En octubre, Juan Yacuzzi, que hacía de Coqui en Cebollitas, fue el primero en encender la mecha sobre el maltrato infantil en el recordado programa. “Lo que hacían que se lo copiaron de Chiquititas, agarraron un cuartito de 4 x 4 y nos encerraron hasta grabar, estábamos cómo diez horas encerrados, todos juntos, no podíamos salir de ahí. Los de Chiquititas lo llamaban ‘la pecera’, antes estábamos en el bar, en el camarín hasta que dijeron ‘a partir de ahora todos encerrados’ y nos cuidaban las madres”, había dicho en ese entonces en diálogo con Juan Etchegoyen en Mitre Live.
Después de ese fuerte testimonio, otros de sus compañeros también dieron su punto de vista. “La realidad es que nos tenían en un cuartito que era donde comúnmente íbamos todos a para pasar el tiempo. Cuando no tenías que grabar, sino te ibas al bar, pero no es que nos maltrataban, como dice. No es que nos maltrataban completamente, que nos puteaban”, había detallado Brian Caruso, que interpretó a Gamuza, en diálogo con Teleshow.
Por otro lado, Leonardo Centeno -Hipólito en la ficción infantil- contó su experiencia y se asemeja a la que vivió Yacuzzi. Incluso, destacó que le resultaba “interesante” que el tema haya salido a la luz: “A la distancia nos dimos cuenta de que un montón de cosas que pasaban no estaban bien y en el momento no las veíamos así, estaban naturalizadas. Recuerdo excesos verbales, encontrase con adultos exacerbados y cosas que con el cambio de época no podrían suceder”. Y la propia Dalma Maradona aseguró: “Yo nunca viví un maltrato. De hecho, los maltratos que vi en esa época eran más de algunos padres a sus hijos que de otras personas”.
En este contexto, el que habló en las últimas horas fue Diego Vicos, que interpretaba al “Colo”. “Si mi hijo encara un proyecto como Cebollitas, de tantas horas y ese trato tan intenso a nivel actoral, yo no se lo permitiría. Yo la pasé muy bien, pero estábamos muy cansados a veces, había otras reglas de horario y los directores tienen mucho carácter. En ese momento eran los noventa, era todo más suelto y nos trataban como adultos y ahí venía esa presión”, comenzó diciendo el artista en una entrevista, también con Etchegoyen.
Y detalló la rutina que tenía en ese entonces: “Se grababan como diez horas seguidas, más las giras, las visitas a los países, el teatro, era todo un tema. Yo el colegio lo terminé como pude, fue muy estresante porque teníamos mucho texto en la novela y no era fácil, era demandante. Yo creo que hoy se trabajaría de otra forma, uno se pone muy alerta con el maltrato infantil”. En ese sentido, aclaró: “No digo que mis papás no me cuidaron, estaban felices de verme haciendo lo que me apasiona, y para muchos era algo nuevo”.
Además, difirió de Yacuzzi y Centeno: “Yo respeto, ellos ya me conocen, pero bueno, que también respeten la mía. Soy claro, también trabajo en producción por eso hablo con conocimiento, no era una explotación pero era muy intensa la grabación, el proyecto, quizá la producción debió cuidarnos un poco más en cuanto a tiempos. Yo eso a mi hijo no se lo permitiría”. Pero reconoció: “Nos ponían los puntos y a veces se les iba la mano, pero era como un colegio, si no ponían orden...Hoy en día, deberían tener más tacto. Había que buscar la forma más sútil, pero nos castigaban, si había que viajar o grabar afuera, y si alguien se portaba mal, no grababa”.
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