Fernando Gago y Gisela Dulko se separaron a fines de septiembre en medio de un escándalo, luego de diez años de casamiento y tres hijos, Mateo, Antonella y Daniele. “Él le fue infiel con su mejor amiga, con alguien del grupo de mamis del colegio”, reveló Cinthia Fernández, la panelista de Los ángeles de la mañana. Incluso, también había confirmado que el ex Boca y su amante habían oficializado su relación, al punto que ya estarían conviviendo.
Asimismo, Fernández indicó que la supuesta tercera en discordia se llamaba Verónica Laffitte, dueña de una escuela de danza en Nordelta, zona en la que vivía el matrimonio. “Los habría encontrado en su propia casa, en su propia cama. Abrió la puertita y estaba Fernando Gago con esta chica”, relató la bailarina y sostuvo que la mujer señalada también estaba casada y tenía una hija.
Con el paso de las semanas, Gisela siguió adelante con su nueva vida de soltera, reacomodándose a esta etapa diferente. Seguramente no es una tarea fácil contener a sus niños en un momento doloroso por la separación de Gago. Aunque es dueña de un perfil bajo, la ex deportista suele expresar sus sentimientos a través de las redes sociales. En esta oportunidad escribió en su cuenta oficial de Instagram una reflexión sobre cómo vive la felicidad.
“La felicidad no es algo que se encuentra de modo casual. Tampoco es una entidad momentánea y efímera. La felicidad se construye y se encuentra en las cosas más pequeñas, las más insignificantes. Disfrutar un día de sol, agradecer a Dios, a la vida, al universo de lo que tenemos. La vida siempre puede ser maravillosa si sabemos amarla”, manifestó en la red social y compartió imágenes en la que aparece tomando sol en la pileta, disfrutando del sol y de una bebida refrescante en compañía de su mascota.
Cuando fue el Día de la Madre, Dulko decidió publicar un interesante posteo sobre la maternidad. “Ni perfecta. Ni la peor de todas. Soy la que puedo, la que me sale”, comenzó escribiendo junto a una tierna postal en la que se la ve abrazada a sus tres pequeños, Mateo, Daniele y Antonella.
Luego, continuó enumerando sus cualidades como mamá: “La que ama incondicionalmente. La que pierde la paciencia. La que no quiere verlos crecer tan rápido. La que siente culpa. La que está dispuesta a aprender de ellos. La que escucha. La que exige. La que necesita de la soledad. La que se cansa de la demanda. La que se cuestiona. La que se revisa. La que pide perdón. La que quisiera disfrutarlos más. La que a veces desearía volver el tiempo atrás para hacer algunas cosas de otro modo. La que intenta acompañar. La que intenta reparar. La que elige estar presente. La que pretende evolucionar”.
Por último, Gisela concluyó: “Soy la mamá que puedo ser. Pero lejos de conformarme con eso, intento ser mejor mamá cada día ¡Feliz día para todas!”. De esta manera, admitió su vulnerabilidad a la hora de maternar como tiene cualquier mujer, aunque subrayó que siempre lucha por dar lo mejor de sí en la crianza de sus hijos.
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