Noelia Marzol está instalada en Carlos Paz, en la provincia de Córdoba, haciendo temporada teatral con el espectáculo Sex, de José María Muscari. La bailarina está acompañada por su pequeño hijo de 8 meses, Donatello y su pareja, Ramiro Arias, quien recientemente firmó contrato para sumarse al club Instituto Atlético Central Córdoba, luego de irse de Quilmes.
Como el jugador de fútbol tiene previsto quedarse a vivir en Córdoba, intentarán mantener la relación a distancia y ver cómo funciona todo. “Voy a seguir haciendo la obra en Buenos Aires, y también si tengo otro compromiso que esté bueno, lo voy a llevar a cabo. La idea es ir y venir todas las semanas. Ramiro obvio que tiene sus días libres en la semana, yo también”, aseguró la artista en una entrevista con Mañanísima.
“No es lo más cómodo ni lo ideal, pero es la manera que tenemos que transcurrir este año. Como es un tiempo definido, que sabemos que tiene día de finalización, también es mucho más llevadero. En principio es por un año. Nos arreglaremos de esta manera”, agregó al ciclo de Ciudad Magazine. “Nosotros tenemos un ideal que es que no le voy a decir que deje de hacer lo que lo apasiona, y él tampoco de su parte va a hacerlo conmigo. Somos una pareja que nos respetamos muchísimo, los dos nos dedicamos a lo que nos gusta. Nos tenemos confianza”, explicó.
Cabe recordar que Noelia volvió a trabajar al mes y medio del nacimiento de Donatello. Primero lo hizo en Sex y luego se sumó a La Academia, certamen de ShowMatch en el que se consagró como campeona. Y tanto en el teatro como en la productora, le habían acondicionado el camarín para que ella pudiera ir con su bebé a cumplir con sus compromisos laborales.
“Yo soy re obsesiva. Me hago la relajada pero necesito que esté conmigo por si pasa algo. No todas las mujeres tienen el beneficio de poder llevar a su hijo al lugar de trabajo y tener un lugar acondicionado para ellos. A mí me da tranquilidad saber que puedo ir con él”, señaló Marzol en diálogo con Teleshow. Además, manifestó que su novio siempre la apoya en sus decisiones: “Está siempre de acuerdo con que yo siga haciendo mis cosas y entiende mis ganas de trabajar”.
“A mí me criaron con el chip de que la mujer posterga su vida laboral y social después de ser madre. Por eso, siempre dije: ‘Voy a ser mamá y es el último deseo que cumplo’. Tenía tanto miedo a la maternidad, de perder la libertad. Por todo lo que venimos arrastrando, me daba un poco de fobia ser madre. Ahora que tengo un hijo pienso que cada uno tiene que vivir su experiencia y no vale dar consejos, excepto que sean bien dados, desde el amor, y constructivos. No desde la crítica, porque hay un montón de gente que quiere imponer la crianza de una determinada manera y no está bueno. Cada uno tiene que tomar las cosas a su manera”, afirmó Marzol.
En tanto, sostiene que desde que nació Donatello se volvió más “intuitiva”. “Son pavadas como que cuando tiene que comer determinado alimento y no lo hace quizás se lo doy a probar de otra manera. Y eso tiene que ver con la intuición de cada una. Cada madre conoce a su hijo y sabe cómo hacer las cosas. Hay que relajar un poco y escuchar más la voz interior”, consideró la bailarina, quien supo combinar el trabajo con su familia y así mantener la fórmula completa para poder seguir haciendo lo que le gusta, sin nada que resignar.
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