Todo comenzó con una nota de Teleshow, que sacó a la luz la relación que Diego Maradona mantuvo con Mavys Álvarez durante los años en los que vivió en Cuba. Allí se contaba que el astro había comenzado su vínculo con la joven cubana cuando ella era menor de edad, algo que en la isla por entonces gobernada por Fidel Castro no estaba penado por la ley, pero que cuando ella todavía no había cumplido los dieciocho la había traído a la Argentina con el aval del propio comandante para participar del partido homenaje que se le había realizado en la cancha de Boca el 10 de noviembre del 2001. Y que, aprovechando su estadía en el país, la muchacha había sido sometida a una cirugía estética de busto.
A raíz de esta publicación, la televisión de Miami logró contactar a la mujer, que hoy tiene 37 años de edad, para que brindara su testimonio. Y ella no solo ratificó lo que había sido descripto en la nota, sino que contó que el Diez la había sometido a situaciones de violencia de género, que la había inducido al consumo de drogas y que la había incitado a realizarse la operación de agrandamiento de senos sin el consentimiento de sus padres.
Así las cosas, la Fundación por la Paz y el Cambio Climático en Argentina realizó una denuncia ante la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) para que se investigue el delito de trata de personas al traer a la joven al país “sin el consentimiento de sus padres” y “bajo presiones”. Y, dado que el principal responsable de este supuesto ilícito que era Maradona falleció el 25 de noviembre del año pasado, acusó a quienes por entonces formaban parte de su entorno: Guillermo Cóppola, Mariano Israelit, Omar Suárez, Gabriel Buono y Carlos Ferro Viera. A estos nombres, después, se les sumó el del doctor Alfredo Cahe y el de algún funcionario público en ejercicio, lo que haría que la causa no prescriba.
Mavys decidió apoyar esta denuncia y aceptó la representación legal de los doctores Gastón Marano y Marcela Scotti, quienes presentaron la prueba por ella aportada ante el Juzgado Federal N°6, que citó a Álvarez a presentarse a declarar el jueves 18 de este mes para dar su testimonio en el expediente en el que también interviene el fiscal Carlos Rívolo. Por ese motivo, se sabe que arribó al país este fin de semana. Sin embargo, su declaración será en carácter de “testigo”, ya que todavía no fue aceptada como “querellante”.
Por lo que pudo averiguar este medio, los mismos letrados de la mujer le habrían solicitado a la Justicia que se establezca el secreto de sumario en relación a los pasos procesales que deberá seguir ella en la Argentina, motivo por el cual nadie puede confirmar su presencia en el país a micrófono abierto. Pero todo indica que estaría alojada en un hotel de la Capital Federal y que no prestaría declaración en el juzgado, sino en un lugar que permita preservarla de los flashes ya que habría quedado a resguardo del Programa de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas del Delito de Trata.
¿Si va a acusar a alguna o a varias personas en particular? La realidad es que, más allá de los nombres que se vieron afectados por esta denuncia, será recién después de que Mavys ratifique los hechos presentados por escrito por su abogado, que se determinará contra quién o quienes podría pedirse una imputación. “Puede ser contra esas personas o contra otras, pero eso va a depender de lo que ella cuente”, explicaron fuentes cercanas a Álvarez.
Pero la realidad es que, hasta el momento, el juzgado entendió que no estaban configurados los requisitos como para que Mavys sea querellante en esta causa. Por lo tanto, Álvarez tendrá que relatar su historia y aportar toda la prueba que guardó durante veinte años, pero sólo como testigo. Y, recién después, se podrá saber si se le da curso a esta denuncia y si, finalmente, algunos de los acusados mediáticamente termina siendo citados por la Justicia.
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