Subió al escenario del MGM Grand Garden Arena de Las Vegas ahogada en llanto. Y sus lágrimas no eran solo de emoción, sino también de impotencia. Beatriz Luengo fue una de las compositoras de Patria y Vida, el tema que se llevó dos galardones como Mejor Canción Urbana y Canción del Año en los Latin Grammy 2021 que se entregaron el pasado jueves 18 de noviembre. Y el hecho de ser parte de este proyecto junto a su marido, Yotuel Romero, y los artistas Descemer Bueno, El Funky, Gente De Zona, Yadam González y Maykel Osorbo, la puso en un lugar de completa vulnerabilidad. Es que el tema se convirtió en un himno para los manifestases que alzaron sus voces contra la dictadura cubana el pasado 11 de junio. Y, aunque a diferencia de sus compañeros ella nació en España y no en la isla caribeña, esto no impidió que la amenazaran a ella y a su familia.
—Entiendo que esta premiación te produce un montón de sensaciones encontradas...
—Sí, la verdad es que yo siento que es un premio al pueblo de Cuba, a ese exilio que no se cansa de luchar por los que están dentro de la isla, por los cubanos que no tienen voz, que no tienen derecho a manifestarse...Pues a todos ellos, este galardón les significa mucho y por eso estamos felices.
—Me gustaría que expliques bien por qué “Patria y Vida” en contraposición al “Patria o Muerte” que postula el régimen cubano.
—Por todo Cuba está escrito “Patria o Muerte”, “Patria o Muerte”...Y a mí, como española, siempre que iba me parecía terrible. Porque como allí no está permitida la publicidad privada, pues está en todas partes. Pero para el que no está acostumbrado a ese slogan o que le pilla de afuera, es como que agobia. Porque la muerte no debería ser una opción jamás. Más por cómo está hoy en día la isla, sobre todo con el sistema sanitario muy deteriorado y el Covid que ha puesto mucho más desnuda la necesidad de todo: de medicamentos, de mínimos en los hospitales, de camas, de frazadas...De repente, hay goteras mientras están operando. Son cosas terribles y necesitamos, ahora más que nunca, abogar por la vida. Entonces, “Patria y Vida”, es esa respuesta a la dignidad de un pueblo que necesita ser restaurada. Sobre todo en esa “y” que no es “o”, una “y” inclusiva de tus diferencias y las mías, tus gustos y los míos, tu opinión y la mía. Una Cuba inclusiva, que acepte una democracia en la que las personas puedan opinar. Por eso cambiamos la “muerte” por la “vida” y la “o” por la “y”.
—¿Imaginaban que la canción iba a tener esta repercusión y que iba a ser tomada por los manifestantes de la isla?
—La verdad es que no imaginábamos nada de esto. Cuba lleva más de seis décadas sin constitución. Manifestarse está prohibido. Y ha vivido situaciones complicadas. En los ‘90, hubo momentos de mucha hambre para el pueblo. Mi esposo, Yotuel, me cuenta unas historias terribles. O sea que ha habido muchos momentos en estos sesenta y dos años que fueron claves para que el pueblo pudiera manifestarse y no ha pasado. Entonces, ¿cómo íbamos a pensar nosotros que una canción iba a ser lo que iba a sacar al pueblo a la calle? Ha sido un impacto también para nosotros. Todavía no lo creemos cada vez que sobrevuela una avioneta con el cartel de “Patria y Vida”, nos recibe el presidente de los Estados Unidos, nos entrevistamos con el Papa Francisco o el Parlamento Europeo lee la letra de este tema. Y no podemos saber qué alcance tiene, sólo sabemos que lo nuestro está afuera de la política. Nosotros no respondemos a ninguna posición y no estamos diciendo cuál es la solución para la isla. Lo único que queremos es que la gente elija. En esta letra hablamos de democracia y de libertad de expresión. Pero no somos políticos, somos músicos por los derechos humanos.
—Contaste en el escenario que habías sido amenazada. ¿Podés decir de dónde vinieron esas amenazas y qué te dijeron concretamente?
—No puedo determinar de dónde vienen, porque no sé si son simpatizantes de una dictadura, no sé si son de dentro de la isla o de fuera, no sé si son personas que tienen relaciones comerciales con Cuba y les interesa mantener esa dictadura y ese control férreo. La verdad es que no te puedo dar nombre y apellido porque no lo sé. Lo único qué sé es que era mirar mis redes sociales y, todo el tiempo, leer lo peor que te puedes imaginar contra mi persona y contra mi familia. Y he tenido mucho miedo. Porque cuando te hacen ese tipo de amenazas y no sabes de dónde vienen, pues estás asustada. Y lo quise dejar saber en un lugar como los Grammy, donde veo a todos mis compañeros recibiendo premios, porque no creo que la música deba estar perseguida de una manera tan horrible. Ha sido un año muy complicado para mí, porque además estaba embarazada y me he sentido muy vulnerable. Pero nada: Dios conmigo. Tengo mucha fe y de eso me agarré.
—Uno de los artistas que grabó el tema con ustedes todavía está detenido en Cuba por esto: por hacer arte.
—Sí. Se hizo viral en la oratoria con los periodistas al final de la gala, cuando posamos para ellos, una frase de Yotuel que dijo: “Maykel Osorbo es el primer artista preso por una canción que acaba de granar dos Grammy”. O sea, no existe en el mundo una situación que lleve a un músico a la cárcel y que lo premien. ¡Es tan loco! Yo entiendo que los países tienen sus normas y ciertos límites que no se pueden vulnerar. Y que la música no debe pedir un ataque físico o las armas, no debe abogar por la violencia. Pero en ese caso se trata de un tema que habla de la libertad, para que el pueblo pueda explicar libremente lo que quiere. Viene desde la bondad y de ningún otro lugar como para que ese muchacho esté preso...
—¿Han tenido la posibilidad de comunicarse con él para saber dónde y cómo está? Porque hay muchos detenidos, menores, cuyas familias no los pueden localizar...
—De hecho, Unicef ha pedido a Cuba que por favor de datos de los menores que están encarcelados por haber participado de las manifestaciones, porque sus padres ni siquiera saben dónde están. En el caso de Maykel, le han puesto en una cárcel de máxima seguridad. ¡Imaginate! Por lo que se lo culpa es por alteración social o algo así, movilizador social y alterador del orden... Está en una cárcel de máxima seguridad con personas que realmente han hecho cosas para estar en una cárcel de máxima seguridad. No un muchacho que es un rapero, un músico. Pero hemos conseguido hablar con él porque los presos le adoran y todos lo ayudan para que, de repente, se cuele un teléfono y nos pueda mandar un audio para decirnos que está bien. Lo último que sabemos de él, es que después de “Patria y Vida” le han movido a La Habana.
—Yotuel también reconoció que ya no podría viajar a Cuba, dónde seguramente debe tener muchos afectos.
—Así es. Por eso yo en mi discurso hablé del destierro que sufren los cubanos a partir de la figura icónica de Celia Cruz. Porque todo el mundo la conoce a ella como artista, pero pocos saben que por pedir libertad para Cuba murió sin poder cumplir el único deseo que tenía que era regresar a su país. La pobrecita tuvo que ir a la base de Guantánamo y, con un vasito de plástico, meter la mano por debajo de la reja para tomar arena. Y con esa arena la enterraron, porque ella nunca más pudo pisar la isla. Pero lo que le pasó a ella, le pasa a todo el que vive en el exterior y decide alzar su voz para pedir libertad de la manera que sea. Porque, inmediatamente, se vuelve persona no grata para el gobierno, que lo obliga a firmar un destierro o no le renueva el pasaporte.
—Uno de los momentos más emotivos del Grammy fue cuando tu marido te miró y te dijo: “Esto lo empezamos en la cocina y ahora estamos acá”. Más allá de las carreras individuales de cada uno de ustedes, ¿cómo es esto de trabajar en pareja?
—Es maravilloso, porque a mí me encanta trabajar con mi esposo Hay una sinergia ente él y yo como creadores que va más allá de nuestra situación personal. Hacemos muchas cosas por separado. De hecho, yo acabo de participar en el álbum de Abel Pintos. Y tengo muchos años de carrera, nominaciones y premios. Sin embargo, este Grammy ha sido un poco agridulce porque, al día siguiente, muchos medios no me nombraron. El galardón como Canción Urbana y Canción del Año se le da al compositor y no al intérprete del tema. Y sin embargo, cuando yo subí a recogerlo muchos dijeron: “La mujer de Yotuel, muy emocionada, subió a recibir el premio de su marido”. Esto me ha molestado muchísimo, porque creo que en el 2021 no puede suceder.
—¿Es machismo?
—Absoluto. Porque yo escribí el tema en colaboración con los chicos. Y era evidente que no estaba ahí como la mujer de Yotuel. Llevo una carrera demasiado larga y jamás me subiría a recoger un premio suyo. Yo tengo un libro que se llama El despertar de las musas, donde hablo de mujeres increíblemente olvidadas. Y hay una historia que me ha venido a la memoria porque ocurrió hace exactamente un siglo. Mileva Marić y Albert Einstein desarrollaron juntos durante dieciocho años grandes teorías para la humanidad. Y en 1921, cuando lo reconocieron a él con el Premio Nobel de la Paz, no mencionaron todo el trabajo que hizo ella. Pues bueno, salvando las distancias, no me podía imaginar que a esta altura, yo como compositora me subiera a buscar un galardón que me he ganado con mi esfuerzo y que los medios me pusieran en ese lugar.
—No debe haber nada peor que te tilden como “la mujer de”, por más orgullosa que estés de tu pareja.
—Eso ya no puede pasar, por todas las mujeres que dejamos a nuestros hijos y salimos a trabajar. Yo siento mucho orgullo por Yotuel, creo que somos la mejor historia de amor. Es mi único novio y un hombre impresionante. Y lo apoyo en todo. Pero esto no tiene que ver con él. De hecho, yo creo que lo que dijo en el escenario, por más que él diga que no, tuvo que ver con que quería reconocer mi trabajo de cara a todo el mundo. Sin embargo, de nada vale eso si hay una sociedad que no está dispuesta a verte con un vestido de gala sin pensar que eres un florero sino una trabajadora que va por su premio.
—Ya llevan más de diecisiete años de pareja, ¿verdad?
—Exactamente. Yo lo conocí a mis 18 y es el hombre de toda mi vida. Y no por el convencimiento de que quiera estar con un solo hombre, sino porque cuando lo encontré no quise separarme nunca más de él. Nos admiramos y nos respetamos. Y por eso, su lucha es la mía y la mía es la suya. Así que yo estoy absolutamente volcada a la causa de Cuba y él está absolutamente volcado a la causa de la mujer. En nuestra pareja, la unión hace la fuerza.
—¿Cómo hacen para compatibilizar dos carreras tan importantes con dos criaturas tan chiquitas: D’ Angelo y Zoe?
—Pues mientras yo doy esta entrevista, él se ocupa de la más chiquita. Tenemos una persona que nos ayuda, pero entre los dos tratamos de compaginar los tiempos como para que cada uno pueda hacer lo suyo.
—Habías dejado pendiente un trabajo cuando surgió el furor de “Patria y Vida”, ¿pudiste retomar ese álbum?
—Sí, estoy preparando nuevo material. Pero yo las fechas de lanzamiento me las pongo libremente cuando siento que tengo un puñado de temas que merecen la pena ser empaquetados en un concepto. Creo que son las canciones las que marcan los tiempos. Así que, ahora mismo, estoy en pleno proceso.
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