El desprecio de la prensa, el respeto de sus colegas, el extraño éxito en Argentina: a casi medio siglo del nacimiento de ABBA

Gabriel Hernando, autor del libro que aborda la huella que el grupo sueco dejó en la música argentina, busca las razones de un fenómeno que renace

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Abba: Benny Andersson, Anni-Frid Lyngstad,
Abba: Benny Andersson, Anni-Frid Lyngstad, Agnetha Faltskog y Bjorn Ulvaeus, en febrero de 1974 (Foto: REUTERS)

Diez canciones nuevas de ABBA llegan justo cuando el 2021 empieza a agarrar ritmo otra vez. Para los suecos la cuarentena duró, justamente, cuatro décadas. Fue una pausa larga en la que la música cesó, pero el mito siguió creciendo. Voyage es el nuevo disco que acaba de salir y Agnetha Fältskog, Björn Ulvaeus, Benny Andersson y Anni-Frid Lyngstad (Frida) vuelven, como si nada, convertidos en hologramas que pisarán el escenario en 2022. Para cuando eso suceda probablemente el mundo cantará de memoria los nuevos temas como si de viejos clásicos se tratase. Porque la ABBA-manía es así.

Quién no quiere a ABBA no quiere a la música. Pero esto no siempre fue igual. Y de esta transición parte el análisis de Gabriel Hernando, autor del libro ABBA, la Bestia Pop, de Editorial Dunken. “No es una biografía de ABBA: la idea no era hacer algo que ya está hecho, sino que es una mirada, un ensayo sobre su relación con la prensa y la reivindicación de sus colegas”, explica el periodista. Hernando rescata, además, la historia del cuarteto sueco con la Argentina, un país que no visitaron jamás, pero en el que siempre estuvieron presentes.

Como en la vida de tantos adultos que fueron niños y jóvenes en la década del 70, la música de ABBA fue una constante para Gabriel. El periodista no era fanático del cuarteto, pero la presencia de sus canciones fue inevitable. “Formaron parte de la banda sonora de mi infancia y de la preadolescencia, acá ABBA sonaba muchísimo en los años 78, 79, 80, en la radio, en la televisión, en las fiestas familiares, en los boliches bailables”, explica. Aunque Hernando los dejó un poco de lado cuando descubrió a Queen y a The Police en la década del 80, los suecos siempre estuvieron ahí: “No podías estar ajeno a su música”.

“Gimme! Gimme! Gimme! (A Man After Midnight)”, de ABBA (Video: YouTube)

—¿Qué te llamó la atención de ABBA para comenzar esta investigación?

—Dos cosas. La primera fue que los primeros años de actividad del grupo, de 1972 a 1982, convivieron con el éxito del público, las ventas millonarias de sus discos, sus temas que sonaban por todos lados. Pero al mismo tiempo tuvieron que soportar el rechazo y el desprecio casi total de la prensa especializada que solía calificar a ABBA como un grupo de moda, pasatista, que tenía mucho éxito pero cero credibilidad. A veces sucede al comienzo de sus carreras, como en el caso de Queen o David Bowie, pero con el tiempo pasó; en cambio, con ABBA no. El otro punto fue que a partir de la década del 90 se empezó a dar como una especie de reivindicación de ABBA, pero que partió de los propios músicos y después se plegó la industria de la música y del entretenimiento, como suele ocurrir. Esto fue a partir de que Erasure en el año 92 grabó un EP que se llamaba ABBA-Esque con cuatro temas de ABBA. Ese disco tuvo un éxito impresionante, y ese mismo año salió un compilado de los Army of Lovers con un tributo a ABBA, U2 estuvo en Suecia y durante su gira cantó en vivo “Dancing Queen” junto con los dos compositores de ABBA... Más adelante Madonna, Lady Gaga, Scissor Sisters, Arcade Fire empezaron a reivindicar a ABBA haciendo covers en vivo o en sus discos, nombrándolos como influencias o pidiendo permiso para samplearlos en sus canciones como pasó con Madonna y los Fugees. Y la industria se sumó con la salida del compilado Abba Gold (1992) que se vende hasta nuestros días, la comedia musical, las dos películas y de ahí hasta el presente, ABBA se convirtió en un clásico que todo el mundo escucha. Esas dos cosas, el rechazo de la prensa y la reivindicación de sus propios colegas me quedaron dando vueltas en la cabeza. Y cuando descubrí que en 2022 se cumplen 50 años del inicio formal de ABBA como grupo y que este año iban a salir varios temas nuevos, se me ocurrió lo de hacer el libro. Después ya en plena escritura decidí sumar testimonios de músicos, dj´s y periodistas argentinos que de alguna manera estaban relacionados con ABBA y todos coincidían en el éxito que tuvieron en Argentina sin haber venido nunca a tocar acá. Eso se dio a partir de las grabaciones de los temas de ABBA adaptados al español en un disco de grandes éxitos que salió en 1980 y se llamó Gracias por la música. Lo curioso fue que al que se le ocurrió adaptar las letras al castellano fue a Buddy McCluskey, un ejecutivo argentino de la compañía RCA Victor. Me pude contactar con él y me contó cómo fue toda la historia de estar en contacto con el grupo sueco más importante de la época en un momento que no había Internet.

ABBA vuelve, en forma de hologramas

—¿Cómo elegiste a los músicos argentinos que participan en tu libro?

—Sabía que Ale Sergi y Leo García eran fanáticos de ABBA, y se nota en su música, en su estética, en su imagen. Cuando los convoqué ambos me confirmaron lo que yo pensaba con lo que cuentan en el libro. Y con respecto a Mariano Martinez, de Attaque 77, lo convoqué porque el grupo en el año 98 grabó un disco de versiones llamado Otras Canciones entre las que grabaron una versión en español de “Gimme! Gimme! Gimme!” traducida como “Dame! Dame! Dame!” en versión punk. Me sorprendió el hecho de que además de grabar esa canción ellos coinciden en que ABBA fue parte de su infancia, que escuchaban mucho otros temas también, pero se inclinaron por ese porque quedó mejor en el estilo punk de la banda.

—¿Cómo creés que influyó ABBA en la música argentina?

—En la música argentina, en su momento, pegaron los temas más melódicos, quizá eso llegó a públicos muy populares y a artistas de ese estilo. Los Pimpinela grabaron en su momento “The Winners Takes It All” (“Solo hay un ganador”), pero fue como algo aislado. Luego los Pimpinela siguieron con sus temas y se consagraron con eso. Pero en la música argentina donde sí se ve la influencia es en muchas bandas o artistas pop. Miranda! tiene mucho de ABBA y el propio Ale Sergi lo reconoce en la estructura de sus canciones, en la puesta en escena de sus shows. Leo García cuenta en el libro que le gusta todo ABBA, pero especialmente temas que a lo mejor no son de los más conocidos, pero que tienen una impronta bailable, de música disco y dance.

“Solo hay un ganador”, de Pimpinela (Video: YouTube)

—¿Creés que este nuevo espectáculo holográfico de ABBA va a conquistar a las nuevas generaciones?

—Eso está por verse. De lo que sí estoy seguro es que este espectáculo holográfico va a llamar muchísimo la atención. Porque se trata de un grupo que estuvo casi toda la década del 70 y principios de los 80 activo, pero acá va a aparecer a través de avatares y esa parte tecnológica me parece que va a llamar muchísimo la atención. También llamará la atención que va a haber una banda en vivo y que el director de esa banda es James Righton, que fue el vocalista y tecladista de Klaxons, una banda de electro rock que tuvo mucho éxito hace unos años atrás. Entre los músicos que van a participar también estará Little Boots, la cantante y compositora británica. Así que quienes van a tocar en vivo en ese show los temas de ABBA son músicos con un perfil joven, relacionados con la música actual y por ese lado quizá llame la atención de las nuevas generaciones. Los fans de siempre están encantados con este nuevo espectáculo. Y las canciones tienen mucha fuerza... ¡Son clásicos!

“I Still Have Faith In You”, de ABBA (Video: YouTube)

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