“Ricardo Fort, el hombre detrás del show”: el documental que revela los secretos de El Comandante

Este lunes se estrena una producción de Infobae con testimonios que dan cuenta de la vida, el éxito y el sufrimiento del excéntrico millonario fallecido el 25 de noviembre de 2013

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Teaser de "Ricardo Fort, el hombre detrás del show", el documental de Infobae

“Yo me voy a morir joven”, solía repetir. Y fue la profecía autocumplida: el 25 de noviembre de 2013, pocos días después de haber celebrado apenas 45 años, Ricardo Fort falleció dando comienzo a la leyenda de El Comandante. Había logrado lo que más deseaba en la vida que era triunfar en los medios y ser amado por el público. Sin embargo, en su afán de trascender, descuidó ni más ni menos que su salud. Y el éxito le duró menos de lo que nadie podía haber imaginado.

Este lunes 8 de noviembre, Infobae presenta “Ricardo Fort, el hombre detrás del show”, un documental que indaga sobre los secretos del excéntrico millonario que, al día de hoy, sigue generando polémica. La conflictiva relación con sus padres, el temor a revelar su orientación sexual, su obsesión con el físico, su deseo de convertirse en padre, su desembarco en la televisión y los dolores que convirtieron sus últimos días en una verdadera tortura, todo contado por las personas que estuvieron a su lado tanto en el esplendor como en el ocaso.

La entrega tendrá lugar en cinco capítulos diarios y consecutivos: El imperio Fort, con la historia de su familia y la creación de su fortuna, La explosión en la TV, con su abrupta llegada a los medios, Fama, lujo y excentricidad, con su particular estilo de vida, Los hijos y sus otros amores, con sus relaciones afectivas, y El Adiós, con su deterioro físico y su muerte prematura.

Ricardo Fort tenía una obsesión por su físico
Ricardo Fort tenía una obsesión por su físico

Nacido el 5 de noviembre de 1968, Ricardo era uno de los tres hijos del empresario Carlos Augusto Fort y de la cantante lírica Marta Campa. De su padre, descendiente del creador de la fábrica de chocolates FelFort, Felipe Fort, heredó los millones. Y de su madre, la pasión por el arte. Así fue como, con una mezcla fluctuante entre dinero y talento, en el año 2009 logró llegar a la televisión. Su ropa cara, sus relojes importados, sus autos de lujo y sus guardaespaldas lo convirtieron en un personaje irresistible para el común de la gente. Y, tras grabar su propio reality, desembarcó en ShowMatch y entró por la puerta grande a los hogares de todos los argentinos.

Sin embargo, lejos de las cámaras, la vida de Ricardo estaba repleta de insatisfacciones. Tuvo varias novias públicas, como Virginia Gallardo y Violeta Lo Re, entre otras. Pero esto fue hasta que se animó a romper con sus propios prejuicios, para contar que, en realidad, era homosexual. Siendo pareja de Gustavo Martínez, de hecho, fue que años antes había decidido subrogar un vientre en los Estados Unidos para traer al mundo a sus dos hijos: Martita y Felipe. Y durante décadas tuvo muchos novios que mantuvo en secreto. Pero, cuando finalmente pudo librarse de la mochila de la apariencia, se permitió vivir una historia de amor sin tapujos con Rodrigo Díaz. Claro que, para entonces, su salud ya le estaba jugando una mala pasada.

Lo que más deseaba Ricardo Fort era llegar a los medios y trascender
Lo que más deseaba Ricardo Fort era llegar a los medios y trascender

La obsesión por alcanzar el cuerpo perfecto llevó a Ricardo a abusar del gimnasio durante décadas, dañando su columna y su rodilla. Esto derivó en una serie de operaciones que no hicieron más que empeorar su estado. Y llegó un punto en el que ni siquiera la morfina lograba aplacar su constante dolor. Sin embargo, aún con bastón o muletas, e incluso sangrando, él quería estar en el candelero. En el año 2012 logró tener su programa, Fort Night Show. Y, entre 2010 y 2013, produjo cuatro obras de teatro. Decía que no podía parar justo cuando había logrado lo que tanto añoraba. Pero su físico un día le dijo basta.

Aunque él hubiera querido una despedida multitudinaria, su familia optó por un sepelio íntimo en el que solo unos pocos pudieron darle el último adiós. No obstante esto, el país entero lo lloró. Y, lejos de olvidarlo, lo mantuvo siempre presente con sus videos, sus frases, sus ocurrencias y hasta sus peleas, muchas veces sin razón. Si logró ser feliz o no, pocos podrían asegurarlo. Pero lo cierto es que Ricardo consiguió trascender que era, ni más ni menos, lo que él se había propuesto en la vida.

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