Hubo un momento en el que la vida de Victoria Vannucci hizo un quiebre tan grande que se pareció a un renacer. Abrazó a la naturaleza como única forma de vida, y se convirtió casi sin proponérselo en embajadora de la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente. Desde su residencia en San Diego, California, ideó Pachamama, un restaurante que conecta con su país en la lengua quechua y con lo más profundo de la tierra en su etimología. Y ahora, esa historia de metamorfosis y superación, pero también de militancia ecológica y de tendido de redes, empieza a trascender hacia los medios más importantes del país del norte.
Ahora la historia de Vick, como se la conoce en esta nueva etapa, llegó a la portada de la última publicación del The National Digest, un medio de Nueva York con alcance nacional. En una profunda entrevista, mencionan el pasado de Victoria como tenista, modelo y celebrity, y hace foco en la depresión que sufrió a partir de las controvertidas imágenes en la que se la veía de caza junto a su ex esposo, Matías Garfunkel. “No sabía nada sobre la naturaleza, no sabía nada sobre la vida”, admitió al respecto. Y contó que entonces empezaron a brotarle las preguntas. Y años después, parece haber hallado algunas respuestas.
Además de esta referencia al pasado, durante la charla con el periodista Andrew Rhoades Victoria habla mucho del presente y proyecta el futuro a partir de algunos de sus hitos. De cómo Pachamama, ese emprendimiento que surgió de lo más profundo de su búsqueda interior, se volvió un espejo para la gastronomía sustentable, buscando concientizar a sus colegas en el cuidado del medio ambiente, como el uso del plástico en vez del aluminio, con el que se proyecta hacer escuela en el estado de California. Y en especial, se refirió en detalle al funcionamiento del Bee hive research, un concepto en el que Pachamama es pionero a nivel mundial.
Todo comenzó con el rescate de 10 mil abejas, que fueron trasladadas a un sitio especialmente diseñado para ellas dentro del local. Allí generan la miel que luego se utilizará en la elaboración de platos y cocteles para el menú de Pachamama y en ese espacio se realizan workshops y encuentros para explicar por qué son tan importantes para nuestra vida. De hecho fue la propia Victoria quien participó del rescate, con unas imágenes impactantes con las que buscaba generar conciencia: “Hicimos esta producción fotográfica, llena de abejas, para mostrarle a la gente que no son tan peligrosas”, detalló durante la entrevista.
Pero claro, alcanzar este presente exitoso y prometedor no fue sencillo: “Lo primero que pensé sobre la industria de los restaurantes al comienzo de mi experiencia fue, ‘Dios mío’. De todas las industrias en las que he trabajado antes en mi vida, esta es la más difícil”, reconoció. Esta situacion, sumada a las dificultades culturales e idiomáticas que se presentaban en California conformaban un combo de inciertumbre. “Creo que el concepto ayudó mucho, pero la industria de los restaurantes es muy competitiva. Tienes que estar al tanto de todo y tienes que estar allí todo el tiempo. Si no, el equipo no está funcionando de la misma manera”, observó.
En este sentido, detalló que resultó de vital importancia el diálogo con sus empleados. “Creo que como líder de cualquier industria en particular, una debe escuchar a sus empleados. Ellos tienen sus propias ideas, y esto es un equipo. Me siento orgullosa de eso, porque al principio me costó mucho lograrlo. Y fallé mucho, pero creo que en este momento estoy en el momento [donde] puedo decir que este equipo es mi familia”, enfatizó sobre una camaradería que se refleja en las redes oficiales del resto. Y a juzgar por los resultados, el método fue exitoso. Además del restaurante de San Diego, es inminente la apertura de una sucursal en Los Ángeles y proyecta en el corto plazo locales en San Francisco y Las Vegas.
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