Acaba de lanzar su nuevo sencillo: “Yo soy”. Y si es cuestión de definir este trabajo discográfico, se podría decir que es una de las canciones más honestas y cercanas que Paulina Rubio haya construido a lo largo de su sólida carrera. Sus sonoridades reflejan su nuevo yo, en el que ella, a gritos ahogados, guardado por años, por fin expresa abiertamente que se siente “liberada y ligera”. Es un firmamento ante las duras vivencias que ha atravesado.
Por ello, “Yo soy” es una mixtura entre su mensaje de empoderamiento, su irreverencia con sonidos tenues que transmiten un aire de tranquilidad. Es la Paulina Rubio que hoy en día se deja ver ante la industria y los fans. “Era inminente contarlo y salió de manera natural. Hice esta canción para expresar lo que siento, en medio de un suceso de cosas. Fue una terapia”, le cuenta la artista a Teleshow.
Más allá de los mensajes que Paulina deconstruye sobre el valor de sí misma, menciona un eje de amor propio: “Tu mentalidad y tus hábitos deben cambiar. Me siento mucho mejor que hace 10 años. La constancia es lo que me ayuda a ser determinante”.
Su voz nasal y raspada con un toque potente grita la necesidad de tomar el poder desde el rol femenino “Mis abuelas me enseñaron que la mujer siempre se va a reivindicar, sin importar la generación a la que pertenezca. Qué bonito que las mujeres puedan empoderarse. Somos mejores juntas”, refiere, sobre la feminidad de hoy en día.
La rebeldía que la caracteriza la ha llevado a estar donde está: un nombre consolidado y recordado por el público. Aunque diferentes circunstancias personales la hayan querido mantener distante, Rubio continúa vigente y lo refuerza con su último lanzamiento musical. “Hace 10 años dejó de importarme lo que los demás piensan de mí. Hay circunstancias que uno va priorizando, como tener tu propia voz. Hay que atreverse”, advierte.
Detrás de la chica dorada
Es difícil ocultar que en los últimos tres años protagonizó algunos contrastes en los tabloides, en el que su rol maternal pendía de un hilo. Esto, luego de su divorcio con Colate y la pelea continua por la custodia de sus hijos. Sin embargo, Paulina ha demostrado ser capaz de sostenerse en vigencia, dentro y fuera del foco mediático. “No hablar es lo más duro. Debes mantenerte en silencio y calma, mientras tienes un grito desesperado dentro de ti. Eso ha sido lo más difícil para mí”, resalta la artista.
Después de todo lo que se ha dicho sobre ella, como sus dotes maternales, Rubio se ha refugiado en sus dos pequeños, Eros y Andreas, para encontrar el balance que le hacía falta a su vida. Ella considera que sus hijos le han enseñado mucho. “En las mañanas siempre hay un nuevo comienzo. No se puede ir enojado a la cama porque tienes que zanjar el problema y olvidarte de ello. Uno siempre tiene que resetearse”.
Pero ante eso, buscó una manera de canalizarlo para responder a las constantes críticas y algunos prejuicios. “No me defiendo con palabras, sino con mi música y mis acciones”, explica con firmeza respecto a lo que vivió por dos años consecutivos, mientras se decretaban las restricciones de su custodia compartida. A través de su creatividad artística, decidió reinventarse para redefinir su propia esencia. “La música me ha salvado de todo. Sobre todo, en esos momentos donde debía callar”, menciona la Chica Dorada. Así que “Yo soy”, es su regreso musical en el que afirma renacer como el ave Fénix.
Por otro lado, la pandemia -como a muchos- le permitió recordar el propósito espiritual que traía consigo a pesar de los daños colaterales. “Me enseñó muchísimo. A ser agradecida con la gente, con el Universo, con Dios. Ya no soy la misma de antes”. Pero también trajo cierta dualidad. “Fue difícil, tanto el sector de la música como también ver amigos que se fueron, que no pudimos sanar. Pensé que el mundo se iba a acabar. Era el principio del fin para mí”, recuerda con tristeza esa dura transición mundial.
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