Martín Elizalde cumple 20 años componiendo y al servicio de las melodías y las letras. “Veinte años no es nada, o todo lo contrario”, dice. En 2001, mientras el país se hundía en una de sus crisis más profundas, emergía de la nada el primer disco de Falsos Profetas, banda de culto que se propuso combinar el rock y el tango sin solemnidades, con la irreverencia y la frescura propia de los veintitrés años que cargaban sobre sus espaldas sus integrantes.
El grupo finalmente se disolvió en 2014 y desde entonces Elizalde -su cantante, pianista y principal compositor- dirige una carrera solista prolífica y consistente. Así es como hoy, veinte años después, once discos y casi doscientas canciones más tarde de aquel debut de los Profetas, este particular autor porteño se propone hacer un repaso por su obra.
La cita es el jueves 11 de noviembre a las 20hs en Lucille (Gorriti 5520), y el concierto lleva el título 20 Años De Histerias porque, según afirma el músico, “los que hacemos canciones tenemos una relación de amor y odio con nuestra obra, un tironeo insoportable lleno de inseguridades, reproches y exageraciones. Sin embargo, al final del día este oficio nos inyecta algo intangible que nos salva y que nos empuja a seguir escribiendo”.
En esta oportunidad, como hace ya varios años, lo acompañará su banda estable Hermanos Soloman, y para que la celebración sea completa también se subirán al escenario ex compañeros de Falsos Profetas y distintos amigos y colegas. El concierto, además, servirá de excusa para volver a tocar canciones de La Parte Que Olvidamos, disco editado en vinilo semanas antes de la declaración oficial de la pandemia, y anticipará la llegada de un disco próximo a estrenarse.
“El disco nuevo ya está listo. Mezclado. Masterizado. Todo. Son canciones escritas durante la cuarentena pero para ser escuchadas lejos de la cuarentena. No hacen referencia al encierro, o al menos no a un encierro más radical del que ya se respiraba en los discos anteriores. No creo en las normalidades: ni en las nuevas ni en las viejas. Creo en lo que podemos hacer como individuos con las circunstancias que nos tocan vivir, que siempre son particulares, que nunca son normales”, comenta Elizalde.
Canciones de ausencias, de presencias no deseadas, de mirarse al espejo con la luz apagada, Martín Elizalde siempre encuentra una manera diferente, nueva, de decir lo que ya escuchamos y leímos muchas veces. Cada vez más clásico, cada vez más moderno, nos hace acordar que más allá de los Me Gusta siempre hay un momento para ser un poco más nosotros, sin filtros, con la serenidad y la franqueza de los profetas que anuncian su propia falsedad.