Y después de tanta espera, por pandemia y restricciones varias para moverse entre países, por fin volvió a armar las valijas y a recorrer el mundo. Es que no es lo mismo la grilla de Telefe sin Marley viajando a países exóticos, probando platillos raros -casi siempre ¡con animales!-, y con sus torpezas y furcios que siempre sacan una carcajada. Arrancó una nueva temporada de Por el mundo, pero el conductor no viaja solo. Vuelve a repetir el mismo equipo con el que trabaja hace 20 años, renueva famosos cada semana y tiene un compañero de viaje muy especial: Mirko, su pequeño hijo de cuatro años.
“Ya no es un bebé, es otra etapa totalmente distinta para viajar pero se porta súper bien. Va durmiendo en el avión y tenemos cosas preparadas para entretenerlo cuando se despierta, pero ya no es más un nene chiquito que le dabas la mamadera y se dormía. Ahora es mas consciente de todo”, arranca contando Alejandro Wiebe sobre el nuevo desafío que se suma, viajar con un niño. No será el único cambio, ya que el programa pasará de una sola emisión los domingos a tener una frecuencia diaria de salidas en vivo.
Pero para el conductor, que es sinónimo de éxito y parece tener la fórmula secreta para ingresar en las casas de los argentinos, no representa demasiado desafío. Sí un ritmo más intenso de trabajo y así será durante los tres meses que dure el ciclo. Entre cámaras, cables y valijas, Marley habló con Teleshow sobre los desafíos y todo lo que se viene para el 2022: viajes por todo el país, una nueva temporada de La Voz Argentina y un reality con Mirko para Paramount+.
—Conductor de programas de entretenimientos o explorador por el mundo, ¿dónde te sentís más cómodo?
—Yo me siento cómodo en la combinación. SI tuviera que estar toda la vida haciendo lo mismo, o conduciendo o viajando, me hartaría y no querría hacer más el programa. Pero en cambio, de esta manera que puedo estar un mes viajando por Argentina, dos meses viajando por afuera, tres o cuatro meses haciendo La Voz, y capaz después me meto a hacer otro reality, es ideal. En la combinación de hacer cosas distintas todo el tiempo, donde requiere un tipo de conducción distinta, uno más comprometido, otro más emotivo y este con más humor, me siento cómodo. Lo mejor es que me dejen hacer cosas distintas y que el público acepte cosas tan diferentes.
—¿Cuál es el desafío de esta nueva temporada de Por el mundo?
—Principalmente, que salimos todos los días en vivo, entonces las jornadas son mucho más intensas. Nos da mucho mucho trabajo. Antes teníamos cinco días para grabar notas para el programa del domingo; en cambio ahora salimos en vivo todas las noches y hay que armar un montón de notas durante el día para llegar con el material a la noche y no encontramos un momento libre. Todavía desde que llegamos, no tuvimos ni un solo día libre. Pero vamos a ver cómo nos acomodamos una vez que empiece y se desarrolle el programa, qué cantidad de material nos va a llevar. Es un desafío, cambia por completo: estamos grabando, grabando, grabando y nunca llegamos. Ojalá nos acomodemos.
—¿Podés adelantarnos cómo será la grilla de destinos e invitados?
—La idea es que cada programa tenga como un objetivo para hacer en vivo, por ejemplo, el primer programa con Susana fue ingresar a la famosa casa que era de Versace. Cada día, emprender algo especial que a veces lo lograremos y otras no, pero es un objetivo dentro del recorrido activo que haremos. La semana que viene vamos a estar con Moria en Las Vegas y vamos a cubrir los Latin Grammy, así que nos vamos reunir con todos los cantantes en la alfombra roja. Vamos a estar con Camilo, Mau y Ricky, Nicki Nicole. Después, ya la semana siguiente tenemos previsto recorrer Hollywood, Los Ángeles y Disney con Vicky Xipolitakis y ya dejamos Estados Unidos y nos vamos para Europa. Ahí ya estaremos con Lizzy, Florencia Peña, Lali, posiblemente con Wanda Nara y se irán sumando. Cada semana una persona distinta y cada día un objetivo distinto.
—¿Será prácticamente el staff fijo que suele acompañarlos a los viajes o se sumarán celebridades?
—Este año también se suma Stefie Roitman. Lo que pasa es que hay un montón de gente con la que tenemos muy buena onda y nos divertimos mucho, y la idea es entretener al público. Si nosotros nos divertimos, la gente en su casa también. Por eso seguramente nos juntemos con Wanda cuando estemos por París.
—Ahora que mencionás a Wanda, ¿venís siguiendo los cambios de su vida amorosa?
—Hablamos con ella cada tanto porque tenemos muy buena onda, ya viajamos juntos y todo más que bien. Veremos cuándo nos podemos encontrar o a dónde podemos ir con ella pero lo nuestro no es meternos en el escándalo. Es simplemente viajar con una persona que me divierte mucho y la verdad que cuando viajamos a Tailandia, nos reímos desde el principio hasta el final. Es tan graciosa, tan divertida que nuestro interés está en viajar con ella por lo divertida que es, no por magnificar un escándalo. De hecho, ella no quiere viajar ahora, no es el momento, así que veremos de hacerlo más adelante.
El reality con Mirko
Hasta fines de enero, el equipo completo seguirá viajando por el mundo y en febrero, comenzarán a recorrer el país. Es que se vienen viajes por toda Argentina. “Estuvimos viajando por varias provincias antes de empezar este ciclo así que a partir de febrero van a ir capítulos enteros de hora y media, cada semana recorriendo una provincia distinta. Algunos ya los tenemos grabados y otros, deberemos volver a algunas provincias porque no llegamos con los tiempos”, anticipa Marley. Ese mes además, comenzarán las grabaciones de la nueva temporada de La Voz Argentina.
Pero antes, en una fecha a definir entre diciembre y enero, veremos el reality que grabó junto a Mirko. “Ya lo hemos grabado, va a salir al aire a toda América, entonces esta bueno para llegar a otros países a donde algunos me conocen un poquito y otros no tanto. Me gusta contar la historia con Mirko porque desarma prejuicios y, si bien en Argentina fue como súper aceptado, impresionante todo lo que se generó con la gente desde el día uno que conté que iba a ser papá, hay algunos países de Latinoamérica que están un poquito más atrás. Entonces esta bueno que ellos vean lo natural que es una familia monoparental”, explica entusiasmado desde Estados Unidos.
—¿Cómo fue el proceso de grabación? ¿Qué vamos a ver?
—Está casi todo grabado, se hizo en mi casa durante los meses que estuve conduciendo La Voz así que venían también al programa, se encontraban con Mau y Ricky, con Lali, y su interacción. También se verá el día a día de cómo es la vida de Mirko, cuando va a la escuela, todo tipo de experiencias que hemos vivido y cómo vive una familia monoparental, que desde afuera tal vez se ve distinta pero que, al fin y al cabo, es igual a cualquier familia convencional.
—¿Dudaste en algún momento o aceptaste enseguida cuando llegó la propuesta?
—Sí, dudé un poco. Más que nada lo que tuve fue una charla con Mirko, le alerté que iban a venir unas cámaras pero que si él estaba incómodo y no le gustaba hacerlo se iban enseguida. Yo siempre le pongo esa condición al canal sobre cualquier cosa que hacemos: si él no quiere o está cansado, se para. No es que hay que grabar y se sigue. Y al final, el que estaba cansado y quería que se fueran era yo (risas). Era mucho trabajo y llegó un momento que estaba agotado porque eran muchas horas de grabación. Mirko, en cambio, estaba contento y cada vez que se iban las cámaras se ponía triste. Para él es un juego, le encantaba que estén todos en casa porque como es muy sociable todo para él era divertido, pero yo necesitaba tener espacio de privacidad. Igual lo viví muy bien y creo que el resultado va a ser muy bueno.
—¿Escuhás o lees las críticas que te hacen sobre la exposición del nene o ni lo registrás?
—De todo siempre habrá una campana opuesta a cualquiera así que si vos decís que te gustan los aviones, ya va a venir alguien a decirte: “son horribles, los barcos son mejores”. Pero uno no se puede estar colgando de los miedos de cada persona y los tiempos van cambiando, no podés comparar lo que era hace 30 años a lo que pasa ahora. El que tiene hijos adolescentes ahora tampoco los puede comparar con los chicos que están naciendo porque los tiempos van cambiando y la forma de comunicarse es otra también. Los chicos van a una velocidad que es mucho más rápida que la nuestra. Hay que estar atentos, yo siempre lo hablo con las maestras del jardín, que cualquier señal que vean me la comuniquen y él lo sabe también, que cualquier incomodidad me la puede venir a decir. Y siempre estamos viendo el tema de la exposición: si en algún momento a él le hace ruido o cualquier cosa que le suceda.
—¿Sufrió algún cuestionamiento o episodio incómodo en el colegio?
—En la escuela nunca sufrió nada, es como cualquier chico, no tiene trato especial por ser conocido y cuando vamos de vacaciones, en Pinamar, estamos en el mar como cualquier otra persona, se mete en el mar, tomamos sol, juega con otros nenes, y si por ahí se acerca la gente que se quiere sacar una foto generalmente dice “fotos no” o capaz, que si le cayó simpática la persona, él mismo dice “vamos a sacarnos una foto”. Es todo decisión suya, que va viendo qué quiere y qué no quiere, y estar atentos a lo que dice el niño. Si veo algo, ahí se cortara o se cambiará pero por el momento es todo disfrute y está viviendo una vida que es única, donde ya viajó por más de 40 países y tiene cuatro años. Y ahora se va a un viaje de tres meses donde habla todos los días con niños en inglés y es bárbaro. Tiene una infancia distinta, obviamente, pero muy linda.
—¿Cómo sigue las tareas correspondientes a su curso en el jardín?
—De la escuela le están mandando ejercicios en alemán y viajamos con una chica que es maestra jardinera así que, además de cuidarlo, lo va ayudando con las tareas que corresponden para su edad. Aún no es obligatorio porque es salita de tres pero como le mandan las cosas, lo mismo que hacen todos los compañeros lo puede hacer él. Lo que tiene de bueno es que es muy sociable, se hace muchos amigos a donde vaya. Acá ya se hizo unos amiguitos y va todos los días a su casa a jugar. A él le encanta estar con niños jugando y está bueno porque además de jugar por ejemplo, los chicos hablan solo inglés así que puede practicar ese idioma mientras están juntos. Todo normalidad.
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