Patricia Palmer, de sus inicios con Migré y Romay a la revelación de una dura historia de violencia: “Me lo callé 30 años”

La protagonista de Radojka estuvo en Moria es Moria, repasó su trayectoria y reveló detales de su historia personal

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Patricia Palmer protagoniza Radojka en Mar del Plata y Buenos Aires (Captura Moria es Moria - El Nueve)
Patricia Palmer protagoniza Radojka en Mar del Plata y Buenos Aires (Captura Moria es Moria - El Nueve)

No suele aparecer seguido en los programas de televisión y tiene una amplia trayectoria y unas cuantas historias para contar. Por esto, la visita de Patricia Palmer a Moria es Moria prometía conocer parte del pasado y del presente de la actriz. Su charla con Moria Casán fue también un tour por una televisión que marcó época y ya no existe, donde los nombres de Alejandro Romay y Alberto Migré marcaban el pulso. Pero no todo fue color de rosa: también hubo tiempo para referirse a lado b del fenómeno televisivo y se animó a revelar algunos detalles sombríos de su vida personal.

La protagonista de Radojka, obra que protagoniza en Buenos Aires con Cecilia Dopazo y en Mar del Plata con Victoria Carreras se prestó a un sinuoso ida y vuelta con la conductora en el que no dejaron tema sin tocar. Por caso, la mendocina recordó cómo tuvo que afear su aspecto físico y sus costumbres para convencer a Romay, que la veía demasiado linda, para que le dé el protagónico de Dulce Ana. Mientras tanto, las pantallas mostraban archivos de la tira que significó el primer papel importante de una jovencísima Natalia Oreiro. “Romay tenía un gran olfato”, destacó a la distancia.

Alterando el orden cronológico, apareció el nombre de Migré para remontarse a sus comienzos en Buenos Aires, cuando llegó de Mendoza con un montón de sueños y la determinación de convertirse en una actriz de televisión. Por ello, montó guardia a la salida de Canal 13 hasta lograr que el histórico autor le diera una oportunidad. Cuando lo vio subirse a un taxi, lo persiguió y con la ayuda de un semáforo rojo logró su atención. “Abrió su agenda negra, anotó mi teléfono y me dijo que me iba a llamar”, recordó. La actriz no perdió las esperanzas y un día sonó el teléfono en la casa de la vecina que le pasaba las llamadas. “Me llamó para un bolo y después mi primer protagónico lo hice con Migré”, evocó agradecida en referencia a La cuñada (1987).

Patricia Palmer junto a Moria Casán (Captura Moria es Moria - El Nueve)
Patricia Palmer junto a Moria Casán (Captura Moria es Moria - El Nueve)

Más tarde, la conductora la invitó al segmente “Dijiste o no dijiste”, en el que le recordó algunas frases de su supuesta autoría. Cuando trajo a la charla la sentencia “Los niños no deberían trabajar en televisión”, la invitada ratificó su afirmación, aunque señaló algunos matices. “Hay chicos especiales, que nacen con un propósito en la vida, pero he sido testigo de muchos niños que las madres los obligaban a trabajar y han sufrido mucho”, reconoció Palmer y mencionó dos ejemplos al respecto: “Yo hice Regalo del cielo y había un niño que trabajaba diez horas. También e visto a una madre decirle a un nene ‘si no lloras esta escena no vas a ir al baño’”.

Luego, cuando Moria leyó “Tuve relaciones buenas, hermosas y nefastas”, le pidió que profundice en cada una, y cuando llegó a la última repasó cuando sufrió episodios de violencia. “¿La denunciaste en ese momento?”, preguntó la conductora, para recibir la respuesta negativa de Patricia. “Por suerte mi padre lo sospechó. No hubiese podido salir sin la ayuda de mi papá”, señaló la actriz.

“Era un hombre muy libre, muy feminista y muy inteligente y sospechó algo”, agregó, antes de poner el hecho en su tiempo. “Hace cuarenta años era un contexto... yo me casé virgen. La pasé re mal”, evocó. “Yo me lo callé mas de treinta años, no lo podía hablar, creo que no me lo podía decir ni a mí misma”, admitió.

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