Mamá de Torobio de cinco años y de Belisario de seis meses, Juana Repetto está pasando por uno de los momentos más felices de su vida tras ensamblar su familia junto con su marido Sebastián Graviotto. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro y hay momentos durante el día a día en que con un nene chiquito y un bebé, es difícil mantener la calma.
Siempre reflexiva y auténtica sobre cómo vive su maternidad, la actriz escribió un extenso texto en su cuenta de Instagram que decidió acompañar con una foto de ella abrazando a su hijo mayor. En él, la hija de Nicolás Repetto y Reina Reech habla de los “maltratos” hacia los niños y hace un mea culpa sobre las veces que sin querer le grita o toma del brazo al pequeño Toro.
“El grito, el apretón de brazo, el castigo es maltrato y es violencia. Cuesta asumirlo, hacerse cargo y aún más decirlo, pareciera que al decirlo uno terminara de asumirlo. Lo cual genera (en mapadres sanos) un inmenso dolor e indescriptible angustia”, comenzó Juana a la vez que asumió que es necesario hablar para poder hacer algo al respecto.
Luego, juntó fuerzas para contar una parte suya que no la enorgullece, pero que a la vez la muestra humana y cercana a la mayoría de las madres y padres que la leen. “Con todo el dolor del mundo y lágrimas en los ojos yo asumo que como ya saben quienes son parte de esta comunidad, estamos en un momento difícil y en casa hay gritos, enojo, algún apretón de brazo, hay maltrato”.
“Si bien nada justifica lo anterior, también hay conciencia, hay (pre)ocupación y acción. Pido ayuda, sé y noto que no está bien, que no es la forma y no lo quiero en mi hogar y para mis hijos. Accionar, hacer algo al respecto no justifica pero les da herramientas, les permite no naturalizar el maltrato. Ser conscientes para poder pedirles disculpas, explicarles que el error es mío al tratarlos de ese modo, hacerles saber que no merecen y no deben permitir que nunca nadie jamás los maltrate y que voy a estar siempre para poder escuchar y ayudar”, agregó.
“¿Vos sabés lo que es un niño maltratado?”, dijo que es la respuesta que encontró en varias ocasiones cuadno manifiesta su angustia por “maltratar a Toro”: “Me lo dicen dando a entender que Toro no lo es ni de cerca. Entiendo el concepto, se qué hay niños con un nivel de abuso violencia y maltrato incomparable. Pero eso no lo hace menos grave ni deja de ser maltrato. Y por qué escribo esto. Siendo algo tan intimo”.
Párrafo seguido se dirigió a las mamás y papás: “Quizá vos, cuando te sacas o colapsas, cagás a gritos a tu niñx, lx agarras del brazo, lx pegas un tirón de pelo y lamentablemente es en escala y de ahí para arriba no tiene límite y pasan estas cosas que están pasando (y siempre pasaron)”.
Sobre los motivos que la llevaron a escribir, dijo: “Primero por que puedo alzar la voz y ser escuchada por mucha gente y además si vos ‘tan solo’ le gritas a tu hijo quizá te sirva saber que no está bueno naturalizarlo ni minimizarlo. Ellos podrían hacerlo al recibir maltrato de otros o maltratar sin ser conscientes y mucho más”.
Su posteo recibió más de 32 mil “Me gusta” y cientos de comentarios, la mayoría de ellos de mujeres, que asumían que pasaban por situaciones similares. “Feliz de escuchar acá sobre maternidad real y sobre lo importante que es saber que pedirles perdón a ellos también cuando nosotros fallamos”, “Tan real y tan doloroso. El poder sanar la niña herida para no colapsar es super importante. Pero no deja de ser muy difícil”, “Siempre me siento identificada con lo que decís... las palabras justas”, “Que grosa, hay que tener los ovarios grandes para asumirlo y decirlo. Dejar de minimizar. Lamentablemente siempre hay situaciones más extremas pero eso no hace menos grave lo que hacemos en casa. Auto mirada, respeto, saber pedir perdón, hablar mucho con ellos y decirles que nos equivocamos también es parte del aprendizaje mutuo” y “Es tan real, tan cierto, a todos nos pasa de perder la paciencia, el tema como lo asumimos e intentamos mejorarlo. Creo que la nueva generación de mapadres empezamos un nuevo camino, lejos de la perfección pero mucho más consciente y que ojalá se refleje en que nuestros hijos se conviertan en adultos emocionalmente más sanos que nosotros”, decían algunos de los mensajes.
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