“Todo, todo, todo, es tuyo si querés, con una sonrisa mirá que fácil es”. Quienes vivieron su infancia en la década de 1990 muy probablemente recuerden el estribillo de esa canción, una de las tantas que popularizó Cris Morena a través de uno de sus más exitosos programas: Chiquititas. Y parte de aquél fenómeno fueron Georgina Mollo (37) y Solange Verina (36), dos de las entonces niñas que protagonizaban la tira que encabezaba la recordada Romina Yan.
Más de 25 años después, el teatro las vuelve a reunir en una obra en el Multiescena de la calle Corrientes, Un Balcón Con Vistas. Junto a Gastón Ares y Nicolás Zuviria y bajo la dirección de Maria Rosa Frega, acaban de estrenar una comedia teatral que analiza las relaciones de pareja y las fronteras entre el amor y el desamor. Para Georgina, es un regreso a su camino artístico después de casi media vida alejada de la actuación y, en el caso de Solange, después de la pandemia que cortó con todo tipo de producciones teatrales.
En diálogo con Teleshow, las “chufas” que siguieron su amistad a lo largo de los años hablarán sobre este nuevo proyecto en conjunto, y recordarán su paso por esa ficción que las marcó en sus inicios. Además, analizarán el trabajo de los chicos en la televisión, que hoy está en el centro de la escena por las múltiples denuncias de maltrato que circularon por algunos de los ex Cebollitas, programa del que también formó parte Solange.
—¿Cómo es la trama de la obra que están protagonizando en calle Corrientes?
Solange: —En el escenario pasan situaciones de pareja con las que todos se sienten identificados. Hay mucho conflicto, que se va resolviendo y no al mismo tiempo, y entrelazándose. Vas pasando por distintas emociones, identificándote un poquito con cada personaje.
Georgina: —Claro, a partir de los conflictos van descubriendo sus personalidades.
—¿Las convocaron juntas o fue una idea de ustedes?
Georgina: —Primero la convocaron a ella y ella pensó en mí para el otro personaje. Antes de hablar con el productor, me consulta y yo la noté a ella tan entusiasmada que le dije que sí antes de leer el guión. Después leí la historia, el personaje y está re contra bien contado, es divertido. Me permite jugar mucho, explorar.
Solange: —El guión está muy bueno, lo leés y ya te gusta, y yo sabía que ella tenía ganas de volver a actuar, entonces dije: “este es el momento”. Además, somos amigas y me parecía re copado hacer algo juntas.
—Hablando de la gran amistad que las une, se conocieron siendo muy chicas, trabajando en “Chiquititas”....
Georgina: —Nos conocimos antes, en publicidades. Chiquititas fue el primer trabajo que hicimos juntas, pero nos cruzábamos en todas las filas de castings.
Solange: —A veces ella me sacaba algunos papeles…
Georgina: —Y a veces ella a mí (Risas)
—¿Ya se habían hecho amigas en los castings o la amistad se forjó en el programa?
Georgina: —En los castings uno nunca se hace amigo. Pero en el programa éramos un grupo de diez nenas, donde no nos conocíamos entre nosotras, y como yo a ella sí, de vista, ahí nos unimos.
Solange: —Claro, en Chiquititas justo se dio que quedamos las dos. Después armamos un grupito con Jime (Píccolo) y Agustina (Cherri), porque éramos las más grandes.
—¿Qué es lo que más recuerdan de esa época? ¿Alguna anécdota que se pueda contar?
Georgina: —Hay una…yo le regalé una valija que todavía la tenemos. Y en el medio de un viaje a Mar del Plata nos enojamos y se la pedí, pero después nos amigamos enseguida. Y en el teatro también tenemos anécdotas, estaba buenísimo. Obviamente a veces nos peleábamos, pero éramos muy unidas, nos ayudábamos entre nosotras.
Solange: —Yo no se la devolví. Por suerte nos amigamos y la valija sigue conmigo (Risas) Era un grupo lindo, empezamos sin saber lo que iba a ser, fuimos descubriendo el éxito en el camino.
—Georgina, vos después seguiste en Rebede Way, pero finalmente hubo un momento en el que las dos eligieron alejarse de la televisión ¿Las agobió tanta fama de chicas?
Georgina: —En mi caso fue que empecé a estudiar en la facultad, y le puse pilas a eso. Y más allá de eso, me había dado cuenta que no me estaba apasionando la televisión. Para mí, la actuación fue más un juego. Después, me fui de vacaciones a Brasil, no me conocía nadie y dije “esto está buenísimo”. Por más de que quieras hacer la tuya, sabés que acá alguien te está observando, te sentís un poco perseguido. Y cuando conocí el anonimato, me gustó. Entonces me dediqué más al diseño, y tampoco había surgido nada en la tele que me tentara. No me llegué a recibir, pero le dediqué muchos años a la indumentaria.
Solange: —A mí sí me pasó que me cansé un poco del ambiente de los castings, o que te bajen de algún programa, de la movida que se genera en este medio…No es que no quería actuar, sino que no quería ir a los castings. Y también, me puse a estudiar diseño de indumentaria, de hecho nos cruzábamos en la facultad a veces. Pero todo el tiempo estaba extrañando actuar, entonces después volví con teatro.
—¿Cómo vivieron el hecho de trabajar desde tan chicas? ¿Se sentían presionadas?
