Cada tarde en Bienvenidos a bordo, Guido Kaczka y su trouppe ponen a prueba el ingenio y la astucia de los participantes en el estudio y de las familias en sus casas. Con un código que trasciende la pantalla y se replica en cada televidente, el programa es un entretenimiento a prueba de cualquier tipo de desafíos. Juegos comunes para gente común parece ser la propuesta, que con cambios de horarios, de formatos y de entretenimientos se mantiene como una fija en la grilla de El Trece.
Este miércoles, Guido arrancó el programa con un desafío express. Cuatro participantes debían adivinar una palabra o frase solo con el movimiento de labios, ya que el uso de auriculares les impedía escuchar lo que les decía cada uno de los invitados. Con su reconocido estilo de conducción, Guido se permitió bromear con cada uno de los famosos que lo acompañaban en el piso. El primero en aparecer fue el humorista Dan Breitman, con el que reflexionó sobre el pasado y el futuro. Luego, llegó el turno de Lorena Paola, a quien señaló como “nerviosa”. “No soy nerviosa, soy pasional”, se defendió la cantante. Aunque vale decir que el alegato le duró apenas unos segundos, porque luego reconoció que todos en su casa eran nerviosos, “hasta la perra”.
El que esperaba su turno pacientemente era Hernán Drago, que de inmediato recibió la broma del conductor cuando comparó su calma con la energía desbordante de la ex Festilindo. “Él vive en una nube de algodón. Así como lo ven, está lleno de problemas, pero Drago los va llevando. Es buen tipo, tiene buena intención” con la vida, señaló el conductor, intentando poner en palabras la tranquilidad que trasmtía el hombre. Pero su su voz se escuchaba en off. Porque la cámara hacía rato que estaba clavado en la imagen del modelo, que mantenía su característica seriedad, apenas matizada por una mueca de sonrisa.
“Sos un tipo de buena intención”, repitió Guido y Hernán alcanzó a musitar un “muy”, mientras el conductor se acercaba cada vez más. “Sabés lo que sos vos?, insistió, acercando su mano a la barbilla de Drago, que ahí sí pareció perder la compostura. Se arqueó hacia atrás, evitando todo contacto y se puso firme. “No se toca, no se toca”, señaló el modelo, quitando enérgicamente la mano del conductor. Luego, le recitó los puntos de un contrato tácito entre ellos. “Vos podés decir lo que soy. Yo sé lo que soy”, enfatizó el modelo dando a entender que podía decir lo que quisiera, mientras no le tocara el rostro
Pero Guido no entraba en razones. “Dejame que te lo haga, dale”, suplicó, pero tampoco tuvo suerte. “¿Hace falta tocar?”, preguntó Hernán, cada vez más serio. “¡Ojo, eh! ¿Qué soy?”, lo advirtió con palabras y gestos, cuando vio venir el segundo avance del conductor. Sin embargo, el actor no hizo caso y repitiendo la pregunta -“¿Sabés lo que sos?”- volvió a apuntar a la pera de su compañero. Y esta vez con más energía, volvió a correrlo.
“No me pongas la mano”, cerró Drago, con un gesto de fastidio y dando por terminado el asunto. “Bueno, te lo digo después, si no me dejás”, se retiró el conductor, a esa altura ya resignado y sin lograr su cometido. En cambio, apeló al latiguillo “preparados, listos, ya”, para marcar la clave para la continuidad del juego. Y allí, el que el tranquilo Hernán, en compañía de Antonella, no tuvo la suerte de la nerviosa Lorena, quien jugando con Ezequiel tuvieron 4 aciertos y se consagraron ganadores.
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