El hombre de las mil galeras. Creador del grupo artístico Botton Tap. Jurado y participante del Bailando. Protagonista de los espectáculos Pour La Gallery, Smile y Divaine. Ganador del reality Corte y Confección Famosos. Un Highlander que afrontó enfermedades como el VIH y el cáncer. Aníbal Pachano es un resiliente y artista todoterreno que se ha desempeñado como bailarín, coreógrafo, director y productor teatral.
Antes de llegar al mundo del espectáculo, trabajó muchos años como arquitecto. Y en este 2021 regresa a la pantalla chica para conducir un programa sobre las cúpulas de la ciudad de Buenos Aires. En diálogo con Teleshow, Aníbal habla de este nuevo desafío en su carrera que une dos de sus pasiones, mientras prepara su último show musical Así vuelvo. Además pone sus energías en la realización de su propia serie biográfica.
—Debutaste como conductor, ¿cómo te sentís en este rol?
—Bárbaro, es una forma natural mía, traté de no forzar ninguna situación sino de mostrar lo que me pasaba en el momento, lo que me surgía preguntar. Es una faceta nueva para mí y puedo contarle a la gente otra parte de mi historia que quizás desconoce. En el 73 empecé a estudiar Arquitectura y me recibí en los 80. Estoy feliz de haber hecho este proyecto porque une mis comienzos como arquitecto con una parte artística.
—¿De qué se trata el programa Ciudad de cúpulas?
—Es un ciclo de Canal (á) sobre la arquitectura de Buenos Aires. Son 10 episodios de 30 minutos en el que se muestran distintas cúpulas de la ciudad. Cuento la historia del edificio, si tiene dueños o no, hago una recorrida del lugar no solo externa sino interna para que la gente entienda cómo se construyeron las cúpulas. Ojalá que se pueda hacer una segunda temporada de Cúpulas. Quiero encontrar otro camino de mi faceta artística, como estar a cargo de un programa. Hay muchas facetas que tengo ganas de desarrollar.
—De las cúpulas que visitaste, ¿cuál te gustó más?
—El Congreso tiene una cúpula maravillosa, por su historia, por su forma. Llegué hasta la aguja y fue un vértigo maravilloso. Otra que me gustó es la Torre del Molino, muy interesante por su restauración, un patrimonio muy importante de la ciudad.
—¿Cómo estás de salud?
—Estoy muy bien, simplemente se inflamó uno de los tumores del cerebro y lo desinflamaron. Yo me siento bien, estoy con todas las pilas, soy medio Highlander. A veces me interno cuando me aplican determinados medicamentos porque prefiero estar tranquilo el día que lo hago. Nada más eso, no más de 24 horas. Por ahora me siento bien, así que cruzamos los dedos (risas).
—También estás preparando un espectáculo para Carlos Paz.
—Es una obra autobiográfica que se llama Así vuelvo. Será la última comedia musical que hago arriba del escenario. Me despido porque prefiero hacer otras cosas como dirigir. Ya se conformó la compañía y empiezan los ensayos. Se está acelerando crear la música que es lo que lleva más tiempo. Después hay que empezar a coreografiar, es todo como un engranaje, una pieza va uniendo la otra. Se estrena a fin de año en el teatro Acuario de Villa Carlos Paz, con funciones de miércoles a domingo. Después se reestrena en Buenos Aires y haremos una gira.
—¿Cómo pensás que será la temporada teatral de verano ahora con el aforo al 100%?
—Para mí va a ser muy buena porque la gente está respondiendo muy bien al teatro, está ávida de ver cosas lindas. Esperemos que toda esta situación que se generó de bajada de barbijo no provoque una tercera ola porque tampoco la van a saber resolver, es más de lo mismo. Respecto del aforo, ya era hora de que se acordaran que los artistas teníamos que comer y pagar las cuentas. Durante toda la pandemia nadie se ocupó, ni la Asociación Argentina de Actores, ni SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes) y el Gobierno menos. No dieron subsidios para que pudieran mantenerse. Con la organización Artistas Solidarios creo que fuimos los únicos que nos preocupamos por darle de comer a la gente.
—¿Pensás en retirarte?
—Irme del musical es una manera de retiro. Eso no significa que no pueda dirigir, que no pueda hacer otras cosas. Estoy en un momento en el que mi salud es un tema, entonces tengo ganas de estar más tranquilo, quiero empezar a disfrutar. Ahora se trata de disfrutar, por eso me gusta hacer el programa y este espectáculo. Estoy expectante y feliz.
—¿Te preocupa que por tu salud no puedas trabajar?
—Yo tiro para adelante, el tema de la salud es imprevisible, uno no sabe qué va a suceder de acá en más. Yo voy día a día, hago mi tratamiento, me hago la resonancia, voy al médico. También me divierto y trato de pasarla bien, descanso. Cuando estoy con la adrenalina creativa todo mejora.
—¿En que otro proyecto estás trabajando?
—En mi propia biopic. Ya está escrita para poder filmar los episodios. Es una serie que está en preproducción. Por ahora es un proyecto que está en carpeta... A mí me gusta laburar, me encanta proyectar, siempre estoy haciendo y pensando cosas a futuro, soy como un gran hacedor. Desde chiquito tengo esa consigna incorporada del trabajo y la responsabilidad, de estudiar y trabajar. De estar haciendo varias cosas a la vez.
—¿Qué pensás de la política en la actualidad?
—Esta política no me interesa. Me parece una vergüenza nacional. Todo es un desastre. Son impresentables todos. Ojalá que la juventud pueda pensar en buscar un cambio. Si no se reacciona vamos a terminar siendo ya sabemos qué países de los cuales no me interesa participar. Creo que a mucha gente no le importa. Vivimos en otra realidad. No tengo ganas de vivir en Cuba o Venezuela, nunca me interesó.
—¿Cómo está tu relación con Sofía, se siguen peleando mucho?
—Con ella estamos muy bien, la veo espléndida como conductora y estoy súper feliz. Además de ser actriz, cantante, bailarina y una chef de la hostia. No nos peleamos, ahora estamos bárbaro. Todos pasamos crisis con los padres, después somos familia. Con Ana (Sans) es nuestra única hija y obviamente todo lo que trabajamos y hacemos es en pos de ella. Sofía es divina, está al pie de cañón, como mis hermanos, Ana y mis amigos. En la vida uno va seleccionado con quién estar y con quién no, quién es tóxico y quién es agradable. Uno tiene que sentirse bien, rodearse de las mejores personas. Yo lloro mucho, me parece que es la única manera de superar situaciones difíciles. A mí me tocaron todos los virus, no me faltó nada. Pero bueno, soy un resiliente de la vida.
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