Hace 20 años, cuando la oferta de series era menor que ahora, en una señal de cable daban una absolutamente espectacular. Su nombre hoy es un clásico, pero cuando se pasó por primera vez, Cowboy Bebop tuvo un impacto instantáneo. Generó a su alrededor un culto merecido que el tiempo no apagó. Tanto es así que Netflix no solo la reestrenó en este 2021, sino que también produjo una versión con actores. 1998 fue el año donde comenzaron a pasar los 26 episodios de esta maravillosa serie de animación japonesa.
La acción transcurre en el año 2071, cinco décadas después de que un accidente con una puerta de enlace hiperespacial hiciera que el planeta Tierra fuera casi inhabitable. La humanidad ha colonizado la mayoría de los planetas y las lunas del Sistema Solar. Al mismo tiempo, la tasa de criminalidad ha ido en aumento, por lo que la Policía del Sistema Inter Solar creó un sistema de contrato legalizado, en el que los cazarrecompensas registrados -llamados cowboys- persiguen a los criminales y los traen vivos a cambio de dinero. Justamente eso son los protagonistas de la serie, que viajan en la nave Bebop: Spike Spiegel, un ex sicario, y Jet Black, ex oficial de policía. Más tarde se les une Faye Valentine, una estafadora que no recuerda su pasado, Edward, una chica andrógina experta en piratería, y Ein, un perro corgi modificado genéticamente con inteligencia similar a la humana.
Las aventuras de estos personajes atraviesan diferentes tonos y géneros, pero siempre con ideas visuales absolutamente espectaculares. Los títulos del comienzo de la serie muestran una notable predilección por el jazz -lo que también motiva el título de la serie, por supuesto- y la música en general. Ese tema de arranque marca el ritmo y al mismo tiempo homenajea el estilo de las series de la década del 70. “Tank!” se llama la pieza musical que ya es un verdadero clásico. Y la canción de cierre, cuyo éxito excedió incluso a la serie, se llama “The Real Folk Blues”. Quien vea Cowboy Bebop en streaming no se animará nunca a saltar los créditos, vale la pena escucharlos cada vez. La importancia de la música en la serie no se termina con los títulos. La mayoría de los capítulos tiene como nombre una referencia musical. Además, al final de cada episodio hay un gracioso adelanto del siguiente.
El mencionado aspecto visual es de una sofisticación inusual y la belleza de las imágenes se complementa con una narración brillante. Desde las escenas de acción a los momentos más intimistas, tiene un trabajo que convierte a la serie en ese clásico amado en todo el mundo. El otro gran hallazgo consiste en la mezcla de géneros. Cowboy Bebop es ciencia ficción y western, una mezcla de policial negro con aventuras. Tiene humor, momentos de cine de terror y un aprovechamiento total de las posibilidades que brinda la animación. Es capaz de meter un cowboy, con caballo y todo, a perseguir un villano de comic que parece salido de Batman. Puede citar a Alien, el octavo pasajero y a Pierrot Le Fou de Jean-Luc Godard. Juega con el spaghetti western y el blaxploitation, y todo eso sin descuidar nunca la historia principal, sin perder jamás de vista lo que quiere contar.
El sentido del humor que la serie tiene no esconde su existencialismo y sus temas profundos. Sus ideas acerca del sentido de la vida, del pasado, del lugar que ocupa la memoria en las personas o el destino de la humanidad. 26 episodios de menos de media hora. Una sola temporada que le alcanzó a Cowboy Bebop para convertirse en un clásico imprescindible. Un puñado de personajes legendarios, una banda de sonido que tiene vida propia, un culto que no para de crecer y la prueba de que la animación japonesa es una forma de arte a la que vale la pena volver una y otra vez.
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