Desde el atardecer de las sierras cordobesas, Gaby González disfruta los últimos instantes de su personaje Rosita de Pasión, con el que hace más de 15 años viene alegrando y difundiendo la movida tropical. Por las noches, de jueves a sábado, se sube a las tablas del teatro Holiday para hacer El juego de Carlos Paz, el musical que protagoniza con Diego Reinhold, Mónica Farro, May Alexander, Milton Ré y un excelente cuerpo de baile.
Pero esta no fue la única apuesta del actor, ya que produjo y escribió Generación Power, que con su despliegue variopinto entre Transformes de casi tres metros y los entrañables Carozo y Narizota, se llevó el Premio Carlos al espectáculo infantil. “Estamos muy contentos por el premio que nos da alegría y nos posiciona para el año que viene”, señala Gaby a Teleshow, en un verano que no duda en calificar como “de inversión a futuro”. En una temporada inédita para las grandes plazas de verano, con un importante caudal turístico pero con limitado poder adquisitivo y la tercera ola de coronavirus poniendo en jaque permanentemente a la cartelera teatral, el actor y productor elige la cautela y la mirada hacia adelante.
—¿Qué balance hacen de lo que va de la temporada?
—Que no es lo que nos habían prometido. Habían dicho que iba a ser la gran temporada que la mayoría de la gente turismo interno, si hay mucha gente que viene con lo justo. Ves cómo la gente va caminando por la calle comiendo papas fritas o ensaladas, no se sienta a comer, porque sabe que ir a un restaurante y a un teatro no gasta menos de 10 mil pesos. Entonces uno tiene que ver cómo hace para conquistar ese público.
—¿Cómo les está yendo en términos de números?
—Llegamos con la ilusión de realizar dos funciones de jueves a domingos y solo pudimos repetir el sábado. De un aforo de 650 localidades no pudimos superar las 400 personas. Fue muy complicado, lo hemos visto con Aníbal Pachano, que estaba a la vuelta con teatro a la galera, Flavio Mendoza tenía vendedores recorriendo la peatonal buscando la gente para que vaya al teatro. Es evidente que estamos todos en la misma, la verdad que negocio no fue, pero lo vemos como una siembra e inversión.
—A comienzos de temporada tuviste un cruce mediático con Pachano por el tema del teatro a la galera. ¿Cómo quedaron las cosas?
—Lo fui a ver a Pachano, y me parece que no es para la galera, es de alto nivel como todo lo que hace el, pero entiendo que cuando uno busca el peso y trata de que todo el mundo pueda cobrar, hace lo que puede y lo que le sale. No voy a hablar si es leal o no, cada uno maneja su negocio, tampoco imagino que era su idea, lo tuvo que hacer por obligación. El que termina eligiendo es el público, antes venía una familia y veía tres o cuatro espectáculos, ahora con suerte ve uno.
Antes de embarcarse en la temporada de Carlos Paz, Gaby había anunciado que iba a dejar por un tiempo al personaje de Rosita, luego de 15 años en la pantalla de Pasión de Sábado animando la movida tropical. Ese que fue moldeando desde 1999 en radios barriales hasta que Pablo Serantoni lo convocó para FM Pasión. “Empezó como un juego y llegamos hasta almorzar con Mirtha Legrand”, resume con orgullo pero sin nostalgia. Hoy se mantiene firme en esa decisión, y explica los motivos. “Todo tiene un ciclo y no hay que apegarse demasiado a los personajes. Hace años que vengo pensándolo y ahora dije hasta acá llego. El año que viene hay elecciones y me voy a meter de lleno en la política”, sentencia.
—¿Cuándo surge el interés por involucrarte en política?
—Estoy en la política hace muchos años, hasta he sido autor de algunas herramientas que se presentaron en el Congreso, como Pancitas llenas y otras ideas que presentaron diputados, y prendió en mí las ganas de ser parte de esta estructura. Vengo caminando la Provincia de Buenos Aires hace veinte años y siempre fui una persona solidaria, algo que me inculcó mi viejo. Él es visitador medico y la hasta el día de hoy la gente le golpea la casa con las recetas para pedirle medicamentos. Mi viejo siempre nos decía Dios nos había puesto del lado de las personas que podíamos ayudar y no las que teníamos que pedir. Ahora que con Rosita logré una imagen a nivel nacional, quiero aprovecharlo para usarlo como plataforma política, para trabajar desde no el cholulaje sino poniendo el cuerpo y las ideas sobre la mesa.
—¿Cómo se trasladan todas esas inquietudes al campo político?
—Tenemos un equipo grande con una abogada, un agente de turismo, un contador, incluido hasta un comisario para entender un montón de áreas que están bastante relegadas en la política. Creemos que la única herramienta para salir adelante es educando a la población, dándole talleres motivacionales y entrenándolos para el mundo que vivimos, que ya no es un mundo industrializado sino que es un mundo digitalizado.
—¿Estás vinculado con algún partido político o pensás armar un espacio independiente?
—En los últimos 18 meses estuve trabajando cerca de Diego Santilli, con toda su gente en diferentes partidos del Gran Buenos Aires, en los partidos de Quilmes, Pilar, Almirante Brown, Florencio Varela, Avellaneda, uno viene trabajando con comedores, centros de jubilados, sociedades de fomento, clubes de barrio. Allí aportamos nuestro conocimiento de nueve años en ayuda social colaborando en fiestas del Día del Niño o de Fin de Año. Ahora tratamos de meternos o en el Concejo Deliberante o en el Congreso para ya con ideas concretas, ver si podemos aportar ideas para esos problemas que no se pueden solucionar hace años.
—¿Pensás que la gente puede extrañar a Rosita? En un punto su imagen es más conocida que la tuya.
—Es verdad que el personaje estuvo por encima de la persona pero no es una cuestión de celos. No tengo ese egocentrismo, sino al contrario, las satisfacciones que me ha dado el personaje fueron maravillosas. Pero también Rosita de Pasión está muy arraigada en un sector de la sociedad que es el que me gustaría defender cuando me meta en la política. Esos sectores saben quién está detrás del personaje y saben de todo este trabajo que venía haciendo, ellos me vieron trabajando en los comedores.
—¿Va a tener una despedida especial de la pantalla?
—Vamos a hacer un especial en marzo en Pasión de Sábado. Yo imagino una despedida alegre, igual viste que las despedidas nunca son buenas. Yo prefiero que sea un hasta luego, porque sé que en los próximos dos o tres años no va a pasar nada, pero por ahí me agarra la loca y voy a querer hacer algo. El bichito de la actuación, siempre está picando y puede ir tranquilamente de la mano con la política, como en el caso de Nito Artaza y tantos otros. No voy a estar desconectado de lo artístico, no quiero enterrar a Rosita. Estoy como los jugadores que cuelgan los botines pero siguen jugando por su cuenta o ligados al futbol.
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