“Me puse pollera por comodidad. Vivo lejos y hace mucho calor para usar pantalón largo”, dijo un estudiante cordobés quien no podía entrar al establecimiento en bermudas. Bad Bunny posó en falda para la portada de una revista y argumentó: “Ir de compras con mi mamá era una de mis cosas favoritas, me perdía en la sección de mujeres y cuando era mi turno de comprar ropa era un aburrimiento”. Largas o cortas, acampanadas o rectas, escocesas, sobrias o brillantes, las faldas masculinas invadieron la alfombra roja de los MTV Europe Music Awards que se realizaron en Hungría y las pasarelas del mundo.
El uso de la prenda en los hombres, ¿se quedará en un acto de rebeldía adolescente y en un outfit llamativo para los eventos o podría instalarse en el día a día? En los ‘90 un joven Juan Castro presentaba un informe sobre la tendencia en el noticiero de Telefe Noticias, por supuesto lucía una una falda y años más tarde al rededor del 2008 Mike Amigorena sin temor al qué dirán la incorporó a su guardarropas. “No es por ser transgresor, la verdad es que usar pollera es muy fresquito”, había dicho el actor en ese entonces, que sin quererlo fue un “rebelde” por su atuendo.
El también cantante hacía sus shows usando pollera, entrevistas en programas de televisión y redobló la apuesta al usarla en la calle. Sin embargo, el protagonista de Los exitosos Pells y el periodista fallecido en el 2004 fueron unos adelantados a su época. ¿Qué podría ocurrir en el futuro?
En el último año fueron muchos los famosos que desfilaron la prenda en diferentes contextos. Juliana Borobio, periodista y especialista en moda, más conocida como Lessie en sus redes, analizó el fenómeno en diálogo con Teleshow. “Si bien no es algo nuevo y ahora lo vemos cada vez más, siempre se usaron en las pasarelas. Hay diseñadores que lo vienen haciendo años y en los noventa existió una corriente de varones que usaron falda”.
“Desde el 2019 varios diseñadores se subieron a la tendencia y la adaptaron, lo que se trasladó a alfombras rojas y celebridades como el músico Billy Porter por ejemplo, que la usaron. No sé si en su uso diario, pero sí es más regular en sus apariciones públicas, o Bad Bunny que ayudó a cambiar la perspectiva que eran hombres queer (no heterosexuales) los que podían usar la prenda”, agregó.
Aunque hay muchos factores que influyen en dicha tendencia, la especialista destacó dos fundamentales: “El aumento de la moda sin género, que viene siendo cada vez más popular, y la pandemia, que ayudó a que la gente estuviera más relajada en la casa y buscara algo diferente, los hombres al no tener que usar lo asignado a hombres se sintieron con libertad de experimentar respecto a lo que se ponían”.
—¿Cuánto tiempo podría pasar desde que la tendencia llega a las pasarelas hasta que se vuelve algo cotidiano? ¿Cómo es ese proceso?
—Depende cual sea la teoría de adopción de las tendencias, lo más tradicional dice que primero los diseñadores largan la tendencia, la adoptan las celebridades y gente influyente, pasa a grupos de personas que le interesa la moda pero no son tan populares y eso va bajando y luego de bastante tiempo llega al grueso de la población.
En los últimos más de 200 años, después de la Revolución Francesa, la ropa de los hombres no cambió mucho, tiene que ver con lo que se llama con ‘la gran renuncia masculina’, que lo que planteaba era acordar relegar lo que tenía que ver con el adorno del cuerpo, con cosas frívolas pre revolución (maquillaje, peinado) a las mujeres o asociado a lo femenino porque ellos tuvieron que encargarse de cosas ‘más importantes’, como la administración del Estado, es algo que se mantuvo hasta la fecha y cambiar las costumbres es difícil. Hubo un intento en los ‘70, en los ‘90... sucede cada 20 años más o menos y ahora toca de vuelta
—El tema de la ropa sin género, ¿tiene que ver con esta tendencia o es otro fenómeno en paralelo?
—La ropa sin género está más enfocada a lo que es la ropa tradicionalmente masculina, prendas overzise que no marcan la figura, pantalones, zapatillas o cosas sin tacos, cosas que están más orientadas a lo que consideramos como ropa de hombre, quedan prendas asociadas a las mujeres. La línea se está borrando y tiene que ver con hacia dónde va la sociedad y que cada vez mas personas se identifiquen como género fluido o no binario, más la representación en cine, tele, revistas y la evolución de la sociedad en general.
—¿Las polleras no entrarían en esa categoría?
—Las faldas o los tacos se consideran femeninos, pero me parece que van camino a ser más neutrales, los sectores LGBT lo usan indistintamente pero en los sectores más tradicionales va a ser más difícil. No pierdo la esperanza, porque hay cuestiones de muchos años que están arraigadas en el pensamiento colectivo respecto a cómo hombres y mujeres se tienen que ver, que son difíciles de cambiar y no va a pasar de un día al otro.
Como dijo la también autora del blog de moda Intravenous Sugar hubo otros intentos de imponer las faldas en los hombres, pero el timing es fundamental. “En los ‘90 no prosperó porque no estaba la sociedad madura para una idea tan revolucionaria. Muchas veces pasa que un diseñador viene con una idea muy disruptiva, lo presenta en pasarela, entonces algunas personas que se presentan como líderes dentro de la industria usan cosas antes de su tiempo, como David Bowie, Prince, o el diseñador Alexander McQueen. Son cosas tan adelantadas a su tiempo que causan un impacto fuerte, crítica, pero que la sociedad no está lista. Si bien gracias a Kurt Cobain por ejemplo que usó muchos vestidos hubo personas que lo adoptaron, ideológicamente la sociedad no estaba preparada para que mas gente lo hiciera”, explicó.
¿Qué podría ser diferente esta vez? “Hoy las personas están más amoldadas a la idea de conceptos no binarios y cosas más salidas de la norma, si la tendencia prende ahora o en un par de años, porque lo venimos viendo con mas fuerza desde el 2019, será porque hay una maduración en la gente que permitirá que suceda, sigue causando rechazo y shock, creo que nunca vamos a estar 100 por ciento listos para ver todas los varones en falda, ni todos van a adoptarla, pero vamos por buen camino”, celebró.
Y aunque son los referentes quienes están imponiendo la tendencia, son los más jóvenes quienes desprejuiciados a diferencia de los adultos, la adoptan. “Puede ser un cambio de paradigma que adolescentes como acto de rebeldía la usen en las escuelas porque son cómodas, frescas y la realidad es que hace 200 años no cambia la ropa y es aburrida, no tienen opciones los hombres. La nueva generación de adolescentes creció con modelos de varones menos tóxicos y están creciendo con eso y ven como celebridades o personas influyentes en la cultura rompen estos estereotipos y ven a sus compañeras con más opciones, porque la moda es lo único que nos dejaron en la repartija de cosas. Esas cosas están cambiando”.
“Tal vez vean que las mujeres se divierten con la ropa y que pueden demostrar su personalidad a través de la estética. La indumentaria de mujeres se desarrolló más porque el capitalismo quiso asociar al consumo con algo femenino y apartó a los varones que entre muchas comillas tenían que ocuparse cosas más importantes. Con esas líneas borradas, es normal que los adolescentes o niños más jóvenes empiecen a ver problemas en los roles de género y cómo un varón se tiene que vestir y ahí entran el maquillaje, pintarse las uñas, el pelo largo, usar cosas que no sean estrictamente zapatillas”, dijo asociando los cambios en la moda a los culturales, que indudablemente van de la mano.
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