Gustavo Martínez murió una semana antes de que los hijos de Ricardo Fort cumplieran 18 años: qué iba a pasar con su tutoría legal

El personal trainer perdió la vida al caer de un balcón. Había recibido un legado por parte de ex pareja: cuidar a sus hijos hasta que cumplieran la mayoría de edad, un hecho que sucederá el 25 de febrero

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Gustavo Martínez y su familia por elección: Ricardo Fort, Martita y Felipe
Gustavo Martínez y su familia por elección: Ricardo Fort, Martita y Felipe

Como una especie de premonición, acorralado por los dolores y tal vez, porque siempre supo que se iba a morir joven, Ricardo Fort no dejó nada librado al azar. Meses antes de morir, el chocolatero firmó un poder para que su mano derecha, su gran compañero, se haga cargo de sus hijos, Marta y Felipe. No dejó su tesoro más preciado en manos de cualquiera: Gustavo Martínez era mucho más que su ex pareja, fue también su gran amor.

Para ese entonces los mellizos, Ricardo y el personal trainer estaban conviviendo desde hacía tiempo, luego de que el mediático fuera operado de la rodilla y lo invitara a Gustavo a pasar los días de rehabilitación en su casa. Pero el tiempo pasa, y la próxima semana, los chicos celebrarán su mayoría de edad y ya podrán disponer de sus bienes, viajar al exterior y con sus 18 años, se terminaba también la tutela legal de Gustavo, quien los cuidó tras la muerte de su papá en el 2013. Una tarea que no ejercía solo, sino que la llevaba adelante en compañía de Marisa, la ex jugadora de la Selección Argentina de Hockey que es niñera de Marta y Felipe desde que ellos tenían apenas meses y que entró al hogar por recomendación de Karina Antoniali, ex cuñada de Ricardo.

Ricardo, Gustavo y Marisa, los referentes afectivos de Felipe y Marta
Ricardo, Gustavo y Marisa, los referentes afectivos de Felipe y Marta

Como tutor de los chicos, Martínez no solo cuidó de ellos, sino que también tuvo que administrar su dinero. El patrimonio que hoy pertenece a los mellizos incluye un porcentaje de la empresa FelFort, autos, todos radicados en Argentina -ya que los que tenía afuera los vendió antes de morir- y propiedades. Tras la partida de su abuela Marta, quien era dueña de la mitad de la fábrica, la porción accionaria de ellos ronda en un 33 por ciento entre los dos.

Como dueños de la fábrica de chocolates, los chicos están incluidos, al igual que sus tíos, en la división de ganancias de la misma. Es decir que cuando la empresa distribuye utilidades, ellos perciben los dividendos correspondientes aunque aún no pudieron disponer de ellos por ser menores de edad.

Marta y Felipe consideraban a Gustavo como su familia
Marta y Felipe consideraban a Gustavo como su familia

Desde que Martínez se hizo cargo de ellos hasta el momento, la empresa le entregó a él una mensualidad para la manutención de Marta y Felipe que alcanza para cubrir los gastos de colegio, casa, niñera, seguro de los autos que les pertenecen, vacaciones y demás. Dicho dinero, según confirmaron hace un tiempo allegados a la empresa, es luego descontado de los dividendos que deban percibir los hermanos.

Hasta ahora la administración de los bienes de los mellizos estuvo a cargo de Gustavo. Sin embargo, sus movimientos eran controlados por un asesor de menores de un juzgado, por lo que él debía realizar periódicamente una rendición de cuentas. A dicho asesor es a quien debía además informarle cada vez que salía del país con los chicos, a pesar de que no necesitaba pedir permiso.

En una semana, los chicos cumplirían 18 años y Gustavo ya no sería su tutor legal
En una semana, los chicos cumplirían 18 años y Gustavo ya no sería su tutor legal

Yo no uso los bienes de los chicos, ni quiero un centavo. Siempre fui independiente”, había explicado el tutor hace un tiempo a Teleshow, quien a pesar de cuidar a dos niños, nunca dejó su trabajo como entrenador.

En una semana, Gustavo ya quedaba exento de su “trabajo” al lado de los menores: debía dejar de informar los movimientos al juzgado y ellos podrán disponer del dinero de los dividendos de la empresa, así como podrán elegir trabajar en ella si lo desearan como sería el caso de Felipe o tomar otros rumbos como Martita. El tutor legal no llegará a verlos convertidos en mayores de edad, sin embargo su misión fue llevada con éxito hasta el final. Puede descansar en paz.

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