1. Nació el 13 de febrero de 1952 en el Sanatorio Lavalle y bajo el signo de acuario.
2. Su nombre es Lía Soledad Silveyra Villegas.
3. Afirma que sus primeros años fueron “muy paquetes, Graciela Borges un poroto al lado mío”. Vivió en San Isidro y luego en Talcahuano al 600.
4. Creció en un hogar antiperonista “con una abuela que a Evita le decía ‘la Perona’ y una madre que fue presa por defender el Jockey Club”. Su bisabuelo combatió con Leandro Alem, en Plaza Lavalle, la abuela tenía el sable guardado y en el 30; cuando subió José Félix Uriburu, salió a tirarlo a una alcantarilla.
5. Sus papás se separaron cuando ella cumplió un año.
6. Cuando tenía seis años su mamá., María Teresa Villegas, se puso en pareja con Carlos Hopsff, un odontólogo, “un señor de mucha plata”. Asegura que por eso “hasta los 12 estuve bastante malcriada, en el sentido que todo lo que quería lo tenía”.
7. Transitó una relación compleja con su mamá. “Desgraciadamente nunca estuvo bien. Una mujer bellísima, que tenía posibilidades de todo y no se daba cuenta, nada la completaba. Tenía un gran trauma: fue hija natural, porque mi abuela se casa con un señor casado, entonces le anulan el matrimonio, y eso en esa época a mamá le hizo mucho daño. Y ella se enamora de mi viejo, se casa jovencita, duran un año, se va de San Isidro, y ahí empezó toda una cosa que evidentemente ya venía: empieza a ser adicta a pastillas, no a ninguna droga de estas que conocemos ahora, sino pastillas”, contó en Infobae.
8. Soledad solía escuchar un disco que decía: “Déjenla ir al baile sola, solita y sola, que la quiero ver cantar. Andar por los aires y moverse con mucho don aire”. Era un disco de pasta amarillo que ponía en el Winco y del otro lato tenía “La Farolera”. De ahí le quedó su apodo: Solita.
9. A los ocho años se peleaba con todos los farmacéuticos que le vendían pastillas a su mamá. “Ella robaba recetas, las hacía ella, los farmacéuticos se daban cuenta, pero le vendían igual, y yo me peleaba. Muchos intentos de suicidio, fue una vida complicada. Me di cuenta de que era yo solita la que podía salir, que no iba recibir ahí ni una educación ni nada, no me cuidaban ni los dientes”.
10. De chica alguna vez fantaseó con ser monja. Le llamaba la atención el hábito religioso y vivía poniéndose una toalla en la cabeza para imitar el velo de las monjas.
11. Su mamá se suicidó el 5 de noviembre de 1980, a los 52 años.
12. “Parece que hubo una discusión donde mamá saca un arma y dispara contra mi hermano, él sale corriendo y se tira en una zanja. Ella pensando que había matado al hijo, da vuelta y se pega un tiro, se suicida”, fue la versión que le dieron de lo sucedido.
13. Sin embargo la actriz escuchó, tiempo después, otra versión: “Me llegó que mi abuela, cuando ve que mamá le dispara a su hijo, le dispara en la espalda a mi mamá. Este comentario me llevó mucho tiempo porque no sabía qué hacer: investigar, quedarme con lo que me dijo mi hermano y mi abuela toda la vida, porque ya no tengo ninguno vivo. Los tres se me fueron. Fue un momento realmente muy traumático”, contó en Confrontados.
14. Su papá, Juan Eduardo Silveyra, era ex jugador y entrenador de rugby del tradicional CASI. Falleció cuando Solita tenía 16 años. “Lo habré visto unas diez veces en mi vida. Era de San Isidro, muy buena pinta”.
15. Cuando Solita estaba en séptimo grado murió la pareja de su madre. En tiempos sin divorcio, como su mamá no era su esposa legítima quedaron en la ruina. De ir a fiestas en el Alvear pasaron a vender todo: las arañas, las porcelanas, los candelabros.
16. Hacia tres meses que estaban a caldo y galletas cuando fue a su casa el actor español Zelmar Gueñol y al verla representar Antígona e imitar a Pinky -que vivía en el mismo edificio- le preguntó si quería trabajar en televisión.
17. Fue a Teleonce, le tomaron una prueba, quedó y así empezó todo. Tenía 12 años. Si hoy le preguntan si un niño tiene que trabajar, le cuesta mucho decir que no porque a ella le salvó la vida.
18. “No tuve niñez. Mi debut artístico hizo que saltara el orden que la naturaleza fija”. Abandonó la secundaria en cuarto año.
19. En 1966 junto a Darío Vittori realizó lo que considera su primer protagónico. La obra se tituló Los chicos también pecan.
20. Un año después debutó en Cuatro mujeres para Adán y logró continuidad en El amor tiene cara de mujer.
21. Fue la novia de película de los dos galanes del momento: de Palito Ortega en Un muchacho como yo y de Sandro en Quiero llenarme de ti.
22. Filmó 38 películas, actuó en 24 telenovelas y otros tantos programas, condujo tres temporadas del reality Gran Hermano y fue jurado en Bailando por un sueño.
23. “Nunca sentí ser atacada por los medios, y si tengo un novio más joven y me hacen guardia, bueno, joróbese, Solita. Si me emborraché la noche de los Martín Fierro porque perdí, jódase, Solita. Siempre que pasa algo, uno tiene una cuota enorme de responsabilidad”. (Sur, mayo, 2008).
24. Admite que los noviazgos no le duran mucho: “Soy de amores cortos”.
25. Su relación más extensa fue con José María Jaramillo: se casó el 6 de octubre de 1970 en la Basílica del Santísimo Sacramento, cuando había cumplido 18 años.
26. En la fiesta de casamiento entre los invitados estaban Mirtha Legrand, Irma Córdoba, Luis Sandrini, Duilio Marzio, Abel Santa Cruz y el ex presidente Arturo Frondizi.
27. El matrimonio con Jaramillo duró siete años y tuvieron dos hijos. Se separaron, pero siguieron manteniendo una gran relación. “Es que él siempre va a ser el padre de mis hijos”.
28. Uno de sus romances más recordados fue el que mantuvo en 2009 con el ex vicepresidente Carlos Chacho Álvarez. Estuvieron juntos dos años.
29. Estuvo en pareja con Hernán Lombardi. Otros amores importantes fueron Miguel Ángel Solá y el escritor David Viñas, a quien definía como “el hombre más ético de mis parejas”.
30. También estuvo en pareja con Mariano Franco, iluminador en el teatro, 21 años menor que ella.
31. “Estoy acostumbrada a decir las cosas de frente. Será por eso que ningún hombre me duró más de siete años”, dice. Por eso admira a las “mujeres que pueden estar casadas 30 años, no me pasó. Nunca quise apoltronarme en una relación. Ya miento bastante arriba del escenario”.
32. “De un hombre me atrae su calidad de persona, que pensemos parecido y queramos lo mismo. Sentirlo un semejante. En lo físico me gustan las barbas, desgarbados y más feos que lindos”. (Ahora, enero, 1997).
33. Tiene dos hijos, Baltazar y Facundo Jaramillo.
34. Cuando el mayor tenía 13 o 14 años vio Últimos días de la víctima, un película en ese momento prohibida para menores en la que su mamá tenía una escena de sexo muy fuerte. “Me acuerdo de la cara de él cuando me encaró y me sigue doliendo percibir su dolor, su desconcierto”.
35. Cero diva, si un periodista la llama atiende ella misma el teléfono sin el filtro de prenseros o asistentes.
36. Es la entrevistada ideal. Franca, sin filtro, gran contadora de recuerdos, con la risa a tope y sin esquivar temas.
37. Se define como una obsesiva del trabajo. Por eso prefiere las críticas a los elogios.
38. Le ofrecieron protagonizar la publicidad de una reconocida gaseosa pero se negó “por motivos ideológicos”. “Fue en la época del Proceso. Estábamos muertos de hambre y lo llevé a mi hijo para que me escuchara decir ‘no’. Me hice la Joan Báez, pero ellos no recuerdan como algo heroico sino más bien demagógico”.
39. Asegura que no haría una tapa de Playboy pero por sus nietas porque si fuera por ella “la hago con gusto, me divertiría horrores. Eso sí tendrían que retocar todo”.
40. En 1972, junto a Claudio García Satur y libros de Alberto Migré protagonizó Rolando Rivas, taxista, que quedaría en la historia de la televisión. La trama parecía sencilla, sin embargo capturó a la audiencia. En la primera temporada, Rolando Rivas, un porteño de barrio, laburante y bueno, taxista de oficio, conoce a una pasajera que le cambia la vida: Mónica Helguera Paz, la típica niña rica que tiene tristeza.
41. En pleno éxito, con Satur viajaron a Córdoba y estaban todos los taxis esperándolos en el aeropuerto y con banderas argentinas. “Parecíamos Perón y Evita, asomados por el techo corredizo del auto. Me acuerdo que le agarré la mano y le dije: ‘Si no nos volvemos locos ahora, no enloquecemos nunca más”.
42. Con Satur grabaron Tuyo, un disco de poemas y música beat.
43. Cuatro décadas después Satur reconoció en una entrevista con Teleshow que así como su personaje se enamoraba de Mónica, él se enamoró de Solita. “No era difícil enamorarse de ella. Era una criatura deliciosa. Tenía algo angelical cuando sonreía, cuando se enojaba, que te apartaba de la realidad. Era linda, era chiquita y te daban ganas de ponerla bajo el brazo y llevártela a tu vida”.
44. Solita asegura que Satur fue el compañero mas cascarrabias que tuvo, pero también el que más la hizo reír. Por él, se fue de la novela. “(Estaba) muy enamorada de mi marido José Jaramillo y comprendí el peligro de la situación”. Con una madurez increíble decidió que lo mejor era huir para adelante y renunciar a la novela pero preservar sus afectos.
45. A los 40 años y luego de trabajar 30 se encontró con problemas financieros. “Perdí plata, me hicieron macanas, las hice yo, administré mal, perdí una casa en San Isidro y un campito”.
