En 2019, Gustavo Lutteral había sido fue condenado a dos años y dos meses de prisión en suspenso por los delitos de amenaza y desobediencia. La causa había sido iniciada en el 2016 por María Florencia Di Yorio, con quien el locutor había mantenido una relación esporádica.
“El Tribunal resuelve condenar a Gustavo Carlos Lutteral García de las condiciones personales obrantes en autos, por ser el autor penalmente responsable del delito de amenaza coactiva en concurso legal con desobediencia a funcionario público a la pena de dos años y dos meses de prisión en suspenso y costas”, rezaba el fallo con fecha de 5 de agosto de ese año.
“La denuncia fue por cinco hechos de amenazas y por el delito de desobediencia”, le había explido a Teleshow Gustavo D’Elía, abogado de Di Yorio. Sobre ese punto, Marcelo Biondi, defensor de Lutteral, resaltó que fue condenado solo por dos de los seis delitos de los cuales se lo acusaba.
Sin embargo, los abogados del conductor pidieron dejar sin efecto la causa, pero la apelación no fue aceptada. A través de sus redes sociales, el periodista Mauro Szeta informó que la Cámara confirmó la condena. “En virtud del acuerdo que antecede, la Sala 1 de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, resuelve rechazar el recurso de casación”, reza en uno de los párrafos del fallo interpuesto por el el juez Mauro A. Divito.
En 2016 él estaba casado con la mamá de los hijos, en plena etapa de separación, y empieza a salir con Florencia. Desde 2012 tenían relación de amantes, durante algunos lapsos. Según el abogado de la denunciante, Lutteral “empieza a tener actitudes raras”. “Es bastante posesivo con las mujeres. Florencia ve estos temas y le dice que quiere romper la relación, entonces él se pone mal. Le dice cosas como: ‘Si no seguís, conmigo voy a hacer conocer nuestras fotos de la intimidad’”.
“Eso es coaccionar: si se iba, él ventilaba cosas que tenían”, contó D’Elía, asegurando que la relación entre ambos empeoró hasta que el 21 de febrero de 2016 Lutteral la habría llamado por teléfono 118 veces, entre las 2 de la mañana y las 6 de la tarde: “Hablaron ocho veces; 110 llamó y cortó. Esto está constatado por las pericias telefónicas”.
A partir de las reiteradas llamadas, Di Yorio recurrió a la Oficina de Violencia Doméstica y solicitó una medida perimetral con una prohibición de contacto que, según el abogado, le fue otorgada al día siguiente por la jueza civil.
Al ser consultado sobre si su clienta tenía miedo de que esta circunstancia pudiera llegar a mayores, fue contundente: “Claro, a cualquier mujer le pasaría. Es difícil”. A pesar de la medida, según el relato, “Lutteral no paró”. “Siguió llamando en reiteradas oportunidades, volvía con el tema de los videos y las fotos. Entonces hace la denuncia nuevamente, por el delito de desobediencia”.
El juicio se desarrolló entre junio y julio en el Tribunal Oral en lo Criminal número 10: “El 5 de agosto de 2019 la jueza Mora, luego de un juicio escabroso, arribó a que fuera absuelto de cuatro hechos y que fuera condenado por el delito de desobediencia a dos años y 2 meses de prisión en suspenso”.
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