Como ocurre en cada uno de sus envíos hace más de sesenta años, en la mesa de Polémica en el bar se habla de lo que se habla en todas las mesas de los bares y los hogares de la Argentina. Y por estos días, la gran preocupación del país pasa por el aumento de los contagios de coronavirus, que este jueves superó su techo histórico al marcar 50.506 positivos, el número más alto desde que comenzó la pandemia. Y con la cena de fin de año a la vuelta de la esquina, sumado al índice también exponencial de los contactos estrechos, el debate del programa producido por Gustavo Sofovich se instaló en torno a la celebración de la última noche del año.
Bajo la pregunta/consigna de “¿Hay que suspender los encuentros familiares de fin de año?”, Samuel “Chiche” Gelblung, conductor ocasional en lugar de Mariano Iúdica, distribuyó el juego y fue preguntando uno a uno a los panelistas qué iban a hacer el 31 a la noche. Luis Ventura fue el primero en responder y manifestó que en su reunión iban a formar parte doce personas y al aire libre. A su turno, Mercedes Ninci respondió con picardía que iba a pasar lejos de su novio salteño, aunque en la próxima semana lo visitará en su provincia y que el 31 lo pasaba en Buenos Aires “porque estoy de guardia”.
A continuación, Nancy Duré contó que en su casa iban a ser cinco personas, con barbijo y distancia social. “Estaba viendo de hacerlo al aire libre pero parece que el clima no va a acompañar”, agregó la periodista ante la incertidumbre respecto a qué clima tendremos en la última noche del año. Con el recuerdo fresco de lo ocurrido en Nochebuena, cuando un inesperado chaparrón obligó a levantar campamento en las mesas de Capital Federal y Gran Buenos Aires , los meteorólogos evitaron ser terminantes y arriesgaron algunas probabilidades de lluvias que obligan a repensar los planes.
Por el contrario, Augusto Tartúfoli tendrá el festejo más multitudinario y no se mostró dispuesto a resignar ningún ítem: “Somos 16 y no se suspende por mal tiempo. Hacemos ponche, jarras locas, brownies locos, pirotecnia, globos aerostáticos. El verano no se detiene, Chiche”, argumentó el periodista, lo que derivó en una broma de Ventura: “El lunes lo vamos a buscar a la comisaría”.
En ese momento, Gelblung preguntó al equipo detrás de cámara si alguien había cancelado o restringido la celebración, y solo cosechó respuestas negativas. Entonces, Duré mencionó la gran cantidad de personas que pasarán las fiestas en soledad por estar aislados, ya sea por contagios o por contactos estrechos, algo que el conductor se permitió desconfiar. “Yo no me atrevería a jurarlo”, aseguró.
El histórico conductor de Memoria no se iba a salvar de dar su propia versión de la cena de fin de año. El que lo indagó fue Luis Ventura y Gelblung respondió. “Muy restringido, cinco o seis personas. Al aire libre, con mesas con distancia social pero no uso barbijo. Mi familia usa, yo no”, enumeró. ¿Y a las doce va a haber piquito?, quiso saber el hombre de Secretos Verdaderos. Apelando al oficio de tantos años, Chiche intentó una escapatoria: “Yo soy abracero. A mí no me gusta esto”, señaló enojado acercando su puño al de Nancy Duré. “Yo le pongo el puño y él me saca el puño”, corroboró la periodista. Pero ante la insistencia del ex Intrusos, a Chiche no le quedó otra que contestar: “A mí el piquito me da un poquito de asquito. Beso sí me gusta”, reconoció, dando una pista sobre cómo recibirá las primeras horas del 2022.
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