En los últimos días del 2021, la comunidad rockera se vio sacudida al trascender la noticia de que Gustavo Bazterrica, guitarrista icónico de la música argentina, estaba en situación de calle y con serios problemas de salud. Luego de haber sido parte de La Máquina de Hacer Pájaros y de Los Abuelos de la Nada, fue quedando relegado de los grandes escenarios. A la vez, se agravó una seria adicción a la cocaína que le trajo diversos problemas de salud.
“Buenas noches. Debido a diferencias irreconciliables con mi ex pareja, me encuentro al día de fecha, sin hogar. Necesito un lugar de tránsito hasta que salgan mis papeles de la pensión. Por favor, necesito ayuda”, dijo el propio Bazterrica en su cuenta de Facebook. Horas más tarde, un joven llamado Emiliano Bustos se lo encontró en un banco y, al ver que “apenas caminaba”, decidió ayudarlo.
Ahora, en la tarde de este viernes se reactivó la cuenta de Facebook de Bazterrica y a través de un escueto mensaje se actualizó su situación: “Hola a todos, a través de ésta fuente, queremos comunicar que el querido Gustavo se encuentra bajo un plan de tratamiento integral. Les pedimos paciencia, amor y apoyo”, comienza diciendo el posteo.
“Agradecemos a todos los que se han comunicado para brindar cariño, a todos los que se han preocupado por su bienestar y, principalmente, agradecemos a su ex compañera, que ha trabajado con tenacidad y perseverancia durante meses, para conseguir la asistencia que está recibiendo Gustavo al día de hoy”, dice la carta y hace referencia a Gisela Varacca, quien fuera pareja del músico hasta el año pasado.
Para llevar tranquilidad y algo de esperanza a sus seguidores, la publicación cierra con una cita de “No se desesperen”, canción clásica de Los Abuelos de la Nada que abre el álbum Vasos y Besos (1983), que fue compuesta por él mismo y que quedó inmortalizada en la voz de Miguel Abuelo: ”No se desesperen, todo va a andar bien, ninguna bala parará éste tren”.
En cuanto al vínculo entre Bazterrica y Varacca, en julio de 2021 Gisela dio una entrevista con el programa radial La Cuarta Pared (Radio Municipal Florencio Varela) y reveló: “Gustavo y yo fuimos compañeros mucho tiempo. Estamos separados pero de común acuerdo convivimos bajo el mismo techo. Somos compañeros de música y de aventuras artísticas”. Y a juzgar por las palabras de Bazterrica, quien habló de “diferencias irreconciliables” con Varacca, la situación llegó a su límite a fines de diciembre.
“No sé por donde empezar. Me cruce hace unos días con este señor en un cajero automático, llego en un remis y al toque me di cuenta que tenia problemas motrices. No se podía casi ni bajar del auto, lo ayudé y le cedí mi lugar en la fila del cajero. Apenas caminaba y mientras lo ayudaba a sostenerse, empezamos a charlar. Le dije que le veía cara conocida y me dijo que era nada mas y nada menos que Gustavo Bazterrica, eterno guitarrista de Los Abuelos de la Nada”, comenzó el relato de Emiliano Bustos al encontrarse con el músico.
“Me dolió verlo tan deteriorado. Con la cabeza súper lúcida pero con graves problemas motrices. La cuestión es que lo ayude a subir al remis y se fue... Días después sube un estado en su cuenta de Facebook pidiendo tránsito, diciendo que no tenia donde vivir. Y yo, al igual que miles que comentaron con intención de ayudarlo, fui uno más que se sumo a ese pedido y no sé por qué entre tantos, ayer a la noche me llegó un mensaje suyo renovando su pedido de ayuda. Así que me puse a su disposición y lo traje a mi casa”, reveló Bustos. “Lo ayudé a bañarse, le di de comer, le compré remedios y acá estamos. En casa, charlando de la vida, dándole compañía y asistiéndolo. Mas que hablando escuchando, aprendiendo, deleitándome con sus infinitas historias...”, agregó en su relato.
Y más adelante, reflexionó al respecto: “Todos algún día llegaremos a tal edad y no le deseo a nadie llegar así, o espero q todos tengamos alguien en quien confiar. Tengo mucho miedo, sí. Miedo. Jamás traje alguien a vivir a casa y menos una persona mayor y con sus limitaciones. Pero me la jugué, me anime. Con todas las dificultades que lleva y la asistencia que requiere. Y no lo hice porque es el Vasco. El Vasco Bazterrica. Porque cuando lo ayudé, no sabia ni quién era. Lo hice porque algún día todos vamos a tener 66 y la vida nos pasa factura a todos. No lo tomo como una molestia o una carga. Sino como un aprendizaje, y un favor a este hombre y a la vida. Porque tarde o temprano todo vuelve, todo llega y todos vivimos lo mismo que el otro.
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