Georgina: —Yo no, es que trabajábamos en un programa de chicos de nuestra edad, y era divertido. Quizás si hubiese sido otro tipo de programa con adultos, por ahí sí me hubiese parecido un trabajo, pero era más una aventura, hasta los tiempos en los que no estábamos grabando eran divertidos. Además, íbamos al colegio a la mañana... por ahí se perdía un poco estar con mis compañeros, pero yo me había cambiado de colegio, así que no había llegado a generar vínculos como sí los generé en Chiquititas. Tomé muchas cosas de Cris, como eso de que cuando uno hace algo, le tenés que poner todo, y sino, no lo hagas.
Solange: —Es algo de la escuela de Cris, todos los que trabajaron con ella si bien decimos que es exigente, te deja esa enseñanza de ponerle todo, sea una obra en calle Corrientes o en la esquina de tu casa.
—Sol, vos después estuviste en Cebollitas, una ficción en la que hoy recaen muchas denuncias de maltrato ¿Cómo lo viviste?
Solange: —Siempre digo que mi caso es especial, porque como yo amaba lo de Chiquititas, me escapaba todo el tiempo del elenco de Cebollitas, no formé una amistad con ellos. Me costó el desarraigo de que me cambien de programa. Pero maltrato no sentí, lo que uno no es consciente es que hay cosas que estaban naturalizadas, que quizás no están bien para un niño. Es verdad que eran exigentes, si no te sabías la letra te retaban. También es cierto que había un lugar para que estemos contenidos, quizás no era muy cómodo, pero no lo viví como maltrato. Aparte mi mamá siempre estuvo, entonces cuando tenía una incomodidad recurría a ella. Me parece que cada uno lo vive a su forma, pero sí es cierto que es algo que en esa época, lamentablemente o no, estaba naturalizado, la exigencia. Quizás lo más cuestionable es si tiene o no que trabajar un chico.
Georgina: —En el colegio hoy en día no se permite que un maestro le grite a un chico. Hoy hay otras herramientas. En ese momento, la llamada de atención era una manera de respetar a quien también está trabajando…Lo que sí estoy segura es que nunca vi a ningún chico sufrir, ni en Cebollitas ni en Chiquititas. Por más que nos exigieran cumplir ciertas reglas, nunca nadie dijo “qué tortura que estoy viviendo”. A mi me pareció exagerado lo que dijo Juan (Yacuzzi). No sé lo que vivió él, pero nada fue traumático.
—Habiendo vivido la experiencia, ¿dejarían a sus hijos trabajar en televisión?
Georgina: —No sé…Si les gusta muchísimo, les veo condiciones y es su sueño, siempre digo que los apoyo. A mí lo artístico me gusta, pero es un ambiente que tenés que tener mucha suerte. Entonces tienen que estar preparados para aguantar la frustración y que les cierren las puertas. Hay mucha gente peleando por el mismo lugar. A veces parece que si no te llaman es como que no servís, y puede que no haya sido un personaje que era para vos. Yo siempre digo que tuve la suerte de formar parte de un elenco de diez nenas y tuve un personaje re lindo.
Solange: —Yo no soy madre, me parece que hay que estar en el momento si tu hijo te lo pide, pero si lo pienso fríamente me pasa algo parecido. No me arrepiento de haber estado, me encantó, pero uno se da cuenta que vivís situaciones que no son de chicos, como tener tu plata. Con los años, te trae alguna consecuencia de entender que esa no es la vida 100% real. Preferiría que lo haga después de los 17.
—¿Qué recuerdo tienen de Romina Yan?
Solange: —Yo tengo lindos, pero Georgi más, tuvo una amistad…
Georgina: —Sí, tuvimos una amistad hermosa. Fue como una hermana mayor para mí. Ella tenía veintipico de años, pero se re adaptaba, jugaba mucho con nosotras. Y si a mí me gustaba alguien, le contaba a ella, si ella se enamoraba me lo consultaba…Lo que siempre quiero recalcar es que era tan profesional y tan humilde…era la primera que llegaba, nunca se quejó de la ropa. Era la hija de Cris y de Gustavo y uno podía pensar que si algo no le gustaba lo iban a solucionar, pero ella jamás se quejó.
—¿Siguen juntándose con algunas compañeras de Chiquititas?
Solange: —Sí, hablamos bastante, con Jime (Pícolo) somos amigas, yo también con la Colo (Laura Vicos). Y después de Cebollitas no me quedó un vínculo cotidiano.
Georgina: —También tenemos un grupo de Whatsapp que se llama “Chufos”, hay que cambiarlo, ya somos más grandes (Risas). Están Alfonso, Jime, Diego Mesaglio, Daniela, Sebastián Francini, Ezequiel….Nos hablamos para los cumpleaños, también por si surge alguna juntada y cada vez que alguien estrena algún proyecto, a mí me gusta mucho acompañar.
—Cuéntenme un poco cómo están hoy ustedes, cómo están conformadas sus familias….
Georgina: —Yo tengo una familia súper gigante, ensamblada, porque mi marido tiene un hijo de su pareja anterior, yo tengo dos de mi ex, y en común, tenemos una. Así que en casa son cuatro chicos, nosotros y mi perra. Empezamos a vivir juntos y al tiempito comenzó la pandemia, así que fue raro el tema de los colegios, los horarios, todos en zoom al mismo tiempo…Pero nos divertimos mucho.
Solange: —Yo todo lo contrario (Risas) Soy sola, tengo un perro. El amor y yo no vamos por el mismo camino, no puedo decir mucho más.
—¿Les gustaría volver a la televisión?
Georgina: —A mí me llama la atención, me trae recuerdos…Ir a buscar el libreto, marcar tus escenas, preparar el personaje…
Solange: —A mí ahora me dan ganas, hubo un tiempo que no tanto, pero ahora extraño un poco esa rutina.
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