46. Es muy despistada.
47. Admira a la actriz Jessica Lange. “Pasó de ser la rubia de King Kong a ser la mujer de Sam Shepard”.
48. Su figura siempre estuvo ligada a los sectores progresistas. Con Jaramillo, militante desarrollista, se comenzó a instruir de un mundo que para ella no existía.
49. En 1973 asumió la presidencia Héctor Cámpora y con una amiga querían ver la reacción de la gente. Fueron a la sede del PJ en Cerviño y Oro. “Ahí me sacan la famosa foto del balcón donde estaba él. Pero la verdad es que entré de colada”.
50. Con la última dictadura, su nombre apareció en las listas negras. Del 76 al 82 tuvo prohibido trabajar en ningún medio que dependiese del Estado. Su única opción de trabajo era hacer teatro.
51. “Yo fui de las que se quedaron, no fui amenazada, no pasé lo que otros compañeros vivieron, pero soy consciente de todo lo que sucedió”. (Sur, mayo, 2008).
52. En el 82 “sentí que había que decidir claramente dónde uno se paraba”. Se puso a trabajar con las Madres de Plaza de Mayo.
53. En su living colocó una foto que se sacó con Hebe de Bonafini; uno de sus hijos solía darla vuelta para que sus amigos no la vieran.
54. Decidió montar la obra Sylvia, una comedia sobre las desventuras de una perra que ella encarnaba. Fue un gran fracaso comercial y de público. Perdió 80 mil dólares, que eran todos sus ahorros.
55. Asegura que no se hace la nena sino que “se siente una nena”, por eso le gusta sentarse en los cordones de las veredas o saltar los escalones en las escaleras de Tribunales.
56. A los seis años sufrió un fuerte episodio de abuso por el médico de cabecera de la familia. “Me salvé de ser penetrada porque un integrante de la familia justo abrió la puerta en ese momento”.
57. Solita calló lo que había pasado y tiempo después tuvo sarampión, pero cuando el médico llegó ella no quería que la revisara. Su abuela le preguntó por qué y cuando se lo contó, le pegó un cachetazo. “Lo hablé después con mi psiconalista, pero en el seno de la familia no porque no me creían”.
58. Para ella el éxito es “armar un lindo equipo de trabajo, en el que todos se sientan bien y tiren para adelante”.
59. “Que soy un desastre como actriz nunca me lo dijeron. Que tengo condiciones es lo que siempre se dice de mí. Que soy muy buena solo me lo dijeron dos veces. Yo creo que tengo muchas condiciones y las defenderé a muerte”. (Satiricón, mayo, 1974).
60. Se suele levantar temprano y desayuna mate con edulcorante.
61. Un tiempo fantaseó con irse a vivir a Inglaterra por unos meses, para “aprender inglés y hacer de mesera”.
62. Luce una cicatriz en la pierna por culpa de Sandro. “A él le gustaban las señoras mayores, y un día filmando, lo veo en un rinconcito con una señora bastante mayor que él”.
63. Soledad tenía 16 años, le parecía bastante la diferencia y la curiosidad la pudo. Caminó mirándolo hacia atrás, se cayó y se le incrustó el clavo de un marco que le dejó una cicatriz.
64. Reconoce cirugías en ojos y lolas.
65. Solía firmar autógrafos agregando la frase “con alegría”. Si estaba, en una acto político ponía “Justicia”.
66. Le ofrecieron el papel de Roxi en Gasoleros pero lo rechazó porque era un contrato por tres meses renovable y en Utilísima le habían ofrecido otro de 10 meses. Quedó en manos de Mercedes Morán.
67. Recuerda como una de sus mayores burradas la vez que en el programa El juicio del gato, conducido por Lucho Avilés, en vez de guerra de Vietnam dijo guerra de… Viedma.
68. No tenía problemas en filmar desnudos hasta que un día su hijo le dijo: “Mamá, no me lo banco”. “Con los años me arrepentí porque tendría que haberlo educado sin renunciar a sus valores”.
69. Como conductora de Gran Hermano se quedaba mirando la señal 24 horas hasta la madrugada, y les dejaba mensajes en los contestadores a los productores pidiendo aclaraciones o exigiendo que les entreguen cigarrillos, postres o lo que los chicos estuvieran pidiendo en ese momento. Los sábados de gala, Solita llegaba al canal bien temprano, casi al mediodía, y con el equipo de producción se iba a ver las notas que saldrían a la noche para sentarse a analizar y entender la rutina. Se escribía cada una de las frases y de los textos que iba a decir al aire. Cuando dijo ”¡Adelante mis valientes!”, frase que es de su autoría absoluta, lo sintió de verdad. “No fue una pose ni un eslogan”, contó el productor Marcos Gorban.
70. “Los actores somos todos niños, tratamos todos de cuidar mucho a nuestro niño porque está todo ahí. Ese espíritu mío también se lo debo al dolor, y que pude reconvertirlo. Hoy disfruto mucho la vida”, afirma Soledad Silveyra.
Con material del archivo periodístico de la escuela TEA
SEGUIR LEYENDO