La emoción de Marcela Feudale en el último programa de ShowMatch: “Los extrañé mucho”

La histórica locutora de Marcelo Tinelli, no estuvo este año en La Academia, no quiso perderse la última gala

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Fue la gran ausente de este año en la pista de ShowMatch. Marcela Feudale, histórica locutora de las últimas tres décadas en los diferentes formatos que encaró Marcelo Tinelli, se bajó del barco antes de empezar por un motivo de fuerza mayor. Yo tengo una mamá de 84 años y se me planteaba el hecho de estar saliendo y entrando de mi casa a la calle, con una pandemia del coronavirus me podía producir una situación de riesgo muy alta para lo que es la salud de mamá”, señaló la Enana, y todos en LaFlia lo entendieron.

Por el cariño construido en tantos años de trabajo y como una muestra de gratitud mutua, Feudale pasó a visitar a sus viejos compañeros en el último programa del año. Luego de presentar al músico L-Gante, que con motivo excepcional integrará el jurado, Marcelo bajó el tono de su voz, empezó a sonar una música acorde y el terreno ya estaba preparado para vivir uno de los momentos más emotivos de la noche.

Marcelo Tinelli y Marcela Feudale, tres décadas de complicidad (Ramiro Souto)
Marcelo Tinelli y Marcela Feudale, tres décadas de complicidad (Ramiro Souto)

“Ella fue muy clarita conmigo, me dijo ‘este año no voy a estar, más allá del inmenso amor y cariño que nos tenemos’”, señaló el hombre de Bolívar y todos sabían de quién se trataba. “Le pedí que viniera porque le quiero agradecer personalmente todos estos años juntos”, continuó, por si a alguien le quedaban dudas.

Cuando pidió el aplauso para la señora Marcela Feudale, el estudio fue un gran coro de palmas y los ojos de la locutora, un mar de lágrimas. “En este programa fue una compañera insustituible, mi compañera en las sombras”; reconoció, abrazado a la Enana, que a esa altura ya sonreía. “Es el 1-2 permanentemente, aunque ella es tan humilde y tan grande, generosa y profesional, que no quiere hacerse notar. Y cuando no la tenés, se nota”, agregó.

“No me hagas llorar, ya sé que me querés”, arrancó la locutora, una vez que la emoción se lo permitió. Había algo que defender, que era mamá, y no había forma. Es muy feo todo lo que pasa y acá estoy, no quiero que se pongan tristes en un programa tan lindo. A pesar de todo lo que pasa estamos vivos, y eso es lo importante”; destacó la locutora.

El cariño entre Tinelli y Feudale en forma de abrazo (Ramiro Souto)
El cariño entre Tinelli y Feudale en forma de abrazo (Ramiro Souto)

Los extrañé mucho, no los miré nunca porque es raro verse afuera después de 30 años”, reconoció Feudale. “Qué hace ese otro ahí”; bromeó en dirección a donde estaba Martín Salwe, su reemplazo. Ya mas seria, reconoció haber visto el programa y se dirigió a sus históricos compañeros: “Los extrañé a los chicos, al Gordo Larry, a mi amigo Carna, a todos. Porque uno está acostumbrado a que es cada noche”, continuó. “Es la noche nuestra de toda la vida y es la noche de la gente que nos sigue”; avaló el conductor.

Después de un beso y antes de la despedida, hubo lugar para un nuevo paso de comedia: “Nos vamos de viaje después de esto”; lo obligó Feudale. “Hagamos el programa no sé, en Tanzania”, propuso a continuación. “El año que viene lo tenemos que hacer por lo menos de Dubái”, contraofertó Marcelo, con el gancho de la Copa del Mundo. “Llevame a Dubái y no te abandono más”, remató la Enana entre sonrisas, con los códigos intactos. Esos que se construyen noche a noche y año tras año y que el tiempo vuelve indestructibles.

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