Andrea Politti es una actriz y conductora todoterreno que este lunes volvió a la pantalla chica para debutar al frente de Turno tarde, un formato de entretenimientos en el que los chicos desafían a los grandes para competir y descubrir quién sabe más sobre conocimientos escolares. Esta producción de Kuarzo, que se emite de lunes a viernes a las 17.30, llega para renovar las tardes de ElTrece junto al nuevo programa Momento D, con el periodista Fabián Doman.
En diálogo con Teleshow, Politti da detalles sobre este interesante reto en su extensa carrera televisiva, en la que se ha destacado como conductora de populares ciclos y realities como Cuestión de peso, Los unos y los otros, Ojos que no ven, El gran premio de la cocina y Corte y confección. Además, reflexiona sobre los grandes cambios que hubo en la vida de todos, tanto en las relaciones como en el trabajo, debido a la pandemia.
—¿Qué aspectos son los más atrapantes del nuevo programa?
—Es un ciclo de entretenimiento de preguntas y respuestas muy divertido en el que participan grandes y chicos de nivel primaria y secundaria. Uno de los desafíos es ver si los grandes se acuerdan o no de lo que vieron en el colegio, en materias como música, arte, biología, ciencias naturales, matemáticas y geografía. Los chicos son muy competitivos y les gusta ganar. Entonces es muy divertida esa dinámica a través de los juegos. En cada programa hay un examen final que es donde se gana o se pierde. Y el viernes hay una gran final con un premio importante, que se reparte entre los padres de los chicos. También participan famosos que van cambiando todas las semanas; en el caso de ganar, donan el premio.
—¿Es difícil trabajar con chicos de distintas edades?
—Los chicos vienen a competir, a jugar y se divierten un montón. No siento que sea difícil porque lo importante cuando uno trabaja con chicos es entender que simplemente son personas que están en una etapa madurativa. Entonces, creo que desde ahí uno puede realmente pasarla bien, y que ellos también se sientan valorados.
—Turno tarde forma parte de una renovación de la grilla de ElTrece para mejorar los índices de audiencia. ¿Te preocupa el rating?
—Esa pregunta por ahí te la tiene que contestar más un programador. Desde mi lado cuando hago un programa siempre le pongo muchas ganas y pasión. Tengo mucha experiencia en la conducción, entonces trato, incluso con todo lo que aprendí, de mejorar día a día. Cada vez que hago algo me concentro mucho. Por supuesto que uno trabaja para el público y lo noto principalmente en la calle qué es lo que va pasando con los trabajos que voy haciendo. La verdad que me gustó mucho la propuesta de Kuarzo: es un programa de entretenimiento que también me sirve a mí para aprender. Es muy atractivo porque es para todas las edades. La gente se engancha contestando las preguntas y espera para ver si respondió bien o mal. Y a veces compiten en la casa a ver quién sabe más.
—¿Cómo ves a la televisión actual? Con la pandemia cambió bastante el contenido y hay muchos programas de concursos y realities.
—La pandemia nos cambió a todos, pero profundamente. A nivel personal creo que todavía no tenemos dimensión de cuánto nos modificó, porque tocó absolutamente a todas las edades, nos hizo tomar contacto con el aquí y el ahora, con la vida y la muerte, con los pensamientos más oscuros y los más luminosos. Cuando comenzó la pandemia sentía que iba a sacar lo mejor y lo peor de las personas porque nos hemos transformado en vehículos de contagio. Entonces entendimos que es un virus que entra a tu cuerpo y que podés contagiar al otro. Después, tengo a personas conocidas que han perdido familiares. Otros me contaron que tenían hijos pandémicos a los que les costaba salir, que se sentían mejor en la casa. Claro que nos modificó a todos y sin duda que esto se ve a través de todos los medios de comunicación y en los programas.
—¿Cómo fue tu experiencia en estos dos años?
