Irreconocible: la foto inédita de Ricardo Fort, como nunca antes se lo había visto

Su hijo Felipe compartió en sus redes sociales una imagen que, hasta hoy, no era pública

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Ricardo Fort
Ricardo Fort

Ricardo Fort se hizo famoso en el 2009 cuando irrumpió a los medios con su llamativo look: músculos, tatuajes, ropa ajustada y cadenas y relojes. Mucho antes de eso y con una apariencia completamente diferente el chocolatero había intentado dedicarse a la música en Miami.

En las últimas horas Felipe compartió una foto en sus historias de su papá inédita de aquellos años en la que se lo ve muy diferente a como se lo conoció muchos años después en la Argentina. En la imagen en blanco y negro se lo ve posando con un estilo muy de fines de los ‘80, principios de los ‘90: con jopo, mirando hacia el horizonte y remera blanca con las mangas dobladas.

Felipe compartió una foto retro
Felipe compartió una foto retro de Ricardo Fort

En la postal por lo que se entrevé de sus brazos, aún no tenía ningún tatuaje y tenía muchos menos músculos que en su madurez. Por aquellos años Fort soñaba con ser famoso aunque le faltaría mucho camino por recorrer. También parecía lejana la idea de convertirse en padre, aunque ya estaba en su cabeza tras hacerse muy amigo de Guillermo Peyrano quien ya tenía un hijo.

Fue muchos años después, en el 2004 que gracias a una subrogación que realizó en Los Ángeles se convirtió en padre de Martita y Felipe, proyecto que encaró solo en cuanto a lo amoroso, aunque su padre le prestó el dinero para poder hacerlo y una vez que los mellizos nacieron, contó con la ayuda en Estados Unidos de su amigo el entrenador Claudio Borges y de su ex cuñada Karina Antonialli.

El 5 de noviembre, el día que el hombre fallecido en el 2013 hubiera cumplido 53 años su hija Martita también compartió una foto retro. Se trató de una imagen del empresario y artista con ella recién nacida en brazos.

Ricardo Fort con Martita en
Ricardo Fort con Martita en brazos

“Feliz cumpleaños al mejor papá que me ha podido tocar de todo el país. Cada vez que puedo ver tus videos me mato de la risa pensando en que haces mucha falta acá. Un alma vibrante como vos. También me hace feliz saber que por fin tu sueño se hizo realidad. Que se haga un documental de tu vida una vez que vos ya no estés acá. Nunca me voy a olvidar de vos, siempre que tengo una situación difícil pienso en tu imagen y como nos hacías sentir y me tranquilizo”, escribió la joven.

Sobre el nacimiento de sus hijos en febrero del 2004 él mismo contó alguna vez: “Me llamaron para decirme que la subrogante había roto bolsa, ese mismo domingo volé solo porque Gustavo no podía ir y presencié el parto, fue cesárea, les corte el cordón”.

Aunque Carlos, su padre, no estaba del todo de acuerdo con la idea de convertirse en abuelo de esa forma, lo ayudó. El mismo Ricky recordó en una charla con Gente: “Estábamos en Alemania para ir juntos a una exposición de chocolates en Colonia. Le mostré la carpeta explicativa que me habían dado en la clínica. Se quedó callado. Repetí toda la historia y a la segunda vez me dijo que sí. Y me dio la plata… Mi viejo me regaló lo más importante que tengo en la vida: mis hijos”.

Fue durante otro viaje que se acercó más a sus chicos. Había aterrizado a Miami luego de haber pasado unos días en Nueva York con Peyrano cuando lo llamaron de Los Ángeles. De inmediato voló a California con su amigo que lo acompañó a la clínica, juntos hicieron los trámites, eligieron a la donante y menos de un año después, el momento más feliz de su vida: la llegada de Martita y Felipe, a quienes bautizó así en honor a su madre y a su abuelo, el fundador de la fábrica de chocolates.

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