“Hola, noche porteña. Reunión de trabajo”. Apenas unas horas después de haber aterrizado en Ezeiza, Wanda Nara compartió con sus seguidores una foto que tomó en el pasillo del lujoso edificio Château Libertador, en el barrio porteño de Núñez, en el que se quedará por estos días hasta que se traslade a su casa de Santa Bárbara, en Tigre, en donde pasará las Fiestas con su familia y Mauro Icardi, quien llegará a la Argentina horas antes de Navidad. La empresaria arribó el lunes por la mañana con sus cinco hijos (Valentino, Constantino y Benedicto, de su relación anterior con Maxi López, y Francesca e Isabella, de su matrimonio actual con el jugador del PSG).
Y esa misma noche se produjo para lo que ella pensó que sería una reunión de trabajo con su equipo de la marca de maquillajes que lanzó recientemente y con la que abrirá un local en el país. Para ello, lució unas calzas negras que combinó con bucaneras de cuero y un top. Y llevó un saco gris con un cinturón de una exclusiva marca internacional y una cartera negra que tenía perlas blancas en la tira.
“Solo vos laburás a esta hora”, le respondió su hermana Zaira sobre aquella publicación que Wanda hizo en la red social en la que tiene 10 millones de seguidores. Sin embargo, lo que ella no sabía es que, en verdad, el fin del encuentro era otro: celebrar su cumpleaños en la Argentina. Wanda cumplió 35 años el pasado 9 de diciembre y lo festejó en un lujoso restaurante de París con su esposo y sus hijos. Por caso, su look se terminó convirtiendo en blanco de memes por la similitud con el traje Chanel multiuso de Marge Simpson.
Más tarde, mostró en sus Instagram Stories que se dirigía al lugar de encuentro, Presidente Bar, ubicado en el barrio de Recoleta. “Ay, me muero: ¡la 9 de julio. Yo me di cuenta que amo los monumentos”, se la escucha decir en un video que grabó mientras su amigo y estilista Kennys Palacios manejaba el auto que circulaba por la popular avenida. De fondo, se visualizaba el Obelisco. De ahí, su comentario sobre los monumentos.
“Acabamos de aterrizar y ya me están llevando a una reunión de trabajo. Yo me quería tomar el día, pero a las 22 horas tengo una reunión. Espero que sea importante”, deslizó Wanda, ingenua. “Muy importante”, agregó su amigo y cómplice de lo que vendría luego. Su hermana, en tanto, también había sido cómplice y sumó su comentario en las redes para despistarla aún más.
Una vez que llegó al exclusivo bar, la empresaria fue sorprendida por su hermana Zaira, su madre Nora y un grupo íntimo de amigos que querían celebrar su cumpleaños con ella. “¿Qué? Sorpresa de amigos en Buenos Aires”, escribió sobre otro posteo en donde se la ve entrando a la sala en donde todos la esperaban para festejar. Allí además de su hermana y su mamá, estaban sus amigas Sol Calello, Luciana Di Pace, Camila Maloneay, Flor Mellino, Sol Estevanez y su marido,el polista Nito Uranga, Tomás Gjorek, Marcelo Calello y Richard Thompson.
Ya durante el festejo del cumpleaños, las hermanas publicaron una foto en sus redes sociales y la acompañaron con emotivos mensajes por su reencuentro después de meses sin verse. La última vez había sido en septiembre pasado, cuando la conductora viajó con su familia a París a visitar a la empresaria. “Mi morocha favorita y mi cumple sorpresa en Baires”, escribió Wanda en su Instagram. Y Zaira comentó: “Mi rubia bomba y este encuentro”, junto al emoji de una llama.
El festejo tuvo lugar en Presidente Bar -en Pte. Quintana 188-, uno de los dos bares argentinos que desde hace tres años se ubica entre los 50 mejores del mundo y que recientemente alcanzó el puesto 21. Por allí también han pasado otras figuras y celebridades nacionales e internacionales como Lionel Messi, Maluma y la banda británica Coldplay. Tiene una carta única de tragos, especialmente confeccionada por Seba García, popularmente conocido como El Cantinero, una de las personas más influyentes de la coctelería a nivel mundial.
Y la celebración de la empresaria fue en la exclusiva sala de la biblioteca del bar a la que no todos tienen acceso. En tanto, los bartenders a cargo fueron Seba García y Roisbert Gonzales, mientras que la musicalización fue de los DJ’s Marto Canosa y Morris Brown. Todos los invitados comieron sushi y bebieron los tragos clásicos de la carta.
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