Desde que comenzó la tercera temporada de Masterchef Celebrity, la participación de Mery del Cerro se convirtió en una de las más comentadas. También fue blanco de críticas o memes por alguna actitud dentro de las cocinas más famosas del mundo. También mostró su costado más sensible, incluso, según ella misma contó, en las redes sociales la califican como ‘la llorona’ porque se quiebra en las devoluciones del jurado.
En la gala del domingo pasado, la modelo, actriz y conductora se llevó todos los elogios y le dijeron que había hecho su mejor plato desde que empezó en el ciclo. Antes de eso, lloró. “Ay, chicos, no puedo hablar. Por favor, ¿por qué tanto?”, dijo mientras esperaba que Donato de Santis, Germán Martitegui y Damián Betular probaran el plato que había hecho: una ensalada de pato con achicoria.
“Llorá si querés. ¿Qué pasa? No pasa nada”, la alentaron desde el jurado. “No pasa nada. No estoy sufriendo ni nada”, dijo quien luego -en el video que graban cuando termina el programa y hablan frente a cámara- se sinceró: “Siento que estoy con tres personas que me están juzgando. Esa es la sensación y por eso me da tantos nervios. Damián me pone vulnerable. Me quiebro, y por un lado me quiero matar. Y por el otro, digo ‘bueno, esta soy yo’”.
“Este plato... -dijo Donato y generó suspenso-... ¡está espectacular!”, celebró sobre el menú que cocinó Mery, quien recibió aplausos y ovación de sus compañeros. “¡El corte, el aderezo, el sabor, el crocante, todo está muy bien!”, siguió enumerando el chef y destacando que la modelo había hecho todo bien. Por caso, Martitegui aseguró que había sido su mejor plato. “Si tenés que llorar para cocinar así, llorá todo el tiempo”, le dijo. De inmediato, Mery aclaró que su llanto no era de angustia, sino “de felicidad” y mencionó el esfuerzo que hace desde que comenzó su participación en el ciclo que conduce Santiago del Moro por la pantalla de Telefe.
Cuando terminó el programa, la modelo compartió una extensa carta en sus redes sociales en donde reflexiona sobre el trabajo que le demandó llegar hasta donde está ahora y todo lo que hizo para lograr sus sueños y proyectos desde que empezó su carrera. “Pensaba en lo poco acostumbrada que están la personas que consumen la televisión y los medios de comunicación a ver a ‘famosos’ llorando por lo que sea: impotencia, angustia, emoción o felicidad. Les parece raro o poco común. Entonces, lo primero que sale es la crítica y juzgar al otro”, apuntó en la reflexión en el cual habla de las los comentarios ofensivos que recibe por expresar su angustia frente a una cámara.
“Es fácil hacerlo atrás de un teléfono -agregó-. ¿Todos nacimos cocinando? ¿Todos somos tan fuertes y nadie llora nunca? ¿Saben qué? Yo soy esto que ven, a flor de piel, nunca pude caretear nada, se me notan las cosas que me pasan, fui siempre así y voy a seguir siendo yo. Entré en Masterchef porque era un desafío nuevo, un área desconocida para mí. Sí, al principio me ganaron los nervios, el no saber, la frustración, etc. No la pasé bien en el arranque: realmente estaba muy angustiada y nerviosa. Cada vez que pasaba adelante se me aflojaban las piernas del miedo. Pero, como siempre en mi vida voy para adelante, empecé a estudiar y aprender mucho por fuera del reality. Yo quería afrontar este desafío, no para agradar o para ser aprobado por otro, lo hago para mí, para superarme a mí misma. Elijo seguir esforzándome en algo que me cuesta muchísimo, pero le doy pelea porque siempre fui así en mi vida con todo”, continuó la modelo en el texto que compartió en su Instagram, red social en la que tiene casi tres millones de seguidores.
Luego, aseguró que se siente orgullosa de poder seguir adelante “después de tantas caídas”. Y se describió como “extremadamente sensible”, al igual que su mamá. “Y muchas veces fui muy exigente con ella, o juzgué su extrema sensibilidad. Hoy me encuentro así: por primera vez a corazón abierto en este programa, mostrándome al 100 en mis virtudes y mis debilidades. Por momentos desbordo. Al principio, hacía fuerza para controlar y reprimir el llanto, el enojo, el miedo, la vergüenza, trataba de ser dura. Sufría mucho los comentarios en redes y las opiniones, como si muchos supieran cocinar a la perfección o si nunca les diera miedo algo y pudieran llorar. Después, entendí que yo era así, le guste a quien le guste. Con cosas buenas y malas. No podía seguir permitiendo sufrir y no disfrutar lo que hacía por el miedo al que dirán”.
En tanto, indicó que se apoyó en su familia y seres queridos, quienes la ayudaron a seguir adelante y continuar en el certamen. “Meme, siempre con su hombro, las palabras justas, ayudándome y acompañándome. Las chicas, por las cuales hago todo y son la luz de mis hijos. Clau, mi consejera de vida, la cual siempre tiene la visión perfecta de cada situación. Judit, con su cariño de enseñanza y horas en la cocina para recuperar el tiempo perdido”, enumeró sobre su marido, sus hijas, amigas y su profesora de cocina, con quien suele compartir en las redes sociales que le enseña a dar lo mejor de sí en el programa.
“Me sigue pasando adentro: nervios, me vibra el cuerpo, el corazón cada vez que voy adelante con el plato. Hasta el jurado no entiende cómo me late el corazón. Para muchos seré ‘la llorona’, y será fácil criticarme desde afuera, pero soy real y me muestro como soy y sin reprimir mis sentimientos”, siguió.
También dijo que esta feliz durante su participación en el programa, que no quiere irse bajo ningún punto de vista y que está dando todo para que eso no suceda. “Sufría por no saber empanar una milanesa y hoy lo veo como todo lo que aprendí desde ese entonces. Desde que trabajo, nunca me quedé en un lugar: siempre fui por más: empecé como modelo, después el desafío de la actuación, el baile, la conducción, tengo mi colección de bikinis diseñadas por mí, ahora la cocina. Y así seguiré. Porque soy una apasionada, agradecida de la vida y todo lo que me dio. Miro para atrás y no lo puedo creer: todo lo que soñé lo fui consiguiendo con esfuerzo y trabajo. Y eso no me lo quita nadie”.
Y finalizó su reflexión con un emotivo mensaje para todos sus seguidores: “Que nadie les diga que no pueden, que son un desastre, que se vayan del lugar donde están o que no sirven para nada. Vayan por lo que quieran, esfuércense, salgan de su zona de confort, aunque les cueste, para explorar otras cosas que seguramente los hayan muy felices y no lo hagan para demás. Háganlo por y para ustedes. Mi deseo es que seamos mas empáticos. Que no juzguemos la vida del otro. Miremos para adentro antes de atacar al otro. Hagamos ese ejercicio y vamos a menos enojos y mas alegrías. Tanto el que critica con esa mala energía como el que la recibe. Para serles sincera, a mí la crítica me destruye pero me hace bien. Por mas que hoy entienda mejor y me enfoque en mí, es inevitable que te haga mal. Busco fuerzas y aunque duela, seguiré siendo yo”.
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