Luego de una larga espera finalmente se estrenuó por El Nueve Sueño bendito, la serie sobre la vida de Diego Maradona. El astro del fútbol había firmado un contrato de exclusividad para que se haga esta ficción, pero no pudo llegar a verla ya que murió el 25 de noviembre pasado. A partir de su muerte, el lanzamiento se postergó ya que realizaron varios cambios en los guiones.
La intriga, más allá de la fascinante vida del protagonista, se disparaba en varios sentidos: los conflictos legales, encabezados por Claudia Villafañe, para evitar que se mencionen algunos contenidos de la serie; el absoluto hermetismo con el que se manejaron tanto los productores como los actores respecto a lo que iban a contar en la historia; y el impactante parecido con los protagonistas que se había desprendido en los adelantos.
Durante todo el primer capítulo, la biopic recurre a un flash forward que ubica a Diego en Punta del Este, a principios del 2000 y personificado por Juan Palomino. Esas horas dramáticas en las que el Diez estuvo al borde de la muerte y un joven médico se convirtió en héroe. Junto a él, Guillermo Coppola (Juan Leyrado) y Carlos Ferro Viera (Gerardo Romano) hacen las gestiones para que se mantenga en el mayor anonimato posible. En vez de llamar a una ambulancia, Guillote decide trasladarlo en una camioneta hasta la clínica. En el camino por la ruta, se da cuenta de que no tiene más nafta, entonces para en una estación de servicio y se pide un café. El médico le pide que se apure, que Diego se está muriendo. La situación era gravísima y en Buenos Aires llega a las redacciones la falsa noticia de que Maradona se había muerto.
El verdadero Coppola miró la serie como tantos otros miles de argentinos para ver cómo narraban parte de su vida como mánager de Pelusa. Luego del estreno del primer capítulo, dio su opinión sobre la súper producción en una entrevista con el periodista Juan Etchegoyen: “Todo lo que es ficción uno lo tiene que tomar tal cual está guionado y escrito y presentarlo en la serie. La realidad fue otra, mucho más dramática, y no un café en la ruta”.
“Del protagonista que ya no está, su primera declaración fue ´Guillermo me salvó la vida´, pero no fue así. La vida se la salvaron los médicos. Esto lo dice ante Martín Liberman y Fernando Pacini en la primera entrevista después del episodio y ahí hablan de la demora, del café, yo no tomo café”, se quejó en el ciclo Mitre Live. Luego, señaló: “Eso fue un acto de rapidez que me llevó a un subir a una camioneta en donde eran más de tres. Éramos cinco, no fue como se mostró y la idea fue llegar rápido al Cantegril a donde los médicos le salvaron la vida”.
Tras enumerar los errores que encontró en la narración respecto a ese dramático episodio, Guillermo se tranquilizó y justificó el trabajo de los guionistas: “Es una ficción y hay que mostrarla como tal. Para mí una serie autorizada por Diego no tiene críticas”.
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