Jean Maggi, el hombre que inspiró el nuevo hit de Diego Torres: la polio lo inmovilizó, un infarto lo “salvó” y tras escalar el Himalaya, irá al espacio

El cordobés de 59 años es amigo del cantante, quien le dedicó su nuevo tema “Hoy”, que promete ser un himno como lo fue hace veinte años “Color esperanza”. Su historia de lucha y desafíos

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"Hoy", Diego Torres e Ivete Sangalo

Hoy tú has despertado, con las ganas de volar

No hacen falta alas para el vuelo levantar

Búscalo, nada es imposible ni lejano

Canta Diego Torres con Ivete Sangalo como invitada en su tema “Hoy”, de su nuevo disco Atlántico a Pie. La canción, que bien podría ser dos décadas después el nuevo “Color esperanza” para el intérprete, habla de la importancia de seguir a pesar de las adversidades y aunque parece contar (y lo hace) la historia de todos los que la escuchan -sobre todo post pandemia- su inspiración tiene nombre y apellido: Jean Maggi.

Jean Maggi corrió maratones y hasta hizo un Ironman
Jean Maggi corrió maratones y hasta hizo un Ironman

Juan Ignacio, como es su verdadero nombre, es cordobés, tiene 59 años y en sus redes se define como “deportista, soñador serial, esposo y padre de familia” y agrega: “Creo en las capacidades del ser humano, no en sus discapacidades”. Por la poliomielitis perdió la movilidad de sus miembros inferiores cuando tenía un año y a los 37 tuvo un infarto que “le salvó la vida”. Encontró en el deporte una forma de demostrar que siempre se puede. Tras subir al Himalaya con su bicicleta adaptada, Juan José Campanella hizo el documental Un límite infinito y hoy se está preparando para ser la primera persona con discapacidad en subir al espacio. Con la fundación que lleva su nombre realiza una campaña para llevar bicis adaptadas a cientos de chicos, “darles alas”.

Aunque vive en Córdoba, suele ir seguido a Miami ya que los aparatos que usa para ejercitarse no se consiguen en la Argentina. Allí, por amigos en común conoció a Diego Torres: “Se hizo un lindo grupo, siempre hablamos de deportes y un día nos juntamos a cenar y dijo ‘tengo una canción con tu historia, me gustaría que vengas al estudio a escucharla’”. Jean comparó escuchar el tema con la sensación de llegar al Himalaya: “Más allá de que me infla el pecho, creo es una herramienta poderosa para cambiar los conceptos de discapacidad. Siempre se hablaba de la persona discapacitada como ‘pobrecita’, y la canción destierra todos esos mitos”.

Uno de los desafíos de Jean Maggi fue escalar el Himalaya
Uno de los desafíos de Jean Maggi fue escalar el Himalaya

“Detrás de una persona con discapacidad, hay una persona, que juega con cartas distintas, pero eso no quiere decir que se le acabo la vida. Hay otros desafíos, pero se puede soñar, y los sueños no tienen que ser chiquitos”, definió y dijo que para él, “Hoy” puede ser un nuevo himno, como lo fue “Color Esperanza”, en el 2001: “Cuenta lo que mundo necesita, poder reinventarse, si escuchas la canción o ves mi historia, fue una reinvención y un adaptarse constantemente y es lo que pasó en este nuevo escenario pandémico donde nadie quedó excluido de salir de su zona de confort”.

Jean, uno en dos millones

Tantas veces nos perdemos

Sin saber cómo encontrarnos

Tantas veces nos caímos

Hoy nos toca levantarnos

Aunque nos duela la vida es buena

Ser tu mismo es tu bandera

No dejes de vivir a tu manera

Jean, así lo bautizó su hermano un año y medio mayor cuando eran niños, nació en el 62 y año siguiente a pesar de que estaba vacunado con la recientemente aprobada Sabin, contrajo poliomielitis.Una de cada dos millones fallaba, lo importante es que soy pro vacuna, a mí me falló pero salvó a un millón 999 mil 999 chicos”, aclaró y contó sobre las secuelas: “Los miembros inferiores están paralizados, lo que no me permite caminar y algunos otros músculos tengo paralizados, pero no tan importante como lo de las piernas”.

Aceptar su condición le llevó 37 años, mientras estuvo “chorreando aceite en las esquinas”, bromeó y contó que atentaba contra su cuerpo ya que tenía el concepto de que tener una discapacidad era sinónimo de estar enfermo. Claro que el entorno no ayudaba a derribar esos pensamientos ya que el mundo de hace 60, 50, 40 o 30 años no era como el de hoy. “Era como una onda explosiva: no aceptación, barreras sociales, no había colectivos, los edificios con escaleras, mas esta mirada de pobrecito. Recuerdo estar en el centro de Córdoba cuando era chico y pasó una señora y me tocó la cabeza”.

Jean Maggi en su bici adaptada. Con su fundación junta fondos para regalar bicis a los chicos que necesitan, para ellos son como "alas"
Jean Maggi en su bici adaptada. Con su fundación junta fondos para regalar bicis a los chicos que necesitan, para ellos son como "alas"

“Hoy la sociedad tiene incorporado el tema como algo a mejorar, está la consciencia de poner rampas. No es lo que pasaba hace diez o veinte, que se daba vuelta la gente como pensando ‘esto no se mira, no se toca’”, dijo y recordó que de chico y adolescente nunca tuvo problemas con sus pares pero sí era la mirada de los adultos la que dolía: “En la escuela no existía el bullying pero había discriminación de los grandes, no era por maldad sino por desconocimiento. De más grande te das cuenta, pero he tenido buenos compañeros. Cuando llega la hora de ir a los bailes era complicado, conocer chicas, una persona que no bailaba”.

“El infarto me salvó la vida”

Piensa en el mañana sin que pierdas del andar

Date una oportunidad que es hora de volar

Vive hoy

Tienes para ti el mundo entero

Siempre dando vueltas y más vueltas

Por buscar ese lugar que nos hace sentir vivos (uh)

“A los 37 tuve un infarto, eso me salvó. Cuando estás en una ambulancia, cambiás o morís. Me di cuenta que tenía todo lo que tengo hoy, esposa, hijos, amigos, trabajo, y no lo valoraba”, recordó sobre le momento en el que su cabeza hizo un click. Con 19 kilos más que ahora, tras el episodio cardíaco estuvo un año en su casa, llevando “una vida de un jubilado de 80″ hasta que un día se dio cuenta que había algo que no estaba bien y decidió cambiar.

“‘Mi vida no puede terminar así', dije y llamé a un entrenador, quería hacer algo y empezamos a buscar a ver cómo alguien con discapacidad podía hacer actividad física”, contó sobre los primeros meses que fueron una especie de prueba y error hasta que se sintió cómodo: “Me sentaba en una silla a pegar con guantes de box y él me dijo que eso no iba a funcionar. Que había ido a la maratón de Nueva York y vio las bicis adaptadas, me sugirió que me consiguiera una. A los dos meses la tuve y cuando me senté ahí, hice de cuenta que era la capa de Superman, porque era libre”.

El Limite Infinito - Trailer

Así comenzó a entrenar y un año más tarde, luego de controles médicos ya que venía de un infarto, constancia y miedos a superar, cruzó la meta: “Fue como en las películas en donde el protagonista sale de la cárcel, yo estaba preso de mi mente”. Así, una cosa llevó a la otra, “¿Y si hago un Ironman (triatlón que consiste en 3,86 km de natación en mar abierto, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera)?”, se preguntó y los desafíos fueron aumentando a la vez que sentía que ponía su granito de arena para cambiar el concepto de discapacidad.

“¿Cuál es el punto más alto del planeta? ¿El Himalaya? Ahí estaré”, dijo y llegó a la cima. El material quedó registrado y se hizo un documental. En el 2019 Juan José Campanella usó parte de ese material de archivo para hacer Un límite infinito, que en junio del año pasado se estrenó en Netflix.

Llegar a lo más alto

Quiero ser, creer, buscar

Volver a empezar una vez más

Sentir que todo ha cambiado

Dejando atrás el pasado

Puedo ir, seguir, vivir

Luchar por un sueño hasta morir

Llegar donde nadie ha llegado

Llevando el presente a mi lado

Hoy has despertado con las ganas de volar

Y si ya estuvo en el Himalaya, ¿por qué no ir aún más alto? Hace unos años cuando algunas empresas empezaron a ofrecerle a civiles viajar al espacio, él se entusiasmó con la idea y empezó a hacer averiguaciones. Sin demasiadas respuestas, en uno de los mails que envió para pedir información, mandó el link del documental de Campanella: “Ahí la mirada fue otra y empecé a entrenar y a hacer las pruebas necesarias, hice el entrenamiento de fuerza G y de gravedad cero, es buenísimo, fue divertida la simulación”.

La Fundanción Jean Maggi, entre otras cosas, junta fondos para regalar bicis adaptadas
La Fundanción Jean Maggi, entre otras cosas, junta fondos para regalar bicis adaptadas

Ahora está ansioso porque se realice el viaje, que sería a unos 85 kilómetros de la Tierra: “La compañía tiene que hacer unos ajustes en la nave, yo ya estoy listo”. Así se convertiría en la primera persona con discapacidad en viajar al espacio. Pero más allá del hito, le importa el cambio de paradigma: “Pasamos de la mirada ‘ay pobrecito, mirá lo que te pasó’ a ‘¿cuál será el próximo desafío?”.

Para ese cambio no estuvo solo y siempre lo acompañaron sus cinco hijos de entre 33 y 12 años y su mujer Victoria (mamá de los tres más chicos). Para contagiar esa actitud, Jean da charlas y preside una fundación que lleva su nombre. Este año realizó una campaña en la que colaboraron varios famosos como Ricardo Darín, Guillermo Francella y Natalia Oreiro, entre otros. El objetivo: juntar fondos para comprar dos mil bicis adaptadas, esta semana entregó en Boca y la campaña sigue.

“Hay una frase que dice, ‘si quieres que algo se muera, déjalo quieto’ y la discapacidad es eso. La bici en cambio, implica salir y sentir que tu cuerpo es tuyo. Hace seis meses una nena falleció y la mama me dijo que me agradecía por sacarla de la silla para darle alas con la bici”.

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