De Los Ingalls a su adicción a las drogas y al alcohol: cómo Jason Bateman huyó del infierno para brillar en “Ozark”

El ganador de un Emmy por Mejor Director de la serie de Netflix, nombrado “Hombre del Año 2022″, dejó su lado oscuro por el últimatum que le dio su mujer. El consejo de Katharine Hepburn que nunca olvidó, los años de fiesta, su “década perdida” y su experiencia en Alcohólicos Anónimos

Jason Bateman fue nombrado Hombre del Año 2022 por Hasty Pudding Theatricals de la Universidad de Harvard (Frazer Harrison/Getty Images)

Vivió la gloria desde muy pequeño, pero también descendió al mismísimo infierno al cumplir la mayoría de edad. Su familia -y el temor a perderla- fue el gran sostén para que el actor, productor y director se alejara de las drogas y el alcohol.

Hoy, Jason Bateman volvió a brillar en ese complicado mundo llamado Hollywood. Sin dudas, este año será inolvidable para Bateman: fue nombrado Hombre del Año 2022 por el grupo Hasty Pudding Theatricals de la Universidad de Harvard, donde recibirá, el 3 de febrero, su “caldera con pudín”.

Un dato más que halagador es que “compartirá” el premio con Clint Eastwood, Tom Hanks, Robert De Niro y Samuel L. Jackson, los monstruos del cine que también fueron galardonados en años anteriores. “Estamos encantados de entregar a Jason Bateman el 55to premio anual al Hombre del Año de Hasty Pudding. Ha pasado un tiempo desde que entregamos uno de estos, así que pensamos dárselo al chico del que todas nuestras mamás están enamoradas luego de ver Ozark (la exitosa serie de Netflix donde actúa y dirige algunos capítulos)”, dijo Nick Amador, presidente de la organización.

Jason Bateman en "La familia Ingalls" junto a Michael Landon.

Sus comienzos

Su primer trabajo lo consiguió en un comercial de cereales, en 1980. Pero su debut actoral ocurrió a sus 12 años, en el rol de James Cooper Ingalls, en la recordada serie La Familia Ingalls, como uno de los hijos adoptivos de Charles (Michael Landon) y Caroline Ingalls (Karen Grassle), luego de que el niño y su hermana Cassandra perdieran a su familia en un accidente. La ficción, producida por Michael Landon se convirtió en un suceso televisivo de la época.

“Landon fue alguien que tuvo una gran influencia sobre mí en la forma en que dirigió ese set como director, como productor ejecutivo, como escritor y actor y como una figura paterna -confesó el actor años después-. Era el George Clooney de esa época. El equipo lo amaba, la industria lo amaba, los hombres querían ser como él y las mujeres querían estar con él”

Bateman nació el 14 de enero de 1969, en Rye, una localidad cercana a Nueva York. Hijo de la azafata Victoria Bateman y del director, productor, guionista y fundador de un teatro en Hollywood, Kent Bateman, desde muy pequeño sintió a los sets como su segundo hogar. Con más de 30 películas y casi 30 programas de televisión, el actor se destacó -y sigue destacándose- en una prolífica carrera que nunca se estancó.

En 1982 trabajó en Little House on the Prairie (La pequeña casa en la pradera) e inmediatamente participó en un episodio de Knight Rider, convirtiéndose en un adolescente muy popular por sus apariciones en series como Silver Spoons, It’s Your Move y Valerie, renombrada como The Hogan Family. El reconocimiento no tardó en llegar. Fue el director más joven de la historia al dirigir tres episodios, según Hasty Pudding Theatricals, un grupo que nació en 1844 y se autodenomina el tercero de teatro más antiguo del mundo.

El año 1994 fue un trampolín gigante para el actor, le tocó actuar nada más y nada menos con Katharine Hepburn y Anthony Quinn en This Can’t Be Love. “El mejor consejo que recibí en mi vida me lo dio Katharine Hepburn siendo un niño. Trabajé con ella en una película para televisión y no sabía bien mis líneas, exageraba mis movimientos. Se me acercó y me dijo: Mira, si vas a exagerar, deja esta profesión porque nadie quiere ver a un actor así’. Nunca he olvidado esa frase. Desde entonces aprendo perfectamente mis líneas, las ensayo y no exagero. Siempre trato de encontrar el tono adecuado. Lo que me dijo, en lugar de desanimarme, me ayudó a mejorar mi profesión”.

La década perdida

Los ‘90 marcaron su etapa más difícil. La mayoría de edad llegó de la mano de serios problemas con las drogas y el alcohol. “Tenía 21 años y pensaba que me podía comer el mundo. Por suerte, pude reconocer mis límites a tiempo”, confesó veinte años después.

Amanda Anka con Jason Bateman y sus hijas, Francesca Nora Bateman y Maple Sylvie Bateman asistieron a la ceremonia que honró al actor con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood (Michael Tran/FilmMagic)

Casado desde 2001 con la cantante y actriz Amanda Anka, la hija del cantante Paul Anka, el camino que la pareja tuvo que transitar no fue lo que se dice un lecho de rosas. Han tenido que batallar con polémicas y delicadas situaciones que, afortunadamente, han logrado superar.

Lo más difícil fue lidiar con la adicción al alcohol y las drogas, hasta que su esposa lo puso entre la espada y la pared. Y Bateman comprendió que estaba ante la posibilidad de perder a su pareja y a sus dos hijas, Francesca (15) y Maple (9). No dudó y acudió a Alcohólicos Anónimos en busca de ayuda.

El actor Jason Bateman y su esposa Amanda Anka. Ella fue su gran soporte cuando él comenzó el camino para dejar sus adicciones (Barry King/Getty Images)

“Conocer a mi esposa Amanda fue lo mejor que me pudo haber pasado. Ella no permitió que yo arruinara mi vida más, así que dejé de beber y comencé a comportarme como un ser humano decente”.

Como alcohólico recuperado, Jason hoy disfruta de la tranquilidad de su familia. “Es lo que siempre soñé”, asegura y agrega: “Yo pensaba ‘esto es realmente divertido’ y luego de permanecer en la fiesta demasiado tiempo, perdí mi lugar en la fila del negocio”.

Momento bisagra

Entrar al programa de Alcohólicos Anónimos, significó para Bateman recuperar su vida familiar y profesional. Lo logró con creces. En 2003 protagonizó la sitcom Arrested Development, con la que ganó un Globo de Oro como Mejor Actor de Comedia. Después llegaría el éxito con Quiero matar a mi jefe, una comedia con Jennifer Aniston, Steve Carrell y Kevin Spacey, el film que lo ubicó como un actor que empezaba a cotizar en alza.

Will Arnett, Jason Bateman y Jennifer Aniston (Matt Winkelmeyer/Getty Images)

A sus 53 años, Jason está plantado en su mejor momento laboral: Ganó el premio Emmy a Mejor Director de Ozark, y dos premios SAG por su actuación en la misma serie.

“Me siento muy afortunado de tener la posibilidad de trabajar como director, actor y productor. Disfruto mucho actuando y dirigiendo. Tal vez, en este momento estoy disfrutando el desafío de la dirección algo más, pero me gusta actuar en las cosas que dirijo porque me resulta fácil”, comenta.

Ozark, la serie éxito de Netflix ya va por su cuarta temporada (Netflix)

“He aprendido mucho en estos años y sigo aprendiendo. Incluso las críticas negativas, me permiten aprender cosas que no vi por tener una perspectiva diferente. Siempre me he sentido afortunado de tener la oportunidad de crecer”.

De bajo perfil y reacio a las redes, suele repetir como un mantra: “Soy básicamente una persona normal. El mundo del cine atrae a mucha gente anormal, especialmente actores. Así que no es sorprendente que esas personas tomen decisiones malas y egocéntricas”.

Sin escándalos, amores secretos ni demasiada prensa, Jason Bateman goza de una “normalidad” atípica para la gran industria de Hollywood.

SEGUIR LEYENDO: