El miércoles Ana Rosenfeld hizo las valijas y se armó de coraje para volver a Miami, la ciudad de Estados Unidos donde vive una de sus hijas, y el lugar donde su esposo, Marcelo Frydlewski murió a sus 67 años, luego de luchar contra las complicaciones de salud que sufrió tras dar positivo en coronavirus. Aquel 9 de octubre fue el día más triste de la vida de la abogada, y sin que se hayan cumplido dos meses de esa fatídica madrugada donde supo la peor noticia, regresó para visitar a su familia. Con el dolor a flor de piel, compartió su sentir en un sincero posteo donde describió lo difícil que le resulta sobreponerse en pleno duelo.
La ciudad norteamericana fue el último lugar en el que estuvo junto a Marcelo, su pareja hacía 36 años, y padre de sus dos hijas. A mitad de semana publicó en su cuenta de Instagram una pista sobre el destino de su vuelo desde el aeropuerto: “Nada es igual, pero los nietos de allá me extañan, y yo a ellos”. Al día siguiente hizo un nuevo posteo con un video desde la playa, y tituló el clip con un sentido mensaje. “Yo pensé que iba a ser fácil, pero es más difícil de lo que imaginaba. Literalmente, nada es igual. Me costó mucho llegar”, expresó en el comienzo del texto.
“Pensé que no me iba a costar tanto volver al último lugar que disfrutamos juntos. Cuando me fui me pregunté cómo sería de ahora en más. En el avión ya me imaginaba, pero volver a ver el sol, la playa y la arena... tu lugar… ¡me destroza!”, admitió sobre su reciente y dolorosa pérdida. “Quiero seguir y eso estoy haciendo”, concluyó. Con más de 540.000 seguidores, muchos usuarios intentaron enviarle buenos deseos y fuerzas con cálidos comentarios: todos coincidieron en que su marido estaría orgulloso de su intención de seguir viviendo a pesar de su ausencia.
Tal como explicó, el motivo de su viaje fue reencontrarse con los más pequeños de la familia por una ocasión especial. Uno de sus nietos, Pipo, cumplió 4 años el sábado y lo celebraron con una fiesta en la piscina junto a los más allegados. Incluso mostró los preparativos del evento, que tuvo como temática principal los animales, presentes en el candy bar, inflables gigantes, y en las coloridas comidas que degustaron.
A principios de noviembre la letrada que ha representado a un sinfín de famosas -entre ellas Wanda Nara y Rocío Oliva- mantuvo una charla mano a mano con Ángel de Brito donde contó entre lágrimas su historia de amor. “Estudiamos juntos, nos reencontramos hace 36 años, vino a mi oficina por un tema laboral con quien era mi pareja, él no llegaba y me dijo que lo atendiera yo, fue de a poco porque teníamos una relación cada uno por nuestro lado”, reveló. Y agregó: “Recordamos historias de la facultad. Después me fui de vacaciones a Brasil con mi hermana y el se apareció de sorpresa, empezó una relación hermosa y no paró”.
También recordó sus últimas vacaciones juntos, que también habían sido para reunirse con su familia: “Mi hija hace diez años que vive en Estados Unidos y en junio nos fuimos, Marcelo se fue un día antes y me dijo que íbamos a pasar mas tiempo con los nietos”. La pareja iba a regresar el 26 de julio, pero decidieron extender su estadía dos semanas para quedarse hasta mediados de agosto. Días antes de volver, se dieron cuenta de que habían contraído COVID-19: “Me fui a hisopar porque me imaginaba y el me dijo ‘hace dos años tenés la sensación de que tenés coronavirus’ y él siempre decía ‘si me contagio COVID-19 me muero’, y cuando di positivo nos miramos diciendo qué es lo que viene”.
“Sus primeros 8 días fueron increíbles, nos separamos de habitación pero estábamos los dos contagiados. Él el primer día dio falso negativo y al día siguiente dio positivo. Nos tomábamos la saturación y la fiebre, él tuvo cáncer de pulmón, pero lo determinante fue que tenía diabetes y el día 8 se levantó con fiebre, saturaba mal, yo estaba aislada y contra su voluntad lo metí en un Uber, él no quería porque sentía que si se internaba no volvía. La internación era el punto de quiebre donde jugaba una curva que no sabíamos como terminaba”, recordó con las lágrimas brotando de sus ojos, sobre la última vez que vio a su marido fuera del hospital.
“¿La última vez que lo viste bien fue el día que subió al Uber?”, le preguntó el conductor de Los ángeles de la mañana (El Trece) y ella contestó que sí: “Después con la máscara no podía hablar bien, entonces me escribía y me likeaba las fotos. Veo sus fotos y para mi él está, no me puedo imaginar que no esté, es mi vida, es todo para mí, me dicen que están mis hijos y nietos, si, son nuestra prolongación, pero yo dormía con el, los chicos te acompañan”.
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