Después de una veintena de días en Buenos Aires, que parecieron muchos más por las múltiples actividades que realizó, Wanda Nara regresó a París con su familia. Durante sus días en suelo argentino, que pasó en la casa del country Santa Bárbara que compró junto a su ex, Maxi López y que obtuvo en un reciente acuerdo judicial, la rubia tuvo tiempo para todo. Para celebrar su cumpleaños y el de su hijo Constantino; inaugurar su local de cosmética en el Abasto y lanzar su línea de trajes de baño; cumplirle la promesa a Joaquín Nahuel, el niño pastelero, la torta que le había encargado y festejar a todo trapo tanto la Navidad como el Año Nuevo.
Sin dejar lugares libres en su agenda, la mediática y los suyos se embarcaron rumbo al Viejo Continente, donde su marido debía presentarse al entrenamiento en el Paris Saint-Germain. El elenco que dirige Mauricio Pochettino se vio alterado por el impacto global del positivo de coronavirus de Lionel Messi, que permanecerá en Rosario para llevar a cabo su recuperación. El delantero sí estuvo presente en la práctica y compartió una imagen en su cuenta de Instagram: “Home again” (”En casa otra vez”) escribió junto a una imagen pateando una pelota, y con pantalón largo, camiseta térmica y cuello polar, acordes a las temperaturas frías de París.
Mientras su marido entrenaba, Wanda compartió la intimidad de su hogar parisino, pero antes dejó en claro la nostalgia que sentía por haber dejado atrás su tierra. “My home. I miss” (”Mi casa. La extraño”) escribió al pie de una fotografía en la que mostraba la inmensidad de su pileta de Santa Bárbara, junto al emoji de un corazón roto. Es sabido el apego que tiene la empresaria por su país y como disfruta cada vez que regresa a la Argentina.
Pero la vida continúa, y las historias de la rubia mostraron sus primeros pasos en tierra europea. “Oh la la París”, fue la expresión que utilizó para celebrar una atractiva bandeja de dulces que ofrecía donas de varios sabores, galletas, panqueques, una variedad de budines y waffles bañados en chocolate. La cena, al parecer, fue un poco más liviana. Un arroz salteado con tomate, palta, zanahoria, pepino y otros vegetales. “Ricominicio” (”Empiezo de nuevo”), señaló, etiquetando a su marido en el posteo, haciéndolo parte de este nuevo comienzo.
Pero lo más emotivo llegó después. Al regresar a su casa en París, y mientras el futbolista se encontraba entrenando junto a sus compañeros, había dejado una sorpresa para la toda la familia: “Y en casa nos esperaba este regalo de Mauro”, escribió la rubia al pie de un pequeño video en el que mostraba la pieza en cuestión.
Se trata de un juego de siete colgantes encastrables que forman un gran corazón. Cada una de las piezas tiene el nombre de los siete integrantes de la familia ensamblada que forman Wanda y Mauro. En sentido horario, el recorrido comienza por Isi y Fran -en referencia a Isabella y Francesca-, las dos hijas del matrimonio. Luego continúan en orden ascendente de edad Benchu, Coki y Valu -Benedicto, Constantino y Valentino- los tres hijos que tuvo Wanda durante su relación con Maxi López. Cierran el corazón Wan y Mau, las dos piezas del rompecabezas que encabezan el grupo familiar.
De esta manera, Wanda y Mauro comienzan el 2022 en familia y enamorados, luego de dos meses de turbulencias tras el affaire del delantero con la China Suárez. La propia empresaria lo retrató con un sentido posteo. “Termino el año con mis hijos y el amor de mi vida. Parece simple pero es una bendición tenerlos en mi mesa y lo valoro. Mis seres más amados tienen salud y eso es lo más importante. La felicidad la encuentro en las cosas más simples todo lo demás es lujo. La felicidad está al alcance de todos pero es nuestra obligación ir por ella todos los días, de eso se trata la vida. Les deseo amor paz, trabajo y salud. Gracias por tanto tanto”, escribió Wanda.
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