—Es muy fuerte lo que nos pasó, nunca imaginé que iba a vivir algo así, ni en la peor de mis pesadillas. Al principio no se sabía mucho de los contagios, entonces salía con miedo, pánico. Recuerdo ver que estaba todo vacío en las calles. Y cuando volvía a casa teníamos preparado el trapo con lavandina, me lavaba las manos como los médicos y después me rociaba con cualquiera desinfectante que había cerca. Así se me destiñó un montón de ropa, zapatos, carteras. Cuando ibas a algún lugar te rociaban con vaya a saber qué cosa, no sabías si eso servía o no (risas). No saludarse con un beso ni con un abrazo, mirarse de lejos, tener más contacto visual, pero a través de un barbijo, sin saber qué expresión está haciendo el otro... Todo eso obviamente nos modificó y todavía estamos remándola con el covid.
—Por suerte tuviste mucho trabajo en esta época difícil, ya que muchos artistas y colegas se quedaron sin fuentes laborales.
—Sí, me tocó estar justo en Corte y confección. Estábamos en la tercera temporada y nos agarró de lleno el covid cuando todavía no había mucho conocimiento. Entonces, salía a trabajar con angustia: pensaba que me iba a contagiar y a contagiar a otros. Todos nos empezamos a distanciar, a hisopar, a cumplir con los protocolos. Empezamos a hacer vivos porque en ese momento no podíamos estar muchas horas grabando. Pensaba en los médicos, en las enfermeras, en las personas que necesitaban del otro lado un poco de distracción. Eso me ponía las pilas y trataba de transmitir un poquito de alegría en un momento tan lúgubre.
—¿Cómo es trabajar con los protocolos?
—Además de la tele, también estoy haciendo teatro, protagonizando Díganlo con mímica, en el Multiteatro. Empezamos el año pasado: los ensayos fueron con barbijos, con protocolos y todo. Era muy raro ensayar de esa manera, cuando decías el texto con el barbijo y la pantalla te ahogabas prácticamente, costaba un montón concentrarse. En un momento tuvimos que suspender por cuestiones del covid. Después volvimos y estrenamos en septiembre, cortamos por las vacaciones y regresamos. Tenemos hisopados semanales, tanto en televisión como en teatro. Sé que los teatros cumplen con todos los requisitos de ventilación y todo lo que le pidió el Ministerio de Salud. A veces de golpe se corta todo porque viene una ola de contagios, pero por suerte tenemos las vacunas y los cuidados que cada uno tiene que ser consciente. El público entendió que el teatro era seguro y se animó a venir para pasarla bien. Esta es una comedia donde la gente no para de reírse. Yo invitaba a compañeros que venían con la mamá que hacía un montón que no salía y estaban muy emocionados porque se animaron a salir, a disfrutar de un espectáculo. Tengo entendido que hay gente a la que todavía hoy le cuesta salir de la casa. También muchos cambiaron de profesiones. Hay gente que se dio cuenta de que por ahí lo que estaba haciendo no lo llenaba y se animó a hacer algún tipo de emprendimiento. La pandemia te lleva a los extremos y te obliga a repensar cómo está tu vida y qué querés cambiar, por eso me refería a la importancia del aquí y ahora.
—¿El aquí y ahora ya lo tenías presente antes de la pandemia o lo empezaste a profundizar más en estos últimos años?
—Cuando hacés teatro una de las técnicas de actuación y de concentración es el aquí y ahora. Entonces ha sido como una gimnasia, pero una cosa es concentrarse en una obra y otra cosa es concentrarse en la realidad. De verdad era todo raro y parecía toda una ficción porque yo me acuerdo de salir a comprar algo al supermercado y ver a gente que usaban trajes muy extraños, tanto así que parecían extraterrestres (risas). La realidad era esa, salíamos como lo que creíamos que era normal. Todavía estamos en esas, yo creo que nos ha cambiado todo: desde los vínculos con los amigos hasta los trabajos.
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