueso “a lo más parecido a la posición original”. “Dependiendo del grado de destrucción que tuvo ese hueso -aclaró-. Pudo haberse aplastado en muchas partes y al ser así, queda como un rompecabezas que se desarmó y encajar esas piezas no es algo que pueda quedar perfecto”.
Por su parte, según la descripción que hizo Verónica Lozano sobre la operación, el médico enumeró los distintos métodos que se pueden aplicar en la cirugía: “Utilizar tornillos especiales a medida que se van encajando esas piezas con una técnica particular. Son tornillos que dejan armadas las partes fracturadas; también se pueden usar unas placas de reconstrucción del calcáneo que están diseñadas y moldeadas para que se adapten mejor y poder mantener esos fragmentos que se han dispersado. A través de esas placas también se pasan tornillos; y en los casos un poco más complejos, se usa injerto óseo para rellenar los sectores en donde quedó muy colapsado. Se se saca de otra parte del cuerpo: la zona más recurrida para eso es la cresta ilíaca, en la zona de la pelvis”.
Lancha Ruiz sostuvo que se trata de una “fractura muy compleja”. “Cuanto más complicada es más difícil que el hueso recupere la posición y la forma previa. Deja una secuela muy importante. Depende de cómo sea operada y de la habilidad del cirujano”.
“Y a partir de ahí... el proceso de rehabilitación”, continuó el profesional y agregó que el promedio de recuperación en este tipo de lesiones es de dos a tres meses. “Primero se tiene que formar el cayo y que se unifiquen todos los fragmentos. Hay que darle movimiento, que no pierda masa muscular ni movilidad. Y lo último es el apoyo, buscar que pueda soportar el peso. Según la evolución, eso se deja para la última etapa”, sintetizó el traumatólogo sobre la recuperación que deberá realizar Verónica Lozano a su regreso a la Argentina.
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