No hay nieve, ni hace frío, tampoco hay calma, ni chocolate caliente, ni calcetines de lana. Para cuando llega la Navidad en la Argentina, todo suele ser corridas, ganas de vacaciones, recuerdos de hiperinflaciones y corralitos, colas para comprar pan dulce y bolsas de hielo en la estación de servicio. Y calor, mucho calor.
Los villancicos y los cascabeles que tanto alegran las fiestas del hemisferio norte suenan desubicados en un país que se debate entre las bocinas del centro y las chicharras de la provincia. Por eso los argentinos tenemos nuestra propia banda sonora. Y es insuperable.
La ensalada de frutas en lugar de los mazapanes, las mesas eternas en el patio contra los abigarrados encuentros alrededor del hogar de leños, los bucólicos temas de Michael Bublé contra los parlantes ATR en la vereda. Y ni hablar de los chapuzones hasta cualquier hora (piscina o pelopincho, todo vale).
La música argentina le ha dedicado parte de su repertorio a las fiestas de diciembre. Así como en su fundamental disco La Biblia (1971), Vox Dei cantaba en sus “Profecías” que estaba “cerca a venir aquel que nos va a explicar sin violencia ni gritos…”, también Sumo se metió a versionar el villancico más famoso hasta convertirlo en un nuevo clásico de los ochentas y Él Mató un Policía Motorizado le dedicó todo un EP a la Navidad con el lenguaje de los 2000. Aquí va, entonces, una selección caprichosa e imprescindible para vivenciar un 25 de diciembre con todo el color local.
El primer disco de Attaque 77 se llama Dulce Navidad y habla de sexo, de futbol, de una bomba en el colegio y de que tu mujer te engañó con un pitufo. Por gil. Lo de la Navidad es una anécdota que sobrevuela la triste “Papá llegó borracho (Navidad)”, una crítica adolescente a las fiestas impuestas cuando todo está mal en casa. Aquella formación con los hermanos Federico y Ciro Pertusi, Leo de Cecco y Mariano Martínez, venía surfeando los primeros años de la democracia y estaban a punto de convertirse en una de las bandas de punk más importantes de la Argentina. Se esperaba que el disco saliera en diciembre de 1988, pero la Navidad de Attaque se dio recién a comienzos de 1989. Poco después se desató la ola de saqueos que oscureció los últimos meses de la presidencia de Raúl Alfonsín. “Navidad, Navidad, dulce Navidad. Felices Navidades, el diario me regala, nuevas atrocidades como de costumbre. Año nuevo, sin champagne, sin pan dulce, sin caviar”.
No hay nada peor que una fiesta obligada. Aunque puede ser por rebeldía o por convicción (la Navidad no deja de ser una celebración religiosa), pocas cosas son más incómodas que aparentar alegría en un momento personal pésimo. Miranda! incluyó “Navidad” en Sin restricciones (2004), el disco bomba relleno de hits. Este tema melancólico y llorón comparte lista con tanques como “Yo te diré”, “Don” y “El Profe” y aunque es mucho más tranqui también fue corte de difusión. Producido por Eduardo Schmidt y Pablo Romero (ambos la rompían con Árbol en ese momento), este segundo álbum les abrió las puertas del mercado latino a pleno y “Navidad” fue una pieza fundamental para convertirlos en los reyes argentinos del pop. “Hoy es el día en que todo mal, no quería, pero Navidad llegó y nada me deprime más”.
Los comienzos de una banda y la Navidad como una metáfora del nacimiento de algo totalmente nuevo. Él Mató un Policía Motorizado comenzaba a ser un proyecto serio y constante cuando lanzaron Navidad de reserva, un EP íntegramente dedicado a la ídem. “Navidad en Los Santos”, “Viejo, ebrio y perdido”, “El héroe de la Navidad”, “Noches buenas”, “Villancico del final” y “El árbol de fuego” acompañan al tema que da nombre al disco. “Navidad de reserva” es redundante e hipnótica, un himno indie que trascendió el continente y conquistó Europa, igual que Él Mató. Tanto que el año pasado, la banda española Los Planetas lanzó su propia versión para esta misma fecha. “Hey, esta mañana dijiste que no ibas a volver. No importa, es más cómodo así. Destruyo mi cuerpo con drogas y alcohol. Nuestra Navidad de reserva”.
Vengo del placard de otro fue el disco que Divididos sacó en 2002 y el que quedó sonando hasta que la discografía se actualizó por fin con Amapola del 66 (2010). De modo que fue un trabajo muy escuchado y este “Villancico del horror” supo pintar a la Argentina en diferentes momentos. Cada canción de ese trabajo está cargada de crítica y presenta una mirada filosa sobre la realidad. Este villancico pinta, justamente, un diciembre terrible como fue el de 2001: estallido social, desastre político y en medio, el arbolito y el pan dulce. “Feliz navidad, explotó el pesebre, triángulo santo quema niño. Petardo arrepentido se negó a explotar”.
Un italiano cantando en alemán un villancico austríaco del siglo XIX. Luca Prodan resumió en sus canciones tantos siglos y culturas que analizarlo de forma breve sería una falta de respeto. Tan punk como Attaque 77, pero un poquito antes, Sumo metió “Noche de paz” en su genial tercer y último disco, After Chabón (1987). Aunque Luca era un sarpado y para la grabación de este material ya estaba bastante en cualquiera, esta versión al palo es cálida y hasta casi fiel a la original. El disco se presentó en vivo en octubre de 1987. El 22 de diciembre de ese mismo año, Luca se murió y aunque no llegó a disfrutar de una última Nochebuena, dejó su propio mensaje. “Noche de paz, noche de amor. Todos acá por favor. Mamá e hijo con antifaz disfrutando su noche de paz. Sueña un sueño imposible. Sueña un sueño imposible”.
Si la Navidad de Miranda! suena triste, qué nos queda para “La Navidad de Luis”. La diferencia entre lástima, caridad y solidaridad se mezclan en este tema que León Gieco compuso en 1973 y que sigue tan vigente como la brecha enorme que divide a las clases sociales. Las injusticias del mundo no se acabarán con pan dulce y un poco de vino, parece decirle Luis a su patrona porque no, su vida no es de Navidad. En 2020, León volvió a grabar el tema con Natalia Oreiro y Leo García, quien había sido el impulsor de este homenaje al gran Gieco. “Para cerrar con esperanza un año muy excepcional, con el mundo bajo pandemia y una crisis económica global en consecuencia”, decía el cantautor por esos días y no dista mucho de lo que pasa en el mundo uno o cuarenta años después. “Señora gracias por lo que me da, pero yo no puedo esto llevar porque mi vida no es de Navidad”.
“Navidad negra, navidad pobre, navidad triste, navidad en muchos lugares donde no hay nada que festejar. Cristo no vive en ningún lugar”, le decía Fito Páez a Vice en 2017 cuando salió Ciudad Liberada y le preguntaron por este tema. Allí también contó que le venía dando vueltas desde hacía tiempo y que le había encontrado la vuelta para este disco. En 2017, Fito cantaba “el mundo explota en los cinco continentes” y unos años después, en plena pandemia y caos mundial esta “Navidad negra” sigue tan tristemente vigente como en ese entonces. “La gente está reloca, salvaje Buenos Aires. Yo ando por el mundo viajando por ahí. Entre tanta miseria ¿quién puede ser feliz? Navidad negra en el corazón”.
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