“El amor es lo que más le interesa a todos, es lo que más me pregunta, les voy a contar sobre los signos opuestos, que son complementarios...”, explicaba Aschira en hace casi cuatro décadas invitada al magazine Día a día, con Nora Lafon y Chiche Almonzny. Y si lo sabría ella, protagonista de una historia de amor que cruzó el océano, venció prejuicios y que cincuenta años después sigue resultando enigmática.
Conocida por su “Hala, hala, hala” y por aconsejar sobre el fututo según los signos, aunque nació en Marruecos en 1930, se crio en España, donde vivió sus últimos años. Y fue un amor lo que la hizo dejar el viejo continente e instalarse en Buenos Aires, donde pasó casi medio siglo.
Aschira, madre
En diálogo con Teleshow su hija mayor, Eva, agradeció que el recuerdo de su madre siga vivo y para recordarla reiteró las palabras que había dicho al despedirla hace dos años, cuando la definió como “una gran señora y una mujer hermosa” y agregó: “Era inquieta, culta, divertida y seductora”.
Una de las cosas que había destacado en su momento fue cómo su madre se reinventó y pasó de ser cantante de zarzuela a tener una exitosa carrera como astróloga en la Argentina, pasando por los programas más importantes de televisión y cercana a su público: “Lo amaba, nunca negó una sonrisa ni una palabra a nadie que la parara por la calle”.
“Se quedó viuda siendo muy joven, con dos hijas pequeñas y nos sacó adelante con fuerza y decisión, siendo en sus propias palabras ‘madre, padre y niño de los recados’. Sin dudas cometió errores, pero quien esté libre de pecado....”, agregó la mayor de las hijas de Encarnación.
Además de Eva, Encarnación era madre de Paloma Fort, con quien tuvo una conflictiva relación que fue nula en sus últimos años de vida. La mujer que ahora vive en Londres aseguró en reiteradas oportunidades en televisión y en la justicia (la causa hoy está parada) que su madre le mintió acerca de su filiación y que ella no es hija de Felipe Fort, sino de Carlos: es decir que sería hermana de Ricardo y no tía de éste, lo que de ser cierto cambiaría radicalmente su parte de la herencia ya que fue el papá de “el Comandante” quien hizo millonaria a la fábrica.
Al ser consultada por su hermana, Eva prefiere no hablar, ya que no se ven desde hace seis años. Sin embargo, en su momento había sido concluyente: “Mi madre no se llevó ningún secreto a la tumba; yo estaba ahí y lo sé todo” y anteriormente había asegurado que su madre “no tuvo contacto de ningún tipo con Carlos Fort”.
“Soy fruto de la relación de Aschira con Carlos Fort. Ella vivía con Felipe Fort pero se acostaba con Carlos. Felipe se llevó un disgusto grande cuando Carlos le dijo que yo no era hija de él. Él se enfrentó a esta señora y tengo testigos presenciales”, sentenció Paloma muy segura en pantalla en reiteradas ocasiones. Su caso llegó a la Justicia y ante la negativa de los herederos de realizarse el ADN para cotejar muestras, ella llegó a insinuar que podría pedir la exhumación del cuerpo de Ricardo, fallecido en el 2013. Sin embargo, no hubo avances, la causa está parada y ella continúa con su vida en Londres, a más de once mil kilómetros de la fábrica de chocolate.
Un amor que trascendió fronteras y prejuicios
Encarnación y Felipe se conocieron a principios de la década del ‘60. Por ese entonces el hombre que casi medio siglo atrás cuando tenía nada más que 14 años había fundado la conocida fábrica de chocolates, estaba recién separado de María Asunción, su mujer y triste por la muerte de Felipe, su hijo mayor, viajaba asiduamente a España en busca de consuelo. Fue allí donde conoció a una joven Aschira, madre de Eva, de un año y medio nada más.
Durante el tiempo que él permanecía en Madrid era Carlos -papá de Ricardo, Eduardo y Jorge y quien hizo de la bombonería un imperio- quien se hacía cargo del negocio chocolatero. Luego de varios meses de vivir un romance a distancia y de extensas horas de vuelo para poder verse, la astróloga se instaló finalmente en la Argentina con su hija mayor.
En 1964 y sin una ley de divorcio que le permitiera a él volver a contraer matrimonio, la pareja se casó vía México y tras cinco años de convivencia tuvieron una hija a la que bautizaron Paloma. Para ese entonces, 1969, Felipe estaba enfermo y cuando su hija tenía menos de un año, falleció. De ahí en más, las cosas no fueron fáciles para la mujer que luego se haría famosa como astróloga, que quedó viuda con dos hijas y a quien la familia Fort nunca aceptó. Incluso Ricardo alguna vez se refirió a ella como “la amante” de su abuelo.
A pesar de que estuvo durante años en televisión, Encarnación casi nunca habló de su vida personal ni mucho menos de su relación con la familia de quien había sido su marido. Y fue recién muchos años después, cuando Ricardo había hecho famoso el apellido más allá de las golosinas y su madre ya vivía en España, que Paloma salió a los medios a contar su verdad, asegurando que su padre era Carlos y no Felipe.
Sus últimos años en España, el lugar donde se crió
La duda respecto a su filiación que tuvo Paloma la alejó de su madre. En el 2010 Aschira regresó a España con su hija mayor donde falleció el 30 de noviembre del 2019. Meses atrás, dado su deteriorado estado de salud -había pedido la vista y tenía problemas de movilidad-, Eva había decidido internarla en una residencia para adultos mayores.
“No estuvieron juntas. Cuando mi hermana lo intentó, mi madre se negó a recibirla”, había contado Eva sobre la relación entre las mujeres de su familia en los últimos años.
Eva asegura que su madre no se llevó ningún secreto a la tumba y que no tenia relación con Carlos, mientras que Paloma afirma lo contrario. ¿La verdad? Solo Aschira la sabía y será la Justicia quien determinará o no la filiación, en caso de que la menor de las hermanas decida seguir adelante con la causa.
SEGUIR LEYENDO: