1. Nació el 31 de octubre de 1937 en Fassana, un pueblito de Italia, cerca de Trieste. Durante la Segunda Guerra Mundial el lugar tuvo bandera austro-húngara, inglesa, yugoslava, eslovena y croata.
2. Ranni creció en una zona asolada por la guerra. Sus juegos favoritos eran pescar en el mar, las carreras en bicicleta hasta el campo de su abuelo y buscar granadas en las zanjas para arrojarlas al fuego. Su juguete preferido era una pistola Mauser que todavía disparaba.
3. Comprendió el peligro de jugar con granadas el día que a uno de sus amigos le estalló una en sus manos y murió.
4. “Con mi hermano, cuando había bombardeo salíamos a la vereda y mirábamos cómo caían las bombas. A la mañana uno se levantaba y desde la ventana de mi cuarto veíamos los cadáveres flotando, y uno no sabía si eran alemanes, si eran yugoslavos, si eran beduinos. Después venían los prisioneros, los tenían atados con cadenas y los mirábamos”. (Teleshow).
5. La iglesia era su lugar preferido. Era monaguillo: se levantaba a las cinco de la mañana para tocar las campanas que llamaban a misa, no se perdía ninguna celebración y cantaba en el coro. Asegura que la teatralidad de las celebraciones religiosas lo marcó mucho.
6. Empezó a fumar a los cinco años. “Soy un fumador genético. Pucho que encontraba en la calle, yo agarraba un papel de diario y me hacía un cigarrillo”, le contó a Jey Mammón.
7. Su papá también fumaba mucho, y en el placard tenía varios cartones guardados. “Una vez le abrí un cartón, agarré un atado, le despegué la tirita, lo abrí, le saqué un pucho, volví a pegar todo y lo guardé otra vez en el cartón”, le confesó a Jey. “Mi viejo se murió pensando cómo carajo había 19 cigarrillos en un atado de 20, impensable que pudiera pasar en algo traído de Estados Unidos”.
8. Logró dejar el hábito de fumar: hace 25 años que no toca un pucho.
9. En 1947, cuando cumplió diez años, con sus padres y sus dos hermanos emigraron a la Argentina.
10. Nunca supo de qué trabajaba su papá. El hombre hablaba siete idiomas y él cree que pudo haber sido espía de los nazis. “Volvía a casa a las cuatro de la mañana pese a que a esa hora regía el toque de queda. Nos fuimos de Italia huyendo de los comunistas”.
11. La teoría de que su papá pudo haber sido un espía se refuerza porque al llegar al país trabajó para Zonda, una compañía de aviación alemana. En la empresa también cumplía labores un ingeniero recién recibido: Álvaro Alsogaray.
12. Antes de tomar el barco que lo trajo a la Argentina, la familia estuvo tres días escondido en el altillo de la casa del sacerdote del pueblo, que además era su padrino.
13. Al año de llegar su papá falleció. “Yo jugaba a la pelota en el patio y él estaba muerto en el tercer piso. Seguí como si nada porque no aceptaba su muerte”.
14. Con 12 años, el hijo encontró empleo en un bazar; luego repartió pescado en una bicicleta.
15. Su primera changa fue como recolector de pis. “En la esquina de mi casa había una librería y yo siempre que pasaba me compraba una galletita Tita, que costaba cincuenta centavos. Entonces pensé: ‘Si trabajo acá y me llevo una Tita no me la van a cobrar porque estoy trabajando acá'. Entonces pregunto: ‘¿No necesitan alguien que trabaje?’. Yo recién llegado de Italia, hablaba casi en italiano, nada más. Y me dice: ‘Sí, te puedo dar un trabajito, vení todas las mañanas’. ‘¿Y cuánto me va a pagar?’. ‘Te voy a pagar 50 centavos’. ‘¿Y una Tita?’, le digo yo. ‘Está bien, 50 centavos y una Tita’”, narró en Teleshow.
16. Al otro día llega y le pregunta a su empleador qué hacer. “‘¿Ves ese baldecito que está ahí? Bueno, como no hay baño acá, yo hago pis ahí. Todas las mañanas vos tenés que venir, levantar el balde y tirarlo en la alcantarilla’. No sé si es tan feo, pero ese fue mi primer trabajo en la Argentina”.
17. Descubrió su vocación actoral gracias a una penitencia. Tenía 15 años y llevaba cuatro días castigado en su cuarto. Llamó a su mamá y llorando le rogó su perdón. La escena fue tan conmovedora que le levantó el castigo. “Ese día me di cuenta de que sería actor. No tuve dudas. No estaba para nada arrepentido, fue una verdadera puesta en escena”.
18. A los 15 también vio en su barrio un cartel que decía “Próximamente gran teatro”. Entró y le mostraron un sótano lleno de ratas. Se anotó en el elenco de lo que sería el Teatro Payró, pero también se inscribió como carpintero y albañil para ayudar a construir el edificio.
19. Con 17 años debutó en la obra Viaje en familia, donde representó a un hombre de 70.
20. Hasta los 20 años trabajó en una compañía de seguros en la sección Incendios. Fue empleado de una agencia de viajes y se encargaba de recibir a las turistas brasileñas.
21. El 16 de junio de 1955 la Armada y la Fuerza Aérea bombardearon Plaza de Mayo. El objetivo era asesinar al presidente Perón pero más de cien bombas cayeron sobre los civiles que caminaban por la zona. Ranni en ese momento andaba por la calle Florida. No lo asustaron las bombas: “Al venir de la Segunda Guerra lo que observaba me parecía natural”.
22. Un día le comentaron que Hugo del Carril estaba por filmar y había que mandar fotos. Él solo tenía una, y encima cortada por la mitad, porque una ex novia enojada la había partido para llevarse su parte. Fue con ese pedacito y lo convocaron. Así participó en Una cita con la vida.
23. Reconoce que con el tiempo la profesión de actor le encantó pero que al principio la eligió “para ganar guita”. “Cuando uno viajaba, hace muchísimos años, tenías que llenar en el papel de migración la profesión, y ponía: ‘Actor’. Entonces, el señor que me daba el papel, me decía: ‘No, señor, tiene que poner la profesión’ (risas). Como si fuera un trabajo raro. Es un trabajo como cualquier otro. Hay gente que cree que es un hobby. También hay mucha gente que hace teatro y dice: ‘Lo hago como hobby’”, dijo en Teleshow.
24. Le hubiera gustado ser abogado pero por timidez no lo hizo: lo paralizaban los exámenes.
25. “Nunca tuve que ver con algún personaje. Nunca he reconocido nada mío en ningún personaje que hice porque si lo hiciera no tendría sentido que trabaje. El trabajo es hacer creer las cosas”. (Página 12, julio, 1993).
26. Suele contar que nunca había leído a Konstantín Stanislavski. “Un día cae un libro en mis manos. Estaba en la casa de Fernando Siro, lo leo y le digo: ‘Che este tipo es medio aburrido con lo que dice porque cuenta todo lo que yo hago’”.
27. Su primer exitazo fue Muchacha italiana viene a casarse, que estuvo en el aire tres años y medio.
28. No tiene amigos en el ambiente y cree que ser actor “es un trabajo que predispone a la frivolidad y la huevada”.
29. Alguna vez soñó con dejar la actuación y cocinar junto a su pareja en un restorán de diez mesas, porque para Ranni, la “mejor terapia es el tuco”.
30. Tuvo un primer matrimonio con Sonia, una mujer uruguaya ajena al ambiente artístico. Se separaron a los cinco años. Se enamoró de Alejandra Da Passano y con ella fue papá de Estefanía y Eleonora. Se separaron en 1977. En 1980 se enamoró de Silvia Sebres, con quien tuvo a Victoria y Carolina.
31. Con Da Passano se casaron el 29 de diciembre de 1971. De luna de miel en vez de elegir un hotel cinco estrellas se fueron en carpa a Uruguay y Brasil parando en Montevideo, Punta del Este, Porto Alegre y Río de Janeiro.
32. Todos los perros ovejeros que tuvo se llamaron Loff, como el primero de su infancia.
33. Lector apasionado de novelas policiales alguna vez soñó con ser escritor. Escribió algunos guiones para cine: El apellido de Dios y Rosina. El único guion que llegó a estrenarse fue El juego de la rayuela, una comedia que protagonizó Enrique Liporace.
34. Solo tenía una copia de cada uno de sus textos. Un día el casero de su casa de Ingenerio Maschwitz los vio, pensó que eran papeles y los tiró a la basura. Ranni no los reconstruyó ni volvió a escribir.
35. Dice que cuando llegó de Italia le dijeron que ser de River era fashion y ser de Boca, grasa. “Por eso me hice bostero”.
36. Sus padres eran dueños de Príamo, un restorán que estaba en Necochea y Brandsen, donde almorzaba el plantel de Boca antes del partido. “Yo era un nene que iba a verlos de cerca pero sin molestarlos”.
37. Con Hugo Moser compraron un palco en la Bombonera. En un partido contra Racing entró un jugador uruguayo de apellido Rosello. “A los jugadores los teníamos ahí, respirándoles en la nuca, y de pronto, a este pobre Rosello... le insulté a la madre, la hermana y a toda a la familia… ¡Pobre tipo! En última instancia, estaba laburando. Ahí dije: ‘Si el fútbol saca esto de mí no vengo más’, y nunca más volví a un estadio”.
38. Cree que los actores son insoportables. “Hablan todo el tiempo de ellos mismos y esto no es otra cosa que un laburo. Y piensan, además, que tienen la obligación de decir frases importantes, analizar la realidad… Es terrible. Así es como cuando se ponen a hablar de pelotudeces, no los escucho y ya está”. (Luna, septiembre, 1998).
39. En 2006 sorprendió a todos cuando aceptó participar en Cantando por un sueño.
40. “Mi peor defecto es que se me nota todo en la cara. Parece que tengo mal carácter pero en realidad soy vergonzoso. Cuando entro a un lugar no sé si saludar a la gente o no. A veces opto por no hacerlo y piensan que soy un cabrón o asqueroso”. (Ahora, julio, 2007).
41. De las 35 películas que filmó las dos que lo dejaron muy conforme fueron Señora de nadie y Los pasajeros del jardín. También las que hizo con Juan Carlos Desanzo, como El arreglo, No habrá más penas ni olvido y Queridas amigas.
42. Participó en más de 50 programas de televisión. Los más recordados fueron sus personajes en Los machos, Zona de riesgo, Atreverse, Matrimonios y algo más y Vínculos.
43. Amante de la buena comida condujo Rodolfo Ranni en su salsa, donde enseñaba secretos culinarios mientras contaba anécdotas.
44. Detesta los microondas: jamás compró ni usó uno. Si sobra comida y debe calentarla, lo hace a baño María.
45. Ama la naturaleza. Hace muchos años compró un campo de cuatro hectáreas en Maschwitz. Solo había un eucaliptus y él lo convirtió en un bosque. Iba cambiando los árboles de lugar hasta que les encontraba el sitio perfecto. Sus hijas, que eran chicas, creían que los árboles de su papá caminaban.
46. Conoce el lenguaje de la naturaleza. Mira un rato su entorno y sabe si lloverá, si caerá una helada, habrá mosquitos o soplará el viento norte. Nunca erra.
47. Habla italiano con sus amigos italianos, pero jamás lo habló ni se lo enseñó a sus hijas.
48. Es un apasionado de la información. Como muchos de su generación, todos los días recibe el diario en formato papel y lo lee de comienzo a fin.
49. Sus ciudades favoritas son Nueva York y Roma.
50. No es amigo de la tecnología. No tiene ni usa computadora y su celular no es touch: usa un antiguo modelo. Pero jamás llama o manda mensajes de texto, mucho menos chequea si le dejaron mensajes. Para comunicarse con él hay que llamarlo y rogar que atienda; sino, será cuestión de insistir.
51. Aunque no tiene un menú favorito sus dos preparaciones para agasajar son los tucos y los asados. Los que los probaron aseguran que son de una categoría superior.
52. “La felicidad pasa porque esté bien tu familia, tener trabajo, que tus amigos estén bien. Si un amigo tuyo pasa por un momento malo de salud, que se cure y se mejore, que esté bien”.
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