Wanda Nara está viviendo una nueva etapa de su vida tras haberse separado de Mauro Icardi. Desde que tuvo acceso a un mail con información de la infidelidad de su marido con Eugenia La China Suárez, la mediática abandonó la casa en París (Francia) que compartía con el jugador del PSG y se instaló en un lujoso departamento en Milán. El piso en la ciudad del norte de Italia lo había remodelado antes de este escándalo y allí vivía con su familia cuando el delantero defendía los colores del Inter.
Además de cumplir con sus compromisos laborales, la empresaria disfruta de su tiempo libre con sus amigos y amigas. Esta semana en sus redes sociales se mostró en un bar brindando, pero también degustando ostras, langostinos y otros manjares de mar. De esta manera, intenta sobrellevar de la mejor manera posible el duelo de su reciente separación con el padre de sus hijas, Francesca e Isabella.
Como parte de esta nueva etapa, la empresaria aprovechó para salir de compras por una de las ciudades capitales de la moda del mundo. En la mañana de Milán, Wanda trató de pasar desapercibida en su visita a lo que se conoce como “el cuadrilátero de la moda”, donde se encuentran las vidrieras de los diseñadores más distinguidos. La rubia visitó las boutiques de Chanel, Gio Moretti, Balenciaga, Balmain y Elisabetta Franchi, y entre compra y compra se entretuvo con su teléfono celular.
El negro fue el protagonista estelar del outfit que utilizó la empresaria para la que fue una de sus primeras “salidas de soltera” luego de tomar la decisión de separarse de Mauro Icardi. Wanda paseó con pantalón, sobretodo, borceguíes y lentes negros, apenas contrastado por la tonalidad del verde manzana de su cartera cruzada y del blanco de su barbijo. Junto a ella, inseparable, estuvo su amiga Pachi Viñoles, quien se sumó a la recorrida por las tiendas de la moda. Un poco gemelas, otro tanto mujeres de negro, Pachi la siguió en el look all black, con el único detalle distintivo de sus zapatillas blancas.
Durante la recorrida, Wanda también estuvo acompañada de su peinador, maquillador y sobre todo confidente Kenny Palacios. Lejos de sus afectos más cercanos, su mamá Nora y su hermana Zaira, la empresaria se refugió en el estilista. Junto a él lloró y planeó cada uno de los pasos que dio durante los días de furia y tristeza desde que encontró los chats que involucraban a su marido con Eugenia La China Suárez. Y también fue con él que volvió a trabajar días después y con quién salió a recorrer París en busca de un poco de diversión para olvidarse de los problemas. Y no podía faltar en Milán, donde continuó siendo un sostén de cada paso de la rubia, en este caso, en busca de un poco de distracción.
Los tres amigos recorrieron con parsimonia y tranquilidad su paseo por las tiendas, disfrutando cada una de las recorridas por los lugares más top del mundo fashion. Wanda se interesó particularmente en el perchero de los tapados, y no soltó en ningún momento su teléfono celular. Se sabe que la empresaria es híper activa en su cuenta de Instagram, donde gusta compartir con sus casi diez millones de seguidores cada uno de sus pasos. Cuando tuvieron suficiente, llamaron un taxi y se volvieron al departamento que la rubia volvió a habitar luego de un largo tiempo. Y que solo ella sabe hasta cuando.
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