La cantante, saxofonista y compositora Michelle Bliman acaba de editar su segundo álbum, A mi Alrededor, en el que profundiza en su identidad musical con la impronta del soul, el jazz y el R&B.
Escrito y grabado durante el confinamiento, el disco está atravesado por el deseo de reencontrarse, observar el entorno con nuevos ojos y transformar la incertidumbre de la época en un fructífero aprendizaje colectivo, según narra la propia artista.
Hay historias de amor, viajes y amistad, en melodías y armonías influenciadas por la sonoridad del groove afroamericano. La propuesta de Michelle es la de un universo en el que no existen barreras geográficas ni idiomáticas: solo el enorme poder de la música como lenguaje del cuerpo y el espíritu.
El disco será presentado oficialmente en Thelonious Club el próximo jueves 2 de diciembre a las 20:00 (Nicaragua 5549, CABA). Pero antes del recital, la cantante narró, en diálogo con Teleshow, de qué se trata su flamante trabajo, cómo fue componer y grabar en pleno confinamiento, y cómo se prepara para lo que se avecina.
- ¿Cómo definís A mi Alrededor, tu segundo disco?
- Es un material con el cual estoy muy contenta porque refleja mi conexión actual con la música. Profundiza el camino que comencé dentro del soul y R&B con Intuición (2018), combinando mi pasión por la música afroamericana con una mirada personal de la vida, el amor y los vínculos.
- ¿Con qué se va a encontrar el público cuando escuche tu nuevo trabajo?
- Va a poder disfrutar de ocho canciones en las que, si bien hay una identidad general que las engloba, podemos encontrar un aire de folk en “Walk along with me”, sumergirnos en la atmósfera del neo-soul con “Si me dejo ir”, o bailar al ritmo del funk en “Indiferente”. Siempre sentí que la música es un gran universo en el que no hay etiquetas y que la inspiración puede venir de lugares impensados. Por eso me resulta natural que un tema groovero tenga letra en castellano y cuente una historia con la que el oyente se pueda identificar.
- ¿Por qué A mi Alrededor?
- La cuarentena fue una etapa en la que el encierro físico repercutió en niveles más profundos de la mente y el espíritu. Siempre me pareció una paradoja lo que ocurre con las pantallas: queremos estar conectados y olvidamos que la química que se genera en un encuentro presencial es irreemplazable. Creo que el mundo sigue ofreciendo mucha magia, solo que entre tantas distracciones hay que ir a buscarla con un poco más de intención. Este mensaje atraviesa el disco: levantar la mirada y ver qué pasa a nuestro alrededor para construir lo que sigue. A la vez, varias de las canciones cuentan una historia de amor o desamor, como podemos observar en “Camaleón”, en donde grabé un solo de saxo y cuyo título hace referencia a cómo las nuevas experiencias nos van transformando.
- El disco fue escrito y grabado en pleno confinamiento. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar a distancia en ese contexto? ¿La situación de pandemia influyó en las letras de las canciones?
- Trabajar a distancia en un contexto tan loco tuvo su lado interesante. Me impulsó a armar bocetos más elaborados de las canciones, acelerando el proceso de preproducción. Algunas de las letras reflejan este viaje hacia adentro en el que muchos redescubrimos aspectos de nuestra personalidad. En cuanto al recorrido de las composiciones, todas nacen desde mi guitarra y voz, y luego el grupo interpreta la idea convirtiéndola en lo que escuchamos en el disco. Incluso algunos temas se terminaron de armar en el mismísimo estudio, lo cual me llena de adrenalina y me recuerda que la música está viva.
- ¿Qué músicos te acompañaron en la grabación y cómo definirías a cada uno de ellos? ¿Qué sentís que te aportan?
- Fernando Samalea es una pieza fundamental del proyecto, es el primero a quien le muestro las canciones. Él interpreta el espíritu de cada tema y cuando empieza a tocar la batería todo toma otro color, otro peso. Además de ser un gran músico, es inspirador como persona y siempre aprendo algo nuevo con él.
En la guitarra me acompaña el joven y talentoso Martín Allende Medina, quien además tiene una visión de producción que siempre suma mucho, al igual que Augusto Durañona, que desde la calma uruguaya enaltece las canciones con su piano y teclados. Edú Gabriel toca el bajo con virtuosismo y sensibilidad.
Leo Fucci produjo y tocó varios instrumentos en “Entre todos los paisajes”, dándole una sonoridad que me encantó y armando equipo con el gran Ezequiel Rivas en bajo, cuya musicalidad es inmensa. En “Si me dejo ir” invité a Axel Mark a cantar, y los coros de todo el álbum están grabados por mí, a diferencia del vivo en donde me acompañan Magalí Fernández y Fernando López Bravo.
La mezcla y mastering estuvo a cargo del gran Jonathan Vainberg.
- La presentación del álbum será el jueves 2 de diciembre en Thelonious Club. ¿Cómo te preparás y qué expectativas tenés para tu reencuentro con el público?
- Estoy muy entusiasmada por compartir lo que venimos preparando con el septeto, y me encanta que el show sea en el emblemático Thelonious Club, en donde escuché a tantos artistas que admiro. Será un recital muy completo y versátil a nivel instrumental, en donde voy a estar cantando, tocando el saxo y la guitarra junto a mi banda. Habrá momentos de mucha energía y otros más intimistas, pasando por distintos climas que incluyen un momento acústico con músicos invitados.
- La última es preguntarte por tus proyectos. ¿Cómo seguís tras la presentación del disco?
- ¡Hay grandes planes para el año que viene! Shows en Buenos Aires y en distintas ciudades dentro del país, y un viaje a Europa junto a Fer Samalea. En cuanto a lo creativo, soy muy inquieta y siempre continúo escribiendo canciones. Todos los conciertos y lanzamientos estarán anunciados en mis redes (@michellebliman) y tengo muchas ganas de encontrarnos a compartir la nueva música. Por el momento, toda mi energía está puesta en ofrecerle lo mejor de nosotros al público el jueves 2 de diciembre. ¡Allá vamos!
SEGUIR LEYENDO: