“Fue hace dos horas y no quiero hablar porque estoy muy mal”. Con estas palabras la mujer del periodista Guillermo Blanc confirmó este domingo por la tarde a Teleshow la muerte de su marido, quien había sido internado el sábado luego de sufrir una descompensación. “Fue fulminante”, agregó con mucho dolor. El conductor de Radio del Plata falleció de forma repentina, y según informó la familia, no habrá velatorio.
Su última aparición pública había sido el pasado martes 9 de noviembre durante la entrega de los premios Martín Fierro de Cable, que trasmitió Crónica HD, en donde él por ser miembro de APTRA entregó el primer galardón de la noche a Chiche Gelblung, que ganó por su programa 70-20-20 como mejor programa periodístico. Además, hasta la semana pasada estuvo trabajando con normalidad en la radio, en donde conducía el programa La noche de Blanc, los martes a las 22 horas.
Hincha de Boca, llevaba décadas en el periodismo de espectáculos, y tras fatigar redacciones y micrófonos se lució con un envío propio al que llamó Yo Amo a la TV, un espacio de reflexión sobre temas de televisión que creó en 1998 Guillermo Blanc, “el negro” en el ambiente, el hombre que concentró estrellas en su neutral espacio de Canal 7 para que den su punto de vista sobre un medio tan caníbal y fascinante a la vez.
Su infancia transcurrió por varias localidades de Avellaneda. Si bien nació en Sarandí el 21 de febrero de 1946, sus más gratos recuerdos están relacionados con Wilde, donde se mudó de pequeño, y con Dock Sud, donde alimentó su pasión futbolera. Esos años de niñez fueron como los de cualquier chico, alternando el fútbol con los amigos y la escuela.
“Soy creador del programa y siempre quise hacer un programa de espectáculos sin chimentos, diferente -explicó Blanc en una entrevista-. Y ojo que respeto al chimento y al que lo usa como bandera para su programa. Pero yo quería hacer un análisis de la TV desde la TV misma, creando un espacio de reflexión”.
En ese marco, el ciclo se anotó algunos logros y -según el periodista- “entre ellos el de ser el programa más copiado de la TV argentina de los últimos tiempos. Nosotros inventamos un formato que no se había hecho: el de enfrentar a los panelistas, en vez de hacerlos mirar a la tribuna. Así, generamos el debate, esa era la idea escenográfica, que todos miren al conductor y el invitado que está en el medio. Luego, invitamos a Mirtha Legrand al primer programa y la nombramos madrina. Y en ese envío, del año 98, dijo: `Por un punto de rating se mata a la madre’”.
Blanc sostenía que “La TV tiene 2 condiciones, una la marca el rating y la otra lo comercial. Yo Amo a la TV cubrió la expectativa de rating porque superamos el promedio acumulado. Mi único compromiso es con el canal que me paga para hacer este programa. Tenemos independencia periodística y cuando había algún personaje vinculado a la política, consultaba. Y siempre me dieron amplia libertad para trabajar”.
Su carrera se nutrió por haber sido director de Radiolandia 2000, además, formó parte de innumerables ciclos televisivos y radiales como panelistas, entre ellos, Telepasillos (El Trece) y Buenos Muchachos, ciclo radial que lideraba las tardes de Radio 10 junto a Jorge Jacobson, Rolo Villar, Beto Casella y Lito Pintos.
En el libro escrito por Luis Boero Historia de la televisión argentina, contada por sus protagonistas, Blanc recordó que estudió periodismo deportivo en el Círculo de periodistas deportivos. “Como en el Círculo yo tenía el mejor promedio, ya en primer año me eligieron para hacer una práctica en canal 11, en un programa que se llamaba El pueblo quiere saber que conducían Lucho Avilés y Pinky”, destacó